La tranquilidad surrealista de los glaciares prístinos, las torres de roca que se alzan hacia el cielo. De repente, un sonido inesperado rompe el hechizo: una escalera que cae desde arriba, llevada no por las manos de un sherpa exhausto, sino por un dron. Me pregunto cuántas vidas podría haber salvado esta tecnología en las últimas décadas. En elEverest, la montaña más alta y quizás más letal del planeta, está tomando forma un cambio trascendental.
No se trata de una tormenta repentina ni de una nueva ruta de escalada, sino de algo más sutil y potencialmente más disruptivo: la llegada de los drones, máquinas voladoras capaces de transportar en pocos minutos lo que requiere horas de esfuerzo mortal a los humanos.
Everest, la distancia se acorta
Mira los números y comprenderás inmediatamente por qué esta tecnología podría cambiarlo todo: en el Everest El Campamento Base está situado aproximadamente a 5.364 metros sobre el nivel del mar, mientras que el Campamento Uno está a 6.065 metros. ¿La distancia del aire? Sólo 2,9 kilómetros. Aún así, para recorrerlo, Un sherpa necesita entre seis y siete horas de agotadora caminata a través de grietas ocultas y seracs inestables. ¿Un dron? Seis o siete minutos. Las matemáticas de la supervivencia no podrían ser más claras.
Y no es sólo cuestión de tiempo ahorrado. Es una cuestión de vidas. Milán Pandey se sienta en el campamento base, contemplando vistas que pocos han visto; pero llegó allí sin crampones ni piolets. Es piloto de drones y su trabajo consiste en acercar el mundo demontañismo Una revolución silenciosa pero profunda.
Su objetivo es simple y noble: ayudar a aquellos sherpas que durante setenta años han abierto el camino a los escaladores occidentales, a menudo pagando con sus vidas. Decenas de ellos murieron en el proceso. Pandey, de Tecnología de transporte aéreo, una startup local de mapeo con drones, cree que al combinar su experiencia tecnológica con el conocimiento de montaña de los sherpas, el techo del mundo puede convertirse en un lugar menos letal.

Drones en el Everest: El origen de una idea que salvó vidas
La necesidad es la madre de la invención, dicen. ¿Y qué necesidad es más urgente que la supervivencia? Mingma G Sherpa di Imagina Nepal, empresa que lleva casi una década guiando a montañeros, comprendió la importancia de este tipo de asistencia cuando perdió a tres amigos y guías de montaña en una avalancha. en 2023. Sus cuerpos nunca fueron recuperados.
Tuvieron que subir y bajar la montaña veinte veces para primero determinar la ruta y luego regresar por el equipo. Había oído que en China usan drones para ayudar con esto en otra montaña, así que pensé: "¿Por qué no aquí?".
cuenta con esa sencillez desarmante que sólo pueden permitirse quienes conviven a diario con la muerte.
Al mismo tiempo, Raj BikramCEO Puente aéreo Nepal, estaba cartografiando el Everest en 3D con drones cuando el alcalde de la región de Khumbu le preguntó cuánto peso podían soportar esos dispositivos. Una idea fortuita, nacida de la intersección del dolor y la tecnología, la tradición y la innovación. En abril de 2024Con la ayuda de dos drones donados por DJI de China, Airlift ha comenzado a realizar experimentos.
“Al principio, como también era nuestra primera vez en el Campo Base del Everest, no estábamos seguros de cómo se comportaría el dron a esa altitud y temperatura”
Y no era un temor infundado. La visibilidad reducida y la velocidad del viento se encuentran entre los principales desafíos. Me tomó un mes conocer el terreno. Pero valió la pena: la primera operación de limpieza de Airlift Nepal utilizó un dron para trasladar alrededor de 500 kg de residuos desde el Campamento Uno al Campamento Base.
Hombre y máquina, una simbiosis necesaria
Para la temporada de escalada del Everest de 2025, Pandey dice que Airlift ayudará a los sherpas a transportar primero el equipo y luego a recoger la basura. Es una colaboración, no un reemplazo. Los sherpas le indican a Pandey la dirección correcta y luego él vuela un pequeño dron para recorrer el sendero. En ese momento, los sherpas hacen lo que siempre han hecho: suben hasta los peligrosos seracs.
“Una vez que saben que necesitan una escalera o una cuerda, nos envían las coordenadas por walkie-talkie y luego transportamos el equipo hasta allí”, explica Pandey. Los drones también pueden transportar equipos que salvan vidas, como tanques de oxígeno y medicamentos.
Todavía queda mucho por hacer, por supuesto. Cada dron cuesta 70.000 dólares, y eso es sólo el comienzo del gasto. “En el Campo Base todo es caro”, observa Bikram. Como no hay electricidad, necesitamos mucho combustible para cargar las baterías. El costo de llegar al campamento, la mano de obra, el alojamiento y la comida... es mucho.
Las raíces de una tradición
Sherpa Dawa Janzu, de 28 años, ha sido “líder” en el Everest con los médicos del glaciar durante ocho años. El equipo sherpa está liderado por un anciano que ha desarrollado su experiencia en navegación y decide la ruta, pero es el líder con su fuerza y juventud quien va primero por el glaciar.
“Hay mucho hielo seco en el Everest este año, lo que hace muy difícil arreglar los senderos, y hay muchas torres de hielo en el medio”, afirma. Los drones reducen a la mitad el tiempo y el nivel de riesgo, aunque no lo hace por diversión: es el único sustento de su mujer y sus dos hijas.
“Con el mal tiempo que hemos tenido este año no habríamos podido arreglar el sendero a tiempo si no fuera por esa ayuda”, añade. Y quizá ahí esté la clave: una tecnología que no sustituya al hombre, sino que le ayude a sobrevivir, a regresar a casa con sus seres queridos.