No hay duda de que la tecnología ha transformado la forma en que vivimos, nos comunicamos e incluso educamos. Sin embargo, cuando se trata de niños y pantallas, las aguas se ponen turbias. Por un lado, la tecnología ofrece increíbles oportunidades de aprendizaje y diversión, pero por otro, demasiado tiempo frente a la pantalla puede tener efectos negativos en el desarrollo de los niños.
Padres Millennial y Generación Z: una diferencia de perspectiva
Los padres millennials, que crecieron en los albores de la era digital, han adoptado la tecnología como parte integral de la vida familiar. Los iPads, teléfonos inteligentes y otros dispositivos se han convertido en herramientas comunes para entretener e incluso educar a los niños.
El fenómeno de los “niños iPad” se ha convertido en un tema candente de discusión. Algunos expertos, como ryan lowe, psicoterapeuta infantil y adolescente, destaca los peligros del uso excesivo de las pantallas. Lowe advierte que el uso indiscriminado de dispositivos como las niñeras digitales puede impedir que los niños aprendan Habilidades vitales como la paciencia y el manejo de frustraciones. Un estudio realizado por Common Sense Media descubrió que casi el 80% de los niños tienen acceso a un iPad u otro tipo de tableta: hoy en día es más extraño que un niño esté desconectado que conectado. ¿Deberíamos preocuparnos seriamente?
Por supuesto, no hace falta estar tranquilo. Ahora, sin embargo, con el surgimiento de la Generación Z como la nueva generación de padres, hay signos (tímidos) de un enfoque más equilibrado y consciente en el uso de la tecnología.
Los efectos a largo plazo de la exposición a las pantallas en los niños
Bhavin Shah, optometrista especialista en neurodesarrollo, destaca otros posibles problemas relacionados con el uso excesivo de iPads y dispositivos similares. El aumento de la miopía en los niños y el desarrollo insuficiente de la motricidad fina son sólo algunos ejemplos de las consecuencias físicas que pueden derivarse del uso excesivo de las pantallas digitales. El desafío para los padres modernos, por supuesto, es encontrar el equilibrio adecuado. Si bien la tecnología ofrece oportunidades sin precedentes de aprendizaje y acceso a la información, es esencial garantizar que los niños también tengan tiempo “real”, “vivo”. Es hora de jugar, explorar el mundo físico y desarrollar habilidades sociales y emocionales.
Los niños no tendrán estrategias ni experiencia para gestionar sus sentimientos o afrontar la frustración. Su comportamiento y su capacidad para aprender en el aula se verá afectada significativamente.
ryan lowe
Necesitamos cursos de "crianza digital"
Tanto para los padres Millennial como para la Generación Z, la clave es adoptar un enfoque equilibrado. El objetivo debería ser utilizar la tecnología de una manera que enriquezca, en lugar de limitar, la experiencia de crecimiento de los niños. Realmente necesitamos cursos de "paternidad digital". Esto incluye enseñar a los niños. cómo usar la tecnología de manera responsable y garantizar que tengan amplias oportunidades para interactuar con el mundo más allá de las pantallas.
Mientras navegan por esta nueva era digital, los padres tienen la responsabilidad de guiar a sus hijos a través de los desafíos y oportunidades que presenta. Educar a los niños sobre una relación sana con la tecnología es esencial para garantizar que crezcan bien equilibrados, tanto digital como emocionalmente. La historia del niño que intenta acercarse a una mariposa no debería ser un presagio. Debe ser un recordatorio: debemos enseñar a nuestros hijos no sólo cómo utilizar la tecnología, sino también cómo vivir sin ella.