¿Cuántas veces has mirado los tejados de las casas nuevas y te has preguntado por qué en un país soleado como el nuestro todavía hay tantos espacios vacíos donde podría haber paneles solares? Gran Bretaña, decididamente menos afortunada en términos de radiación, ha decidido dar una respuesta drástica a esta pregunta: A partir de 2027, todas las viviendas nuevas deberán estar equipadas obligatoriamente con un sistema fotovoltaico.
Una elección política audaz que pretende cambiar estructuralmente la forma en que construimos y pensamos las viviendas. No se trata de una sugerencia ni de un incentivo, sino de una obligación imperativa que ya ha suscitado reacciones contrapuestas. La pregunta surge espontáneamente: ¿podría funcionar también en Italia, donde la energía fotovoltaica obligatoria produciría resultados aún mejores?

La acción del Partido Laborista inglés
La medida británica se convirtió inmediatamente en un tema de discusión, tanto política como económica. El gobierno laborista liderado por Keir Starmer anunciado (con una vista previa del periódico diario The Times) que para 2027 los constructores estarán obligados por ley a instalar paneles solares en los techos de todas las casas nuevas.
Un análisis económico simple: la inversión inicial es de alrededor de £3.000 a £4.000, pero el ahorro anual esperado es de alrededor de £1.000. En cuatro años, por tanto, la inversión estaría totalmente amortizada.
Pero no es sólo una cuestión de ahorro familiar. Es parte de un plan mucho más ambicioso. El gobierno de Starmer ha establecido objetivos energéticos que son un eufemismo: construir 1,5 millones de nuevas viviendas para el final de la legislatura y descarbonizar totalmente la generación de electricidad para 2030. A esto se suma la promesa (ya veremos) de reducir las facturas de energía en £300 al año.
Durante demasiado tiempo hemos desperdiciado la energía gratuita que cae sobre los tejados de las casas todos los días. Ahora, aquellos que viven en casas de nueva construcción ahorrarán cientos de libras al año en sus facturas de energía.
Así que comentó Lily-Rose Ellis, activista de Greenpeace Reino Unido, resumiendo perfectamente el espíritu de la iniciativa. Una tecnología que el gobierno británico dice que es
“fundamental para reducir las facturas de los hogares, aumentar la seguridad energética nacional y alcanzar el objetivo de cero emisiones netas”.

El enfrentamiento con Tony Blair
No todo el mundo está contento con este desarrollo. El ex primer ministro Tony Blair, a través de su Fundación, publicó un informe criticó las políticas de cero emisiones, calificándolas de “irracionales” y “condenadas al fracaso”. Según Blair, los ciudadanos se verían obligados a hacer “sacrificios financieros y cambios en su estilo de vida” con efectos “mínimos” sobre las emisiones globales.
Una postura que ha levantado tal revuelo que ha obligado a la propia Fundación a retractarse parcialmente, reconociendo que el camino hacia cero emisiones netas sigue siendo el correcto. Pero el choque pone de relieve una fractura importante en el enfoque de la transición energética, incluso dentro del mismo espectro político.
En este momento Blair ha obtenido el apoyo de Unir, el segundo sindicato más grande de Gran Bretaña, con 1,2 millones de miembros, y Starmer tiene a los ambientalistas de su lado. Un enfrentamiento que recuerda, con las debidas proporciones, el que existe entre pragmatismo económico y ambición ecológica y que caracteriza el debate sobre la transición energética en muchos países, incluida Italia. ¡Así es, Italia! ¿Cómo irían las cosas aquí, con una medida así? Te lo diré enseguida, sólo una pequeña premisa práctica.
Las cifras de energía fotovoltaica obligatoria en el Reino Unido
Intentemos analizar los números concretos del proyecto británico. Suponiendo una media de 5 paneles de 375 Wp por viviendaCada vivienda estaría equipada con un sistema de aproximadamente 1,875 kWp. Considerando que en el Reino Unido un sistema produce en promedio 900 kWh por kWp instalado (debido a una irradiación más limitada), Cada vivienda generaría aproximadamente 1.687,5 kWh al año.
Con el objetivo de 1,5 millones de nuevas viviendas, la contribución energética total sería de alrededor de 2,53 TWh al año. Una cantidad significativa que, aunque representa solo un pequeño porcentaje del consumo total de electricidad británico, constituiría un paso concreto hacia la descarbonización. Bien. Ahora podemos hablar de nosotros mismos.

