Hay algo profundamente conmovedor en la forma en que la ciencia moderna está reescribiendo la historia de las víctimas de Pompeya. El análisis de ADN de los restos conservados bajo las cenizas del Vesubio está revelando una realidad mucho más compleja y sorprendente de lo que imaginábamos, compuesta de gestos heroicos y relaciones inesperadas.
De las cenizas surge la verdad.
fue el arqueólogo jose fiorelli crear una técnica en el siglo XIX para crear moldes de cuerpos enterrados en ceniza volcánica. Moldes que conservaron los momentos finales de las víctimas, pero nuestras interpretaciones de lo que vimos probablemente estuvieron influenciadas por prejuicios modernos. Ahora, el ADN está reescribiendo estas historias.
El equipo dirigido por el profesor. david reich de la Harvard Medical School analizaron el material genético de cinco individuos. El descubrimiento más sorprendente se refiere a un adulto con un brazalete de oro que sostenía a un niño: no era una madre con su hijo, sino un hombre que protegía a un niño desconocido.
Revelaciones inesperadas
Otra revelación se refiere a dos muertos abrazados que se pensaba que eran hermanas, o madre e hija. El análisis genético reveló que al menos uno de los dos era biológicamente masculino. Como señala el médico Alissa Mittnik del Instituto Max Planck, estos hallazgos desafían nuestras suposiciones sobre el género y las relaciones familiares.
Los análisis también revelaron que las víctimas de Pompeya tenían orígenes genéticos diferentes, con un fuerte componente mediterráneo oriental. Este descubrimiento confirma que Pompeya era una ciudad cosmopolita, un cruce de culturas en el corazón del Imperio Romano.
Entre la muerte y la supervivencia
Sin embargo, no todos murieron en la erupción del año 79 d.C. Plinio el Joven, que observó el suceso desde la costa de Miseno, sobrevivió para contarnos lo sucedido en sus cartas. Muchos habitantes lograron escapar en los primeros momentos de la erupción, llevándose consigo objetos y documentos preciosos. Sus historias de escape y supervivencia. son una parte tan importante de la historia de Pompeya como la de aquellos que no sobrevivieron.
Carles Lalueza-Fox, biólogoInstituto de Biología Evolutiva, destaca cómo el descubrimiento de un hombre con un brazalete de oro que intenta salvar a un niño desconocido es más interesante culturalmente que la interpretación tradicional. Esta complejidad humana enriquece nuestra comprensión del pasado.
El ADN reescribe la historia
Nuestros hallazgos tienen implicaciones significativas para la interpretación de datos arqueológicos y la comprensión de las sociedades antiguas.
Arqueogenética está demostrando cuán engañosas pueden ser nuestras suposiciones basadas en estereotipos contemporáneos.
Los estudiosos también descubrieron que algunas poses de los moldes pueden haber sido manipuladas con fines de exhibición, creando narrativas que ahora sabemos que son falsas. Ahora la tecnología moderna permitirá corregir errores de interpretación centenarios.
Víctimas de Pompeya, una nueva mirada al pasado
La investigación publicada en Current Biology (te lo enlazo aqui) nos enseña que la verdad histórica es a menudo más compleja y sorprendente que nuestras ideas preconcebidas. Las víctimas de Pompeya siguen hablándonos, pero ahora lo hacen a través del lenguaje universal del ADN.
Estos descubrimientos no disminuyen el patetismo de las víctimas de Pompeya; al contrario, lo enriquecen con nuevos significados. Detrás de cada reparto hay una historia humana que recién ahora empezamos a comprender verdaderamente, libres de los prejuicios que la han "ocultado" durante dos milenios.