Si los fósiles marinos pudieran hablar, probablemente nos dirían que hagamos las maletas. Porque lo que revelan los foraminíferos del fondo oceánico no deja mucho espacio para el optimismo. Estos organismos unicelulares, que han sobrevivido a nada menos que cinco extinciones masivas, han grabado en sus caparazones calcáreos una historia climática que hace que nuestras peores pesadillas ecológicas parezcan paseos dominicales.
¿Y sabéis cuál es el dato más preocupante? Estamos repitiendo los mismos errores del pasado, pero a un ritmo acelerado. Como si la naturaleza hubiera presionado el botón de avance rápido de una película de terror que ya hemos visto demasiadas veces.
Los guardianes invisibles de la memoria de la tierra
Cuando miras un puñado de arena de mar, probablemente no pienses que tienes en tus manos uno de los archivos históricos más detallados del planeta. Sin embargo, esos granos podrían contener miles de foraminíferos fósiles, pequeños protozoos que durante más de 500 millones de años han documentado cada cambio climático en la Tierra. Los foraminíferos planctónicos son organismos marinos unicelulares con conchas calcíticas que viven en la parte superficial de los océanos., registrando en sus conchas las condiciones químico-físicas de las aguas en que se desarrollan.
Su importancia es tal que los paleoclimatólogos los consideran “termómetros vivientes” de los antiguos océanos. Cada vez que un foraminífero muere, su caparazón se deposita en el fondo marino, creando capa tras capa un registro continuo de temperaturas oceánicas pasadas, salinidad e incluso niveles de oxígeno. Como lo destacan estudios recientesEstos nanofósiles calcáreos nos permiten reconstruir el clima de zonas específicas de la Tierra remontándose a 200 millones de años atrás.
Fósiles marinos: supervivientes profesionales del Apocalipsis
Lo que hace que los foraminíferos sean tan valiosos para la ciencia del clima es su extraordinaria capacidad para sobrevivir. Sobrevivieron ilesos a la extinción que extinguió a los dinosaurios hace 66 millones de años., cuando un asteroide (¿O eran dos?) golpeó la Tierra creando condiciones que acabaron con el 75% de las especies vivas. Evidencia de este evento catastrófico Fue encontrado aquí mismo en Italia, en las gargantas de Bottaccione en Umbría, donde los fósiles marinos han documentado el momento del impacto con precisión milimétrica.
Pero el asteroide no era el único enemigo al que tenían que enfrentarse. Los foraminíferos han registrado cada una de las extinciones masivas, incluidos episodios de calentamiento global extremo como el PETM (Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno), ocurrido hace 56 millones de años. Un estudio internacional coordinado por el Instituto Max Planck Analizaron estos microfósiles para comprender cómo respondieron los océanos a un aumento de temperatura de 5 grados Celsius en un tiempo geológicamente rápido.
La alarma del presente
Lo que más preocupa a los investigadores es la velocidad del cambio actual. Durante el PETM, los ecosistemas tardaron más de 100.000 años en recuperarse a su estado anterior al evento. Hoy en día, los cambios en los ecosistemas se están produciendo a un ritmo extremadamente rápido.. Un estudio publicado en Nature demostraron que los conjuntos de plancton marino actuales son marcadamente diferentes de los de los tiempos preindustriales, lo que confirma que los ecosistemas marinos han entrado ahora en el Antropoceno.
Globigerinella caliente , capturado en el suroeste del Océano Índico con una red de plancton en 2009. Los tentáculos que utiliza para alimentarse y moverse son claramente visibles y se extienden una distancia significativa desde el caparazón.
Los datos son inequívocos: La abundancia de foraminíferos ha disminuido un 25% en los últimos 80 años. Como hemos señalado en Este artículo sobre los descubrimientos arqueológicos de 2023El registro fósil nos muestra cuán rápido pueden cambiar los equilibrios planetarios.
Fósiles marinos, el mensaje del pasado
Los foraminíferos no sólo nos cuentan sobre el pasado: también nos brindan las herramientas para comprender el futuro. El mensaje que surge de los fondos oceánicos de todo el mundo es tan claro como urgente. Estamos replicando las condiciones que llevaron a extinciones masivas en el pasado, pero a un ritmo sin precedentes en la historia de la Tierra..
Estos pequeños testigos del tiempo nos recuerdan que la Tierra sabe cómo sobrevivir a los cambios extremos. Las verdaderas preguntas son otras: ¿seremos capaces de hacerlo? Y lo más importante: ¿seremos capaces de aprender de sus testimonios antes de que sea demasiado tarde? Después de todo, los foraminíferos nos ofrecen su diario de 500 millones de años. Sería una pena no leerlo.