El dogma era simple: naces con todas tus neuronas y luego las pierdes gradualmente con la edad. Fin de la historia. Pero la ciencia, como suele ocurrir, reescribe el final. Investigadores suecos utilizaron inteligencia artificial para identificar células progenitoras en el hipocampo humano, las que dan origen a nuevas neuronas. ¿El resultado? Incluso a los 78 años, el cerebro sigue produciendo nuevas neuronas. Un descubrimiento que no sólo confirma la neurogénesis adulta, sino que abre perspectivas apasionantes para comprender la memoria, el aprendizaje y el envejecimiento cerebral.
La máquina del tiempo del cerebro
Durante años, hemos sabido que los ratones y los monos siguen produciendo nuevas neuronas incluso en la edad adulta. Pero en el caso de los humanos, la cuestión seguía abierta, envuelta en un debate que dividía a la comunidad científica. La neurogénesis adulta en el hipocampo humano parecía un espejismo: algunos estudios la confirmaban, otros la negaban categóricamente.
El equipo dirigido por Jonás Frisén En el Instituto Karolinska decidieron ir al grano con un enfoque completamente nuevo. Crearon modelos de IA entrenados con muestras cerebrales de seis niños, enseñándoles a reconocer células progenitoras basándose en la actividad de unos 10.000 genes. Un auténtico "identikit molecular" de las células que dan origen a las neuronas.
La estrategia resultó brillante. Los modelos identificaron correctamente el 83 % de las células progenitoras en los ratones y predijeron con precisión la ausencia de estas células en la corteza adulta, donde no ocurre la neurogénesis. Un sistema de reconocimiento fiable, por fin. Sí, pero ¿qué pasa con los humanos? Ya lo he entendido.
El eslabón perdido en la neurogénesis
El verdadero avance se produjo cuando los investigadores aplicaron este sistema a los cerebros de 14 personas que murieron entre los 20 y los 78 años. Primero seleccionaron sólo las células que se estaban dividiendo en el momento de la muerte, un truco que les permitió excluir las neuronas maduras y centrarse en las células progenitoras raras.
ResultadoNueve de los 14 donantes mostraron signos claros de neurogénesis activa. Las células progenitoras estaban allí, ubicadas precisamente en el... giro dentado del hipocampo, exactamente donde esperábamos encontrarlos. Como yo Estaba subrayando hace algún tiempoLa capacidad del cerebro para regenerarse no tiene límites de edad preestablecidos.
Este estudio, publicado en la revista Science, finalmente proporciona el eslabón perdido que estábamos buscando: evidencia directa de que las células progenitoras neuronales existen y se dividen en el cerebro humano adulto.

Neurogénesis adulta: diferencias individuales
Un aspecto fascinante de la investigación son las enormes diferencias individuales. Algunos cerebros están repletos de células progenitoras, mientras que otros tienen muy pocas. Cinco de los 14 donantes no mostraron signos detectables de neurogénesis. ¿A qué se debe esta variabilidad?
Los investigadores plantean la hipótesis de que los factores genéticos y ambientales pueden influir considerablemente en nuestra capacidad para producir nuevas neuronas. El estrés, el ejercicio y la estimulación cognitiva podrían contribuir a mantener activas estas células especiales. Como sugiere el profesor Canción de Hongjun De la Universidad de Pensilvania, esta diversidad podría explicar por qué algunas personas envejecen cognitivamente mejor que otras.
Las neuronas recién nacidas no son una novedad absoluta: ya en 2013, el equipo de Frisén demostró que en el hipocampo humano se forman unas 700 neuronas nuevas cada día. Pero faltaba la pieza clave: ver las células progenitoras en acción.
Implicaciones para la memoria y la enfermedad
El hallazgo tiene profundas implicaciones para nuestra comprensión de la memoria y el aprendizaje. El hipocampo, donde se produce esta neurogénesis, es crucial para la formación de nuevos recuerdos y la navegación espacial. Las nuevas neuronas podrían ser clave para nuestra capacidad de adaptarnos a nuevas experiencias.
Sandrine Thuret Un estudio del King's College de Londres señala que, en ratones, basta con unas pocas neuronas recién nacidas para influir en la memoria y el aprendizaje. Lo mismo podría ocurrir en nosotros. Aunque la tasa de neurogénesis adulta es baja (menos del 0,03 % de las neuronas del hipocampo), el impacto funcional podría ser enorme.
El vínculo con las enfermedades neurodegenerativas es igualmente intrigante. Si logramos descubrir cómo estimular la neurogénesis, podríamos desarrollar nuevas terapias para el Alzheimer, la depresión y los trastornos del estado de ánimo. Neurocientífico Eugenia salta El investigador del Instituto Holandés de Neurociencia considera este descubrimiento como una pieza importante del rompecabezas para comprender cómo cambia el cerebro humano a lo largo de la vida.
El futuro de la neurogénesis adulta
Este estudio cierra un capítulo y abre muchos otros. La próxima frontera, según Gerd Kempermann El objetivo del estudio, de la Universidad de Dresde, es si las diferencias en la tasa de neurogénesis contribuyen al deterioro cognitivo en la enfermedad de Alzheimer. Un hallazgo que podría conducir al desarrollo de terapias dirigidas.
Las investigaciones demuestran que la predicción del futuro neuronal de nuestro cerebro no es definitiva. Seguimos produciendo células nerviosas a lo largo de nuestra vida, manteniendo una capacidad de renovación que creíamos perdida. El cerebro humano, una vez más, demuestra ser más plástico y sorprendente de lo que imaginábamos.
Como concluye Frisén: «Esperamos que este descubrimiento deje de generar controversia, y que contribuya a la unión». La neurogénesis adulta ya no es una hipótesis por demostrar, sino una realidad por explotar. El cerebro envejecido no está condenado al declive: aún conserva neuronas nuevas, listas para entrar en acción.