Las certezas sobre titán Hay pocos. Sabemos que es la segunda luna más grande del sistema solar, que tiene lagos de metano líquido y una atmósfera espesa que oscurece su superficie. ¿El resto? Especulaciones, hipótesis (pero muy importante) y, seamos sinceros, también alguna fantasía de científicos demasiado entusiastas. Pero eso es exactamente lo que lo hace Libélula De la NASA tan fascinante: lo desconocido. Un helicóptero de propulsión nuclear diseñado para volar en la atmósfera alienígena de un mundo que podría albergar formas de vida completamente diferentes a las de la Tierra.
La noticia de que la misión ha pasado una prueba crucial (la llamada Revisión Crítica de Diseño) significa que estamos listos: la construcción de la nave espacial puede comenzar. Y con ella, la cuenta atrás para una de las misiones más ambiciosas de la historia de la exploración espacial.
Un paso crucial hacia las estrellas
La superación de la prueba de la Dragonfly de la NASA, como ya se ha dicho, no es un detalle menor: significa que el proyecto es sólido, los planos están aprobados y todo ese material técnico que transforma una idea brillante en algo concreto ha sido evaluado y aprobado. Cito textualmente y estrictamente en el "idioma original". del comunicado de prensa oficial:
Superar este hito de la misión significa que los planes de diseño, fabricación, integración y pruebas de la misión Dragonfly están todos aprobados, y la misión ahora puede centrar su atención en la construcción de la nave espacial en sí.
La tranquilidad de estas declaraciones oficiales me hace sonreír. Detrás de esas palabras asépticas Allí está el trabajo febril de cientos de personas que están realizando uno de los sueños más locos de la humanidad: Envía una máquina voladora a un mundo alienígena para buscar rastros de vida. Un proyecto de 3,35 millones de dólares que se lanzará no antes de julio de 2028 a bordo de un cohete Halcón pesado di SpaceX. ¿Quieres algunos avances?

NASA Dragonfly: Viajes interplanetarios y la búsqueda de vida
Siete años. Ese es el tiempo que tardará Dragonfly en llegar a Titán después del lanzamiento. Un viaje interplanetario que lo llevará a más de 1,4 millones de kilómetros de la Tierra. ¿Y luego? Y luego viene el verdadero espectáculo: tres años (al menos) volando sobre dunas de hidrocarburos y lagos de metano para comprender si este extraño mundo podría albergar alguna forma de vida.
El helicóptero (un término elegante para “helicóptero espacial”) estará equipado con cámaras, sensores y muestreadores diseñados para evaluar la habitabilidad del cuerpo celeste, en busca de la química prebiótica que podría ser el preludio de la vida. O tal vez, quién sabe, buscando señales de vida real.
La misión está dirigida por Laboratorio de física aplicada Johns Hopkins (APL) en Maryland, con Elizabeth Turtle como investigador principal. Y a pesar de los retrasos y los crecientes costos (muéstreme una misión espacial sin esas cosas), estudiar Titán sigue siendo una alta prioridad para los científicos debido a su potencial para albergar vida extraterrestre.
Un mundo de posibilidades ocultas
Titán, como habrás comprendido, es un lugar extraño y maravilloso. Es la luna más grande de Saturno y la segunda más grande del sistema solar después de Ganimedes de Júpiter. Su densa atmósfera esconde dunas de hidrocarburos y lagos de metano líquido. ¿Y bajo la corteza helada? Los científicos plantean la hipótesis de que existe un océano de agua salada, lo que añade posibilidades intrigantes para la existencia de alguna forma de vida.
En 2005, la misión Cassini trajo la sonda Huygens en Titán. Esa sonda, construida por la ESA, la Agencia Espacial Europea, realizó un aterrizaje con paracaídas que nos proporcionó las primeras imágenes de cerca de este misterioso mundo. Si tiene éxito, la Dragonfly de la NASA podría cambiar nuestra comprensión de cómo podría surgir la vida en otras partes del sistema solar.
Un helicóptero nuclear que volará en la atmósfera de una luna alienígena. Si este no es el futuro que imaginamos cuando éramos niños, no sé qué será. Lo que más me llama la atención es la paciencia: planificar hoy (o mejor dicho, Desde hace bastante tiempo) algo que volará dentro de diez años a un mundo muy lejano. Me hace pensar que, a pesar de todo, todavía somos capaces de mirar lejos, más allá del horizonte inmediato de nuestras vidas. Y éste, quizás, es el verdadero valor de misiones como ésta.