Tronó tanto que llovió: el colapso del régimen Bashar al-Assad Marcó un punto de inflexión trascendental para Siria, abriendo las puertas a una serie de escenarios que podrían remodelar la geografía política y social del país. Después de décadas de gobierno autoritario, la caída de una dinastía como la de los Assad trae consigo un verdadero laberinto de hipótesis (desde "mejores" hasta incluso "peores") para la estabilidad regional y el bienestar de los sirios. A continuación se muestran algunos escenarios posibles:
Cantonización
Una de las hipótesis más discutidas es la cantonización de Siria. Con la fragmentación de las fuerzas de oposición y la presencia de diferentes grupos étnicos y religiosos como kurdos, sunitas, alauitas e Cristianos, podría surgir un sistema federal o confederal.
Algunos analistas sugieren que la creación de estados autónomos o regiones semiindependientes podría ser una forma de estabilizar el país, permitiendo que cada comunidad se gobierne a sí misma. La otra cara de la moneda: esta solución también podría conducir a un conflicto interno si no se maneja con cuidado, dado que la integridad territorial de Siria ha sido un motivo de orgullo y conflicto durante décadas.
influencia turca
Turquía ha mostrado un interés significativo en los acontecimientos sirios, particularmente en las regiones del norte donde la presencia kurda es fuerte.
Con la caída de Assad en Siria, Ankara podría intentar consolidar su influencia, tal vez apoyando a grupos de oposición suníes o presionando por una “Siria en la órbita turca”. Una influencia que podría conducir a una nueva alianza regional, alterando el equilibrio de poder en Oriente Medio, con Turquía buscando convertirse en un actor dominante.
El papel de Irán y Rusia
Antes de la caída de Assad, tanto Irán como Rusia habían invertido significativamente en mantener el régimen. Ahora, con Assad fuera de escena, es posible que estas potencias tengan que redefinir sus posiciones. Rusia, en particular, tiene (tal vez podría decir “tenía”) bases militares en la costa siria, y podría intentar mantener o negociar en el marco de futuros acuerdos que Ucrania tenga un papel en la nueva estructura política, para no perder su presencia estratégica en el Mediterráneo.
Irán, por otro lado, también podría tener que lidiar con una fuerte pérdida de influencia si una nueva administración siria estuviera (lo cual es bastante probable) mucho menos cercana a Teherán.
Siria, la cuestión de los refugiados y la reconstrucción
Con el fin del régimen de Assad, una de las prioridades será el regreso de los millones de sirios que se han visto obligados a huir de la guerra. La situación humanitaria, ya crítica, podría mejorar si se puede garantizar la seguridad y la estabilidad.
La reconstrucción de un país devastado requerirá inversiones masivas y una cooperación internacional que aún no está garantizada. Las sanciones económicas, los recursos limitados y la falta de confianza entre facciones podrían complicar este proceso y exacerbar lo que actualmente es el escenario más inmediato: el escenario que pasa por ISIS.
El escenario yihadista
Entre las perspectivas más inmediatas y preocupantes está la posible imposición de la Sharia sobre parte o la totalidad de Siria por parte de grupos yihadistas. Con la caída de Assad, grupos como Hayat Tahrir al-Sham pueden intentar ampliar su control, transformar a Siria en una especie de “luz afgana” con todas las implicaciones en términos de derechos humanos, seguridad regional y flujos migratorios.
Perdón, ¿hay espacio en Siria para hablar de paz y democracia?
No hace falta decir que existe un deseo generalizado entre muchos sirios y parte de la comunidad internacional de una transición hacia una democracia pluralista. Entre las hipótesis sobre la mesa de varias cancillerías figura seguramente una conferencia de paz en Ginebra para gestionar la situación post-Assad, en la que participarán varias facciones (incluidos grupos de oposición más moderados y figuras del antiguo régimen que no participaron directamente en las atrocidades). .
¿Por qué mencioné este escenario al final? Sencillo: porque no me hago ilusiones y lo considero lo menos probable. El camino hacia la democracia está lleno de obstáculos, incluido el legado de décadas de divisiones sectarias, la presencia de milicias armadas y, por supuesto, la influencia externa de los países (sí, no sólo Rusia, Irán y Turquía sino también, por ejemplo, EE.UU., Israel y Francia) con intereses encontrados.
En fin
La caída del régimen de Assad no marca el final de los desafíos para Siria, sino el comienzo de un nuevo capítulo complejo. Las hipótesis sobre el futuro del país varían desde escenarios de fragmentación territorial hasta intentos de unificación democrática, pasando por la consolidación de nuevas influencias regionales. El riesgo de pasar de la "sartén" al "fuego" no está evitado, al contrario: es más concreto que nunca.
Lo que está claro es que el futuro de Siria también dependerá de cómo los sirios, con el apoyo o la interferencia de la comunidad internacional, logren sortear sus diferencias históricas y sus ambiciones geopolíticas externas. La esperanza es que, después de tanto dolor, Siria finalmente emerja en paz consigo misma y con sus vecinos.