El aleteo de una mariposa puede desatar un huracán, pero incluso el cambio más pequeño en una proteína de nuestro cuerpo puede generar un cataclismo celular. Eso es lo que el capivasertib, un fármaco que representa un punto de inflexión en la batalla contra uno de los asesinos más despiadados de nuestro tiempo: el cáncer de mama.
Después de años de investigación, esta píldora que se toma dos veces al día ha Acabo de recibir la aprobación para su uso en el Servicio Nacional de Salud (NHS). No es una varita mágica que eliminará el cáncer de mama, pero podría ser el arma que finalmente nos permita ganar terreno en una guerra que parecía perdida. Y en esta batalla, cada centímetro ganado vale oro.
El mecanismo detrás de capivasertib
Capivasertib es todo menos un medicamento común. Actúa como una especie de saboteador molecular, infiltrándose en los mecanismos que gobiernan la proliferación de las células tumorales. En concreto, se dirige a una proteína aberrante que funciona como un conductor perturbado, ordenando a las células cancerosas multiplicarse sin control.
La belleza de este enfoque radica en su precisión. En lugar de bombardear indiscriminadamente el cuerpo con agentes tóxicos (como lo hace la quimioterapia tradicional), capivasertib ataca un objetivo específico. Es como apagar un interruptor molecular. Esto también significa que podría retrasar la necesidad de quimioterapia, evitando a los pacientes los infames efectos secundarios que a menudo son tan devastadores como la enfermedad misma.
Me parece especialmente fascinante cómo estas nuevas terapias dirigidas están cambiando el paradigma del tratamiento del cáncer: ya no son armas generalizadas, sino “ataques de precisión” inteligentes.
Las cifras de aprobación
La decisión de Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Atención (NICE) abre escenarios alentadores. Según estimaciones, más de 1000 mujeres se ven afectadas por cáncer de seno Los pacientes HR positivos y HER2 negativos podrían beneficiarse de este tratamiento cada año en el Reino Unido.
I resultados de estudios clínicos ellos hablan claramente: la combinación de capivasertib e fulvestrante (una terapia hormonal) aumentó el tiempo antes de que la enfermedad empeorara en aproximadamente 4,2 meses en comparación con placebo más fulvestrant. Cuatro meses pueden parecer poco tiempo para alguien que nunca ha tenido que lidiar con un diagnóstico de cáncer avanzado, pero para quienes viven esta realidad representan un tesoro invaluable.
En 2020, 2,3 millón de personas han recibido un diagnóstico de cáncer de mama a nivel mundial, y aproximadamente 685.000 han muerto debido a una enfermedad. Estos datos resaltan la importancia de ampliar las opciones terapéuticas disponibles para abordar una enfermedad que sigue representando un desafío para la salud mundial.
Las implicaciones futuras
Secondo kristian helin, director gerente deInstituto de Investigación del Cáncer de Londres, esta aprobación “es un triunfo que mejorará el tratamiento para estos pacientes con el tipo más común de cáncer de mama avanzado”. Aproximadamente la mitad de los pacientes con este tipo de cáncer de mama tienen mutaciones en uno o más genes, y para ellos capivasertib puede detener la progresión de la enfermedad.
Pero no nos engañemos: no estamos hablando de una cura definitiva. El cáncer de mama metastásico sigue siendo incurable. Sin embargo, lo que estamos aprendiendo a hacer es es transformarla en una condición crónica con la que podamos vivir más tiempo y con mayor dignidad.
El camino para vencer definitivamente el cáncer de mama todavía es largo y tortuoso. Capivasertib es sólo una parada de un viaje que probablemente llevará décadas en completarse. Pero cada pequeño paso adelante es motivo de celebración; Cada día ganado es una victoria que vale la pena contar.