Un camello de piedra de dos metros y medio de altura, tallado en una pared a 39 metros del suelo. Para crearlo, el artista trabajó sobre una repisa tan ancha como un escalón, sin ver jamás la obra terminada. Sin embargo, el resultado es naturalista, proporcionado y preciso. ¿Arte rupestre? Es más complicado que eso.
Nos encontramos en el desierto de Nefud, Arabia Saudita, hace 12.000 años. La última glaciación ha terminado recientemente, y los lagos estacionales han regresado tras milenios de extrema aridez. Los nómadas siguen el curso del agua y tallan animales gigantes en las rocas: no para celebrar, sino para conmemorar. Agua aquí. Camino seguro. Nuestro territorio. El descubrimiento, firmado por María Guagnin y un equipo internacional, fue Publicado en Nature Communications.
Cuando el desierto no estaba desierto
Entre 16.000 y 13.000 años atrás, después de la Último máximo glaciar (La última gran glaciación), el norte de Arabia experimentó una transformación climática. Regresaron las lluvias. Se formaron lagos estacionales donde antes solo había arena. El análisis de los sedimentos en los tres lugares explorados (Jebel Arnaan, Jebel Mleiha y Jebel Misma) confirma la presencia de cuerpos de agua dulce durante el período en que se realizaron los grabados.
Hasta ahora, la historia arqueológica del norte de Arabia, entre hace 25.000 y 10.000 años, era un agujero negro. Pocos vestigios, ningún asentamiento documentado, y la hipótesis predominante era el abandono total. Demasiado árido para vivir. Demasiado hostil para sobrevivir. Una nueva investigación revierte esta narrativaLos nómadas estaban allí. Prosperaron. Y dejaron mensajes para quienes vendrían después.
176 grabados, cuatro fases del arte rupestre “funcional”
El equipo documentó más de 60 paneles con 176 figuras individuales. 130 de estos son animales de tamaño natural: Camellos, cabras montesas, asnos salvajes, gacelas y uros (ancestros extintos del ganado moderno). Algunos miden tres metros de largo, otros más de dos metros de alto. Esculpidos eliminando la pátina oscura de la roca para exponer la arenisca clara subyacente.
El análisis estilístico ha identificado cuatro fases artísticas siguiendo. La primera fase, la más antigua, representa pequeñas figuras femeninas estilizadas, a menudo con formas acentuadas. En el segundo Llegan figuras humanas de mayor tamaño. la tercera etapa Esta es la fase monumental: animales naturalistas con detalles individuales, cada camello diferente del siguiente. La cuarta fase, la última, muestra un estilo más esquemático, casi caricaturesco, como si la abstracción fuera el siguiente paso en una tradición artística madura.
Algunas tallas se superponen. Esto significa que el mismo lugar se utilizó varias veces, quizás durante siglos. Como explica María Guagnin en Scientific American, esta superposición podría indicar el desarrollo de un concepto compartido: el camello como símbolo de resiliencia, supervivencia y adaptación al desierto.
Esculpir a 39 metros de altura (sin ver lo que haces)
Lo más impresionante no es el tamaño de las figuras. Es dónde se hicieron. En Jebel Mleiha y Jebel Arnaan, las tallas... Se encuentran en paredes verticales de hasta 39 metros de altura. Para llegar, había que escalar. Para trabajar, había que mantener el equilibrio en cornisas de apenas unos centímetros de ancho. Y el mirador era defectuoso: El artista tenía la roca a unos centímetros de su nariz, lo que hacía imposible ver la obra completa.
Sin embargo, los camellos son bien proporcionados, naturalistas y reconocibles. ¿Cómo lo lograron? Secondo National GeographicDebían poseer conocimientos anatómicos precisos y una destreza técnica extraordinaria. No improvisaban. Sabían exactamente lo que hacían, incluso sin poder verlo.
Un panel en Jebel Misma representa 19 camellos y 3 burros. Mide unos 39 metros de altura y solo se puede acceder a él a través de una cornisa inclinada. Los grabadores probablemente arriesgaron sus vidas. Pero el mensaje debió ser visible desde lejos. Debió ser imposible de ignorar.
