¿Cuánto tiempo se necesita para ver el colapso de un imperio? En el mundo del automóvil, al parecer, unos cuantos años. Mientras los gigantes europeos y estadounidenses se preguntaban sobre la oportunidad de abandonar el motor de combustión interna, las empresas chinas han construido silenciosamente un ecosistema de fabricación que hoy domina el mercado de los coches eléctricos de una forma casi vergonzosa.
Los números son despiadados: de los 20 fabricantes líderes en el segmento de coches eléctricos a batería, bueno, doce vienen del Reino Medio. No se trata de una simple prevalencia numérica, sino de un crecimiento exponencial que está redefiniendo el equilibrio global del sector.
Los coches eléctricos chinos: cifras de un dominio aplastante
Basta con mirar el ranking de los principales productores del mundo para comprender la magnitud del fenómeno. En la cima todavía encontramos Teslapero con BYD que lo sigue cada vez más de cerca, ahora dispuesto a superarlo definitivamente. Lo cual, en el plano financiero, ya ha sucedido: el gigante chino cerró 2024 con un facturación récord de 99 mil millones de euros, superando los 90 mil millones de la compañía de Elon Musk.
Los datos más impresionantes, sin embargo, siguen siendo los de la presencia global: Entre los diez principales productores mundiales, cinco son empresas chinas, casi todos ellos en fuerte crecimiento. La patrulla Dragón se hace cada vez más grande, con siete fabricantes en particular mostrando ritmos de desarrollo vertiginosos.
Geely, en tercer lugar, registró un +58%, incluso superando al grupo Volkswagen. Changan marcó un +43%, mientras que otras empresas como Nio, Leapmotor e Xpeng están creciendo a un ritmo rápido. Sólo Gac registra una caída del 20%, la única excepción en un panorama por lo demás triunfal.
Control estratégico de la cadena de suministro
La fortaleza de los coches eléctricos chinos es el control de la cadena de producción, empezando por el componente más estratégico: las baterías. CATL (Contemporary Amperex Technology Co. Limited) domina el mercado global con una participación superior al 38%, seguida de otra compañía china, la mencionada BYD, que ostenta casi el 17%.
Juntas, estas dos empresas controlan más de la mitad del mercado mundial de baterías para vehículos eléctricos. Un duopolio impresionante que deja a las empresas occidentales sólo con migajas. La surcoreana LG Energy Solution se mantiene en un honorable tercer puesto (participación del 9,8%), pero la brecha con los líderes es abismal.
Como en otros sectores, también en este caso la supremacía no es fruto del azar, sino de una estrategia muy precisa. China ha invertido mucho en el sector, considerándolo estratégico tanto para reducir la dependencia de las importaciones de petróleo como para mejorar la calidad del aire en las ciudades. El gobierno ha ofrecido generosos subsidios a productores y compradores, Invirtiendo más de 230 mil millones de dólares entre 2009 y 2023 para apoyar la industria de automóviles eléctricos de China.
La infraestructura que marca la diferencia
Mientras Europa y Estados Unidos aún debaten cómo implementar redes de carga, China ya ha construido más de 8,5 millones de puntos de carga públicos, más que el resto del mundo en conjunto. Esto ha eliminado uno de los principales obstáculos para la adopción masiva de vehículos eléctricos: la ansiedad por autonomía.
Además, la innovación continua ha dado lugar también a avances impresionantes en los tiempos de carga. BYD introdujo recientemente una tecnología Capaz de cargar un vehículo eléctrico en sólo cinco minutos, el doble de rápido que los Supercargadores de última generación de Tesla.
Las consecuencias para la industria occidental
El creciente dominio chino está poniendo a los productores europeos y estadounidenses en serias dificultades. En Europa, Las ventas de Tesla cayeron un 49% en los dos primeros meses de 2025, mientras que la cuota de mercado de la compañía de Musk cayó al 1,1%.
Mientras tanto, BYD casi ha duplicado sus ventas en el viejo continente (+94%), preparándose para una posible expansión aún más agresiva. Y esto a pesar de los deberes impuestos por la Unión Europea para intentar frenar la invasión de vehículos chinos.
La realidad es que la industria automovilística occidental corre el riesgo de encontrarse en una posición cada vez más marginal. Mientras los fabricantes europeos y estadounidenses luchan por adaptarse a la transición eléctrica, frenados por los altos costos y las incertidumbres estratégicas, los fabricantes chinos continúan lanzando nuevos modelos a un ritmo rápido, con precios competitivos y tecnologías de vanguardia.
Los coches eléctricos, un reto casi imposible entre chinos y Occidente
Para Europa y Estados Unidos, recuperar el terreno perdido parece cada vez más difícil. Esto requeriría inversiones masivas en baterías, infraestructura de carga y el desarrollo de nuevos modelos, así como incentivos gubernamentales comparables a los de China.
Pero el tiempo se acaba y la brecha tecnológica e industrial continúa ampliándose. La batalla por el futuro del automóvil parece ahora decidida, y se espera que China domine el sector durante las próximas décadas. Como también lo destaca este análisisEl panorama tecnológico global ya no es un simple flujo unidireccional de Occidente a Oriente, sino un ecosistema plural en el que China ha sido capaz de ganar liderazgo en sectores estratégicos.