¿Recuerdas cuando la inteligencia artificial... Azul profundo ¿Kasparov, el campeón mundial de ajedrez derrotado? Bueno, olvídalo, Porque en el tenis la IA no quiere ganarnos, sino entrenarnos mejor. El entrenador de tenis robot Tennisix di T-Apex, presentado hace unos días en Kickstarter, es la evolución de un sector que parecía congelado: ahora, de las simples máquinas lanzadoras de pelotas pasamos a un robot móvil que te sigue, analiza tu juego y responde en consecuencia.
No es casualidad que el proyecto alcanzara su objetivo de financiación en sólo cinco minutos. Porque no se trata sólo de tecnología, se trata de una revolución metodológica en la formación.

Un entrenador de tenis robot que responde a tus movimientos
Tenniix, como dije, no es el típico lanzador de pelotas que todos conocemos. Es un robot inteligente que pesa sólo 7 kg pero que contiene un potencial enorme. Gracias a una cámara 1080p incorporada, puede seguir tus movimientos en el campo y responder en tiempo real. Imagina entrenar con una máquina que no solo dispara pelotas de forma predecible, sino que adapta su trayectoria, velocidad y giro en función de dónde te paras y cómo te mueves. Como un entrenador de tenis de la vida real.
El dispositivo Se ha formado en más de 8000 horas de coaching profesional y encuentros reales., lo que le permite comprender la dinámica del juego y adaptarse a cualquier nivel de habilidad. Gracias a su cardán que permite una rotación horizontal de 46° y una rotación vertical de 50°, puede simular prácticamente cualquier tiro: desde globos altos hasta potentes golpes de derecha en la línea de fondo. ¿Listo?
No es exactamente como entrenar con Sinner, pero…
Los campeones como Jannik sinner Pueden contar con personal capacitado (salvo algún que otro y costoso desliz) y con un equipo de entrenadores dedicados: ¿qué pasa con los jugadores amateurs? Cada vez les faltan más compañeros con quienes entrenar. Para eso está Tenniix: su capacidad de lanzar saques a velocidades de hasta 120 km/h lo convierte en un rival desafiante incluso para los buenos jugadores.
Lo bueno es que este entrenador de tenis robótico se puede personalizar con más de 1000 ejercicios preestablecidos. Puede que no tenga el revés a dos manos de Alcaraz (todavía) ni la variedad táctica de un entrenador humano, pero ofrece algo que ningún entrenador puede garantizar: disponibilidad 24 horas al día, 7 días a la semana y una consistencia absoluta en sus golpes. 15-0 para él, vamos.
Entrenador de tenis robot: ¿cuánto puede costar?
El robot se ofrece en tres versiones: Basic, Pro y Ultra, con precios de lanzamiento en Kickstarter desde $699 a $1499. La versión Pro de 999 dólares, la más publicitada (como todas las versiones “medianas”: es marketing, baby), incluye un módulo con control de voz mediante pulsera y una app que almacena los datos recogidos durante las sesiones.
Imagínese lo que un joven podría haber hecho. Pecador con un instrumento de este tipo en los valles del Tirol del Sur, donde encontrar compañeros de entrenamiento de alto nivel no siempre es fácil. Pero esto es solo el comienzo: la visión de T-Apex (una empresa de San Francisco con experiencia en el campo de la robótica para el acondicionamiento deportivo desde 2018) es crear una herramienta que pueda democratizar el acceso a un entrenamiento de calidad.
El futuro de la formación
T-Apex no es la única empresa que explora este territorio. Hacia Georgia TechLos investigadores han desarrollado ESTHER, un robot que juega al tenis montado en una silla de ruedas. Sin embargo, lo que distingue a Tenniix es su practicidad: puede contener hasta 100 pelotas y la batería dura aproximadamente cuatro horas (suficiente para realizar unos 4000 saques).
Tal vez aún no sea el momento de despedir a los entrenadores de tenis humanos, y eso es bueno, pero una cosa es segura: el futuro del entrenamiento de tenis será cada vez más tecnológico. Y tal vez un día, cuando veamos al próximo Pecador levantar un trofeo de Grand Slam, sabremos que su personal también incluía un pequeño robot que lo ayudó a perfeccionar su juego.