No vemos colores, no oímos sonidos, pero las moléculas de nuestra sangre hablan un lenguaje secreto. Son las vibraciones imperceptibles que se producen al ser impactados por destellos de luz infrarroja. Un lenguaje que pudiera contar la historia más importante: la de la detección del cáncer. Recientemente, algunos científicos de laInstituto Max Planck de Óptica Cuántica En Alemania han demostrado que Estas “huellas moleculares” pueden distinguir a los pacientes con cáncer de pulmón de los sujetos sanos con una precisión de hasta el 81%. Un descubrimiento que podría inaugurar un nuevo capítulo en el diagnóstico oncológico, más rápido y menos invasivo que las biopsias de tejidos actuales.
La detección del cáncer y el lenguaje secreto de las moléculas
Cuando las muestras de sangre se exponen a pulsos de luz infrarroja de un láser, las moléculas del plasma... empiezan a vibrar. No es poesía, es pura física: Los diferentes componentes de las moléculas absorben o reflejan la energía de los pulsos de luz y, como resultado, emiten su patrón de luz característico que puede registrarse y leerse como una “huella molecular infrarroja”. ¿Lo sorprendente? Esta firma difiere entre pacientes con cáncer y sujetos sanos. Me fascina cómo la ciencia puede explotar fenómenos invisibles para revelar verdades tan importantes.
El estudio publicado Ciencia Central ACS el 9 abril abre escenarios prometedores. El sistema de detección de cáncer basado en luz infrarroja se suma a una serie de nuevos análisis de sangre actualmente en desarrollo para diagnosticar una gran cantidad de cánceres, incluidos el de páncreas, de mama y gástrico. Es cierto que todavía estamos en fases iniciales de desarrollo, pero el objetivo es claro: detectar el cáncer antes que los métodos actualmente disponibles y hacerlo de forma menos invasiva que las biopsias de tejidos tradicionales.
Detección del cáncer, el papel de la inteligencia artificial y los desafíos futuros
Para crear este nuevo análisis de sangre, Michaela Zhigman y sus colegas primero entrenaron un modelo de IA para detectar diferencias en la huella digital del plasma recolectado de más de 2.100 personas. Una muestra que incluyó pacientes con cáncer de pulmón, próstata, mama o vejiga que aún no habían recibido tratamiento para su enfermedad. ¿La comparación? Para cada paciente con cáncer, los investigadores mostraron a la IA una muestra de sangre de una persona del mismo sexo y edad similar sin cáncer.
“La huella molecular infrarroja basada en láser detecta el cáncer, lo que demuestra su potencial para el diagnóstico clínico”, afirmó el coautor del estudio. Michaela Zhigman.
Después de entrenar su modelo de IA con estos datos, los investigadores probaron su precisión al identificar señales de cáncer en el plasma de aproximadamente 430 personas que no estaban incluidas en los datos iniciales. ¿Resultado? El modelo logró una precisión de hasta el 81% al distinguir muestras de plasma de pacientes con cáncer de pulmón de aquellas de individuos sin la enfermedad. No puedo evitar pensar en cuántas vidas se podrían salvar si pudiéramos perfeccionar esta tecnología.
Limitaciones y perspectivas actuales
La luna siempre tiene un lado oscuro (lo digo irónicamente, pero la metáfora se sostiene): el modelo se ha revelado. mucho menos eficaz para detectar los otros tres tipos de cáncer incluidos en el estudio. Por ejemplo, identificó Sólo alrededor del 50% de los casos de cáncer de seno. Dadas estas limitaciones, se necesitará mucha más investigación antes de que pueda utilizarse en la práctica clínica. Sin embargo, los investigadores se muestran optimistas sobre sus perspectivas. Ahora planean entrenar el modelo en una gama más amplia de tumores, utilizando datos de más pacientes, para ver si pueden mejorar su precisión en la detección del cáncer.
Me gusta esta mezcla de cautela y esperanza que caracteriza la investigación científica. Todo gran descubrimiento siempre comienza con pasos pequeños e inciertos. La detección del cáncer basada en huellas moleculares infrarrojas podría algún día convertirse en una práctica rutinaria en los hospitales, o podría resultar un callejón sin salida. Pero cada intento nos acerca a la comprensión de esta compleja enfermedad. Y mientras tanto, seguiremos contemplando con asombro ese lenguaje secreto que fluye por nuestras venas, esperando ser descifrado.