El futuro del transporte humano también es inminente en Europa: el gigante chino Baidu se dispone a llevar sus robotaxis a las ordenadas calles de Suiza. Después de conquistar las metrópolis chinas y comenzar a expandirse en los Emiratos Árabes Unidos, Apollo Go (la división de conducción autónoma de Baidu) está en conversaciones con la empresa suiza de transporte público PostAuto para presentar sus vehículos sin conductor a finales de año.
La estrategia de expansión global
No es casualidad que Baidu haya elegido Suiza como su puerta de entrada al mercado europeo. El país alpino es famoso por la puntualidad y eficiencia de su transporte público, así como por una infraestructura vial de última generación. Según la información según informó el Wall Street JournalBaidu planea crear una entidad local en los próximos meses y lanzar las primeras pruebas en territorio suizo a finales de 2025.
La medida es parte de una estrategia de expansión global más amplia. En los últimos meses, Baidu ha anunciado su intención de lanzar Apollo Go en Dubai y Abu Dhabi y ha comenzado las pruebas en Hong Kong. Una expansión que no se detendrá en Suiza: según fuentes cercanas a la empresa, Turquía también está en la mira de los robotaxis chinos.
Experiencia consolidada en la patria
Baidu ciertamente no es un recién llegado a la industria. En China, Apollo Go ya opera en más de 10 ciudades, incluidas Beijing, Wuhan y Guangzhou. En particular, en la metrópolis de Wuhan, Baidu opera la flota de robotaxis más grande del país con más de 400 vehículos. Una cifra impactante: en las ciudades de Pekín y Wuhan, más del 70% de los viajes en taxi en abril fueron completamente sin conductor.
Los números hablan por sí solos: al 28 de octubre de 2024, Apollo Go ha proporcionado más de 8 millones de viajes al público. Sólo en el tercer trimestre del año pasado, el servicio realizó 988.000 viajes, un 20 por ciento más que el año anterior.

Impactos sociales inesperados
Es interesante observar cómo, en las ciudades donde los robotaxis ya son una realidad consolidada, Están surgiendo comportamientos sociales completamente nuevos. En San Francisco, por ejemplo, los vehículos autónomos han transformado rápidamente no sólo la forma en que la gente se desplaza, sino también la forma en que interactúa con estos espacios privados en movimiento. La ausencia de un conductor humano está creando dinámicas inesperadas, desde la simple comodidad de no tener que tener una conversación hasta usos más “creativos” del espacio, desprovistos del “juicio humano” de un conductor.
Los retos del mercado europeo
A pesar de su experiencia en el país, Baidu enfrentará muchos desafíos para operar con éxito en Europa. Por un lado, la diversidad regulatoria entre los distintos países europeos representa un obstáculo importante. Por otra parte, las carreteras europeas, más estrechas y menos regulares que las anchas arterias en forma de cuadrícula de los Estados Unidos, podrían suponer una carga para los sistemas de conducción autónoma.
También cabe señalar que PostAuto, el potencial socio suizo, aclaró que actualmente no existe un acuerdo formal con Baidu, al tiempo que confirmó su interés en explorar nuevas soluciones de movilidad para satisfacer las necesidades futuras de los clientes.
La competencia se intensifica
La llegada de Baidu a Europa se produce en medio de una creciente competencia en el sector de los robotaxis. En Estados Unidos, empresas como Waymo de Alphabet ya tienen una presencia establecida, con una flota de 1.500 vehículos autónomos que realizan unos 250.000 viajes por semana. Y la expansión no se detiene: Waymo ya lo ha anunciado que también comenzará a probar sus vehículos autónomos en Tokio a principios de 2025, demostrando cómo la carrera por la movilidad autónoma es ahora un fenómeno global.
Otras empresas chinas como WeRide y Pony.AI también están mirando a los mercados extranjeros; esta última anunció recientemente una asociación con Uber para llevar sus vehículos autónomos a Estados Unidos y Oriente Medio.
2025 será un año decisivo para el futuro de la movilidad autónoma en Europa, con los robotaxis chinos listos para desafiar las regulaciones y hábitos del Viejo Continente. Una revolución silenciosa que, comenzando en las ordenadas calles de Suiza, podría cambiar para siempre la forma en que nos movemos por nuestras ciudades.