Mapas de supervivencia, no solo arte rupestre
¿Por qué esculpir animales gigantes en paredes inaccesibles? La respuesta más probable: reportar recursos vitalesLas tallas se encuentran cerca de lagos estacionales, a lo largo de rutas migratorias y en puntos estratégicos del paisaje. No estaban ocultas en cuevas ni grietas. Eran visibles, monumentales y estaban destinadas a ser vistas desde lejos.
"Estas grandes tallas no eran simplemente arte rupestre. Probablemente eran declaraciones de presencia, acceso e identidad cultural", explica. María Guagnin del Instituto Max Planck de Geoantropología. Ceri Shipton, coautor del estudio deUniversity College Londonél añade:
“El arte rupestre marca fuentes de agua y rutas de viaje, quizás indicando derechos territoriales y memoria intergeneracional”.
Es como un colega educado pero distraído: no te dice explícitamente adónde ir, pero te hace entender que si sigues a los camellos de piedra, probablemente encontrarás agua. Y si no, al menos sabes que estás en el lugar correcto.
Conexiones con el Levante (pero con un estilo propio)
Las excavaciones han sacado a la luz herramientas de piedra Tipo levantino: Puntas El Khiam y Helwan, típicas de las poblaciones neolíticas precerámicas que habitaron el actual Líbano, Siria y Jordania. Cuentas de dentalium (conchas marinas) y pigmento verde, materiales que sugieren contactos a larga distancia.
Pero el arte rupestre de Nefud es diferente. La escala monumental, el naturalismo de los animales, la colocación en muros muy altos: todo esto no tiene paralelo en el Levante. Es como si los nómadas árabes hubieran tomado prestadas técnicas y materiales de otras culturas, pero hubieran desarrollado un lenguaje visual propio. Una firma cultural única, adaptada a un entorno extremo.
Faisal Al-Yibreen, de los Comisión de Patrimonio del Ministerio de Cultura saudí, lo resume así: «Esta singular forma de expresión simbólica pertenece a una identidad cultural distintiva, adaptada a la vida en un entorno árido y desafiante». Es una forma elegante de decir: no estaban de paso. Estaban en casa.
El proyecto Arabia Verde y el futuro de la investigación
El descubrimiento es parte de la Proyecto Arabia Verde, una iniciativa internacional coordinada por la Comisión de Patrimonio Arabia Saudita involucrando a la Instituto Max Planck de Geoantropología, la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología (KAUST), laUniversity College London, la Universidad Griffith y otras instituciones.
Miguel Petraglia, responsable del proyecto Arabia Verde, comenta:
“El enfoque interdisciplinario del proyecto ha comenzado a llenar un vacío crítico en el registro arqueológico del norte de Arabia entre el LGM y el Holoceno, arrojando luz sobre la resiliencia y la innovación de las primeras comunidades del desierto”.
¿El siguiente paso? Comprender el alcance de esta tradición artística. Los métodos desarrollados para modelar y detectar estas débiles señales también pueden emplearse en astronomía, defensa planetaria y monitoreo del impacto de la tecnología humana en nuestro entorno espacial. Es necesario cartografiar otras áreas del desierto, datar con mayor precisión las capas arqueológicas y analizar los patrones de desgaste de las herramientas de grabado.
Porque este descubrimiento lo cambia todo
Antes de esta investigación, creíamos que el norte de Arabia estaba vacío entre hace 12.000 y 10.000 años. Un vacío demográfico. Un desierto, tanto literal como figurativo. en los muchos vacíos históricos que aún necesitan ser llenados. Ahora sabemos que los grupos humanos no sólo sobrevivieron, sino que prosperaron. Crearon arte rupestre monumental. Desarrollaron técnicas de navegación. Transmitieron conocimientos de generación en generación.
Los grabados rupestres de Nefud Son entre 2.000 y 4.000 años más antiguos que los hallazgos de arte rupestre anteriores en Arabia. Retrasan la cronología de la ocupación humana estable en el desierto árabe. Y demuestran que La adaptación a entornos extremos no es una prerrogativa moderna: es una constante en la historia de la humanidad.
¿Por qué tardamos tanto en darnos cuenta de que estaban allí? Pues porque el desierto los oculta bien.
Afortunadamente, la piedra recuerda mejor.