¿En Italia? El potencial de “nuestro” sistema fotovoltaico obligatorio
La pregunta surge espontáneamente y la he planteado varias veces: ¿qué pasaría si aplicáramos la misma obligación en Italia? Los números podrían ser mucho más interesantes. Nuestro país disfruta de una irradiación media significativamente más alta, con una producción media de aproximadamente 1.200 kWh por kWp instalado (en comparación con 900 en el Reino Unido).
Manteniendo el mismo dimensionamiento de los sistemas (1,875 kWp por vivienda), Cada hogar italiano produciría aproximadamente 2.250 kWh al año. Suponiendo el mismo número de nuevos edificios (1,5 millones), se alcanzaría una producción total de 3,375 TWh al año. ¿Quieres una pequeña descripción general?
parámetro | Reino Unido | Italia |
---|---|---|
Producción de kWh/kWp | 900 | 1.200 |
Producción por vivienda (kWh/año) | 1.687,5 | 2.250 |
Producción total (TWh/año) | 2,53 | 3,375 |
% del consumo anual de electricidad | ~ 0,8% | ~ 1,2% |
Estos 3,375 TWh Representaría aproximadamente el 1,2% del consumo anual de electricidad de Italia (que en 2023 se situó en torno a los 282 TWh). De nuevo, no se trata de una cifra que resolvería todos nuestros problemas energéticos, pero constituiría una contribución significativa a los objetivos de reducción de emisiones establecidos por la Unión Europea. Entonces ¿por qué no lo hacemos?
¿Qué tan lejos estamos de la fotovoltaica obligatoria en Italia?
A decir verdad, Italia ya ha empezado a avanzar en esa dirección. La legislación italiana ya prevé algunas obligaciones progresivas:
Desde el 2026, Todos los edificios públicos y comerciales de nueva construcción deben estar equipados con sistemas fotovoltaicos. Desde 2029, la obligación se extenderá también a los edificios de viviendas, con requisitos mínimos de 1 kWp cada 20 metros cuadrados de superficie y una cobertura del 60% de las necesidades energéticas con fuentes renovables.
Así que, en teoría, ya estamos yendo en la misma dirección que el Reino Unido, aunque en un plazo más amplio. Pero hay algunas diferencias claves en el enfoque.
Ventajas y obstáculos del modelo italiano
Italia podría disfrutar de importantes ventajas si adoptara un sistema fotovoltaico obligatorio similar al británico. Además del aumento de la productividad de las plantas mencionado anteriormente gracias a una mejor irradiación, también nos beneficiaríamos de algunas simplificaciones burocráticas ya existentes para energía solar. Por ejemplo, La instalación de sistemas fotovoltaicos de hasta 200 kW se considera mantenimiento ordinario, con plazos de aprobación reducidos a 3 meses.
Por supuesto, también existen desafíos específicos que podrían complicar la implementación de una obligación generalizada.. Me vienen a la mente dos en particular:
Los costos iniciales, aunque mitigadas por incentivos como el ecobonus y diversas exenciones fiscales, suponen una barrera importante para muchas familias italianas, sobre todo en un contexto económico ya de por sí difícil.
Heterogeneidad territorial:Éste es quizás el mayor obstáculo. Las restricciones paisajísticas en áreas protegidas, centros históricos y zonas de particular valor arquitectónico podrían limitar la instalación de paneles solares en muchas partes del país.
El impacto en el sistema energético italiano
Tendría un impacto significativo. Además de la producción directa de energía, la obligación de utilizar sistemas fotovoltaicos en los nuevos edificios supondría una mayor difusión de competencias técnicas y una reducción de costes gracias a las economías de escala.
Además, la generación distribuida de esta escala ayudaría a estabilizar la red eléctrica, reduciendo las pérdidas de transmisión y los picos de demanda. En un país como el nuestro, donde los apagones estivales ligados al uso masivo del aire acondicionado siguen siendo un problema, esta no sería una ventaja a subestimar.
En resumen: un camino viable y necesario
La probabilidad de que Italia adopte una normativa similar a la británica no me parece nada remota. considerando también la alineación con las directivas europeas y las medidas ya previstas. Sin embargo, el éxito de tal iniciativa dependerá de varios factores cruciales.
Será necesario fortalecer los incentivos económicos para compensar los costos iniciales, equilibrar la conservación del paisaje y las necesidades energéticas e invertir en educación pública para aumentar la aceptación social de estas tecnologías.
El modelo del Reino Unido nos muestra que la obligación legal puede acelerar la transición energética, pero requiere un marco regulatorio claro y apoyo político multipartidista. Con el potencial solar que disfrutamos, Los beneficios económicos y ambientales de una medida de este tipo podrían superar con creces los esperados en el Reino Unido.
Tal vez, al observar los tejados vacíos de los nuevos edificios italianos, deberíamos preguntarnos no si podemos permitirnos imponer la energía fotovoltaica obligatoria, sino si podemos permitirnos no hacerlo. Porque a veces lo que parece una imposición desde arriba es en realidad una oportunidad que nunca tendremos el coraje de aprovechar por nosotros mismos.