A las 9:15 a.m. del 29 de abril de 2025, el satélite Biomasa La ESA ha descubierto los bosques de la Tierra. Al mismo tiempo, Hamdi Zurqani dell 'Universidad de Arkansas Se publicó un estudio que promete revolucionar el monitoreo forestal para siempre. Su método combina láseres espaciales de la NASA con inteligencia artificial europea para contabilizar cada árbol del planeta en tiempo real.
Leíste bien: se acabaron las costosas expediciones a la selva con machetes y GPS. Ahora basta con apuntar tres láseres desde la Estación Espacial Internacional y dejar que los algoritmos hagan el resto. Un avance crucial que puede salvar los bosques antes de que sea demasiado tarde.
Monitoreo “láser” de la biomasa forestal: cuando los arqueólogos se encuentran con el clima
La historia comenzó de forma inesperada (que Futuro Próspero ya les ha contado, como comprenderán). Los láseres que hoy miden la biomasa forestal nacieron con otro propósito: encontrar templos mayas enterrados bajo metros de vegetación. Los arqueólogos utilizaron el LiDAR de GEDI para penetrar las copas de los árboles y... revelar ruinas ocultas. Zurqani Tuvo una idea brillante: si estos instrumentos pueden “ver” a través del bosque, también pueden medirlo.
El sistema GEDI (Investigación sobre la dinámica de los ecosistemas globales) Consiste en tres láseres montados en la Estación Espacial Internacional. Cada 27 días, estos ojos espaciales dan una vuelta completa al planeta, lanzando pulsos de luz hacia los bosques. La luz rebota en los troncos, ramas y hojas de los árboles, proporcionando valiosa información sobre la altura, la densidad y la estructura vertical de la vegetación. Además, realiza un escaneo completo y detallado.
La revolución de los algoritmos forestales
Los datos sin procesar, por supuesto, no son suficientes. Se necesita algo para convertirlos en mapas utilizables. Zurqani probó cuatro algoritmos de aprendizaje automático para encontrar el mejor: potenciación de árbol de gradiente, bosque aleatorio, CART y máquina de vectores de soporte. ¿El ganador? Impulso del árbol de gradiente. que logró la máxima precisión con los márgenes de error más bajos.
El enfoque de fuentes múltiples de Zurqani Combina mediciones 3D de GEDI con imágenes ópticas de los satélites Sentinel de la Agencia Espacial Europea. Una fusión perfecta entre tecnología estadounidense y europea que produce resultados imposibles de lograr por separado.
La nueva mirada espacial a los bosques
Como se mencionó, mientras Zurqani perfeccionaba sus algoritmos, Europa lanzaba Biomass, el primer satélite dedicado exclusivamente a la monitorización forestal. Con su antena de 12 metros y su radar de banda P, La biomasa puede penetrar hasta 30 metros de vegetación., mapeando la biomasa forestal con una precisión sin precedentes.
La tecnología de banda P nunca se había probado en el espacio. Las ondas de radio de 70 centímetros atraviesan las hojas sin problema, interactuando únicamente con los componentes leñosos más grandes: troncos y ramas principales. Es como tener una radiografía del bosque, capaz de distinguir los árboles jóvenes de los patriarcas centenarios.
Los números que lo cambian todo
La precisión conseguida es impresionante. Como ya hemos informado en estas páginas, los bosques Contienen aproximadamente el 80% del carbono de la Tierra, Pero medirlos con métodos tradicionales lleva años y cuesta miles de millones. El sistema de Zurqani produce mapas actualizados cada mes, con costos reducidos en un 90% en comparación con los estudios terrestres.
Google Earth Engine, luego procesa los datos en tiempo real, convirtiendo terabytes de información satelital en mapas que pueden utilizar los gobiernos y las organizaciones ambientales. Un solo pase de satélite puede mapear áreas del tamaño de Italia en apenas unos minutos.
Monitoreo de biomasa: el futuro de los bosques está bajo control
La investigación, publicada el Informática Ecológica, es mucho más que un avance tecnológico. Es una herramienta política. Con datos precisos y actualizados, los gobiernos pueden finalmente cuantificar el impacto de la deforestación y la eficacia de las políticas de reforestación.
“Una cosa es segura”, concluye. ZurqaniA medida que el cambio climático se intensifica, tecnologías como esta se volverán indispensables para proteger nuestros bosques y el planeta.
El círculo se cierra a la perfección, como me gusta: de la búsqueda de civilizaciones perdidas al rescate de las futuras. Los arqueólogos del futuro quizá agradecerán a quienes, en 2025, enseñaron a los satélites a contar árboles.