Mira las paredes grises de los edificios que te rodean. ¿Se consideran superficies inertes, muertas, simples separadores entre el interior y el exterior? Bueno, pronto podrían convertirse en muros verdes. Más: organismos vivos. Investigadores de la Universidad Tecnológica de Graz, en Austria, y de la Universidad de Liubliana, en Eslovenia, están creando una tinta viva que puede transformar las superficies de los edificios en ecosistemas microbianos activos. El proyecto, denominado REMEDY (Archibiome tattoo forresistant, responsive, and resilient cities), tiene como objetivo garantizar que nuestras fachadas no sólo resistan a los elementos, sino que también absorban CO2, produzcan oxígeno y filtren el aire. El ladrillo respirable ya no es una utopía, sino una tecnología en desarrollo.
Muros ecológicos que combaten la contaminación
El equipo internacional de investigación, dirigido por Carole Planchette, profesor asociado del Instituto de Mecánica de Fluidos y Transferencia de Calor de la TU Graz, está revolucionando el concepto mismo de superficies arquitectónicas. El objetivo es ambicioso: transformar las superficies inertes de los edificios en Capas bioactivas multifuncionales.
El profesor Planchette destaca en un lanzamiento que este es un enorme potencial que debemos aprovechar. Las comunidades microbiológicas en techos y fachadas podrían desempeñar numerosas funciones sin ocupar el ya escaso espacio no edificado. El concepto me fascina especialmente: en lugar de construir nuevas estructuras verdes en ciudades congestionadas, ¿por qué no dar vida a los edificios existentes a través de estos muros ecológicos?
Los investigadores han destacado que en los próximos 25 años, en toda la Unión Europea, se renovarán o construirán desde cero fachadas y tejados. una superficie de 9,4 mil millones de metros cuadrados. Una gran oportunidad para implementar tecnologías como REMEDY.
Cómo funcionan los tatuajes vivientes
Los tatuajes arquitectónicos son esencialmente comunidades microbianas especialmente seleccionadas y diseñadas, aplicadas directamente a la superficie de los edificios mediante tecnología de impresión por inyección de tinta. Allá Nina Gunde-Cimerman, microbiólogo de la Universidad de Liubliana, lidera los esfuerzos para identificar y analizar microorganismos, algunos de ellos aislados de las fachadas de los edificios de la ciudad costera eslovena de Izola.
Estos microorganismos no se eligen al azar: el equipo está diseñando consorcios interespecies que forman comunidades estables y resistentes, ideales para aplicaciones arquitectónicas. No se trata simplemente de decoraciones, sino de sistemas diseñados para proteger activamente las fachadas de los elementos, absorber el dióxido de carbono del ambiente, filtrar los contaminantes del aire e incluso reparar los daños en la superficie por sí solos.

El reto tecnológico
Uno de los retos más importantes se refiere a la tecnología de impresión de estos eco-muros. Los microorganismos, que miden varios micrómetros y tienden a formar grupos de tamaño milimétrico, son demasiado grandes para la tecnología de inyección de tinta convencional, que normalmente pulveriza partículas en el rango nanométrico.
Para abordar este desafío, Planchette se asoció con el fabricante de inyección de tinta eslovaco Qres Technologies y el especialista en recubrimientos austriaco Tiger Coatings para adaptar la tecnología para la impresión con microorganismos vivos.
“La ambición de REMEDY es lograr un avance en la investigación fundamental en microbiología y biología sintética, transferir conocimientos a la ciencia de los materiales en forma de materiales vivos diseñados y desarrollar procesos de biofabricación compatibles que permitan un diseño personalizado en el contexto arquitectónico”, afirmó. Anna Sandak, Director Adjunto de InnoRenew CoE y coordinador del proyecto.
Muros ecológicos, un futuro para respirar
El enfoque de REMEDY es parte de una tendencia más amplia hacia la integración de elementos biológicos en la arquitectura. En Milán, por ejemplo, se inauguró el Open 336, un edificio diseñado para capturar CO2 del aire, mientras que la Universidad de Surrey ha desarrollado una pintura viva a base de cianobacterias que transforma las paredes en “pulmones verdes”.
Planchette confía en que el equipo podrá desarrollar con éxito tintas biocompatibles y tecnología de inyección de tinta personalizada al final del proyecto y agrega que también espera identificar microorganismos capaces de sobrevivir tanto en la tinta como bajo las tensiones del proceso de impresión.
En los próximos años, nuestras ciudades realmente podrán empezar a respirar. Y tal vez, mientras sigamos contaminando, serán los propios edificios los que nos salven de nosotros mismos.