Investigadores del MIT han desarrollado un sistema revolucionario que permite comunicaciones submarinas a largas distancias con un consumo de energía extremadamente bajo. Esta tecnología podría tener impactos significativos en áreas como la acuicultura, la predicción de huracanes y la modelización del cambio climático.
Un avance tecnológico
El mundo submarino, con sus misteriosas profundidades y vastos espacios inexplorados, siempre ha presentado desafíos únicos en términos de comunicación. Un equipo de investigadores del MIT Recientemente dio un importante paso adelante al presentar un sistema que podría revolucionar la forma en que se comunican los dispositivos submarinos.
El corazón de esta innovación (sobre el cual puedes aprender más aquí) reside en un grupo de transductores piezoeléctricos especiales. Estos materiales especiales producen una señal eléctrica cuando se aplica una fuerza mecánica, como ondas sonoras. Cuando estas ondas golpean los “nodos” de esta red, vibran convirtiendo la energía mecánica en una carga eléctrica. Luego, esta carga se utiliza para reflejar parte de la energía acústica de regreso a la fuente, transmitiendo datos que un receptor decodifica en función de la secuencia de reflejos.
¿Lo pongo más simple? La innovación se basa en un grupo de dispositivos que funcionan así: cuando las ondas sonoras inciden en ellos, transforman las vibraciones en energía eléctrica. Luego, la energía se utiliza para enviar datos que un receptor puede leer.
Superar los desafíos de las comunicaciones submarinas
Uno de los principales obstáculos en las comunicaciones submarinas es la dispersión de la señal. Dado que la señal reflejada se propaga en todas direcciones, sólo una pequeña fracción llega a la fuente. Esto reduce la intensidad de la señal y limita el alcance de la comunicación.
Para superar este desafío, el equipo del MIT adoptó un enfoque ingenioso, aprovechando un dispositivo de radio de 70 años llamado El anfitrión de Van Atta. Esta matriz refleja la energía exactamente en la dirección de donde proviene, lo que mejora enormemente la eficiencia de la comunicación.
De la teoría a la práctica
El equipo realizó más de 1.500 experimentos en el río Charles en Cambridge, Massachusetts, y en el Océano Atlántico, frente a Falmouth, Massachusetts. ¿Los resultados? Fueron impresionantes. El dispositivo ha alcanzado alcances de comunicación submarina de 300 metros, 15 veces superiores a los demostrados anteriormente. Y esto es solo el comienzo. Los experimentos fueron interrumpidos únicamente por la longitud de los pilares disponibles para los investigadores.
En resumen, el equipo del MIT está sentando las bases para un futuro en el que los dispositivos submarinos puedan comunicarse entre sí a grandes distancias con un consumo mínimo de energía. Y esto tiene enormes implicaciones para sectores como la acuicultura, la predicción de huracanes y la modelización del cambio climático.