Es una semana llena de anticipación para el NASA: Su caballo de pura sangre, X-59. El avión, también conocido como “el hijo del Concorde”, abandonó el lugar de construcción para iniciar los preparativos de su vuelo inaugural y posteriores.
Para asegurarse de que el avión esté bien construido y listo para surcar los cielos, el equipo de la NASA se está preparando para realizar una serie de pruebas críticas en tierra. No hay margen de error cuando se trata de velocidades supersónicas. Empezando por la seguridad y el impacto medioambiental.
¿Golpe sónico o susurro?
La verdadera prueba será un vuelo del X-59 a velocidad supersónica sobre varias comunidades. ¿El objetivo? Mida sus reacciones ante el “estruendo sónico” producido durante el vuelo a alta velocidad. ¿O tal vez debería decir "susurro sónico"? Quizás en algún punto intermedio. La NASA pone mucho énfasis en la reducción de ruido a continuación.
Los resultados de estas pruebas se compartirá con los organismos reguladores tanto en los Estados Unidos como a nivel internacional. Y podrían reabrir el camino para la reanudación de los vuelos comerciales supersónicos en nuestro planeta.
El avión que podría revivir la era del Concorde
"Con el X-59, recopilaremos datos sobre cómo reaccionan las comunidades ante la aceptabilidad de un estampido sónico atenuado, posible gracias al diseño particular del avión", explica Lockheed Martin. El diseño del X-59, con su largo fuselaje y puntas de ala en forma de aguja, fue diseñado para minimizar el estrés, haciendo que la experiencia de vuelo supersónico sea mucho más cómoda.
Estos datos ayudarán a la NASA a proporcionar a los reguladores la información necesaria para establecer un estándar de ruido supersónico comercial aceptable, lo que podría eliminar el requisito de vuelos supersónicos comerciales únicamente sobre el mar.
Lockheed Martin
¿Es el X-59 el futuro de los viajes aéreos?
Abrir esta puerta podría dar lugar a un mercado global completamente nuevo para los fabricantes de aeronaves. Permitiría a los pasajeros llegar a prácticamente cualquier parte del mundo en la mitad del tiempo requerido actualmente.
El X-59 tiene el potencial de crear numerosas rutas más rápidas, pero ciertamente permanece la incógnita sobre el coste de un billete en este Concorde del siglo XXI. ¿Será un lujo para unos pocos o podría convertirse en una realidad al alcance de muchos?