¿Cuántas veces te has preguntado qué hay realmente en esos caramelos gomosos que tanto les encantan a los niños? No todo el mundo sabe la respuesta, aunque puede que sorprenda a algunos: gelatina animal. Sí, el que se obtiene al hervir huesos, cartílagos y piel. Un ingrediente tan común que es casi invisible en nuestras vidas, pero tan problemático para quienes intentan reducir el impacto ambiental de sus elecciones.
Porque, veréis, la gelatina es uno de esos componentes que parece imposible de sustituir. Pero los investigadores de laUniversidad de Ottawa Podrían haberlo encontrado en el goma tragacanto, extraído de la savia de algunas legumbres, una posible salida.
La gelatina escondida por todas partes
La gelatina no sólo se encuentra en los dulces. Se esconde en muchos productos que consumimos a diario, desde cápsulas de medicamentos hasta envases “verdes” (sí, hay cierta ironía extraordinaria en esto). ¿No te parece paradójica la idea de utilizar partes de animales para crear envases “ecológicos”? Buscamos desesperadamente alternativas a los plásticos, pero seguimos hirviendo desechos animales para otros usos; El círculo no está cerrado, y la coherencia tampoco.
Sin embargo, el desafío de encontrar sustitutos adecuados es enorme: La gelatina tiene propiedades únicas que la hacen casi irreemplazable. Su peculiar estructura y transparencia son características que cualquier alternativa debería replicar a la perfección. No es sólo una cuestión de “similitud”; El sustituto debe comportarse exactamente como la gelatina en diversas aplicaciones, desde la confitería hasta el envasado.
“La gelatina tiene propiedades únicas y su uso es versátil”, dijo el autor del estudio. Ezgi Pulatsu. “Para reemplazarlo por completo, necesitamos replicar su microestructura y comprender su función en diferentes aplicaciones”.
La promesa de la goma tragacanto
¿Por qué la goma tragacanto podría ser un candidato ideal para reemplazar la gelatina animal? En primer lugar, es un subproducto de la savia de algunas plantas leguminosas y muestra características prometedoras tanto en términos de estructura como de transparencia. Es abundante en la naturaleza y sus propiedades básicas parecen las adecuadas.
El equipo Pulatsu Desarrolló películas que contenían diferentes concentraciones de gelatina y goma tragacanto (algunas construidas con capas alternas, otras con mezclas de los dos compuestos) y monitoreó su resistencia en soluciones de agua y sal. La parte fascinante de la investigación fue precisamente esto: ver cómo los dos materiales interactúan entre sí, se complementan o se obstaculizan.
¿Los resultados? Alentador pero no definitivo. La combinación óptima para mantener el comportamiento típico de la gelatina. Resultó ser una proporción de 3 a 1 entre goma tragacanto y gelatina animal. ¿El problema? La inclusión de goma tragacanto hace que la película sea más porosa y, por lo tanto, más vulnerable a la penetración de agua o soluciones salinas. No es exactamente lo ideal para un material que se supone que protege alimentos o medicamentos, ¿verdad?
El camino es largo
Aunque la goma tragacanto aún no puede sustituir completamente a la gelatina, los investigadores continúan su trabajo. Una posible vía es mejorar la idoneidad de la goma tragacanto mediante modificaciones químicas y estructurales que puedan aumentar sus propiedades mecánicas y de barrera.
“La sustitución parcial de la gelatina reducirá el uso de productos animales”, afirmó. Pulatsu. “Continúan nuestros esfuerzos para reemplazar completamente la gelatina”.
Cada aplicación específica tendrá sus propios desafíos. Por ejemplo, reemplazar la gelatina en los dulces requiere atención especial a los impactos de la goma tragacanto en la dulzura, la textura y la claridad, mientras que la fragilidad y la flexibilidad son factores clave para el envasado de alimentos.
No es sólo una cuestión técnica, sino también ética y económica. Me pregunto cuánto tiempo pasará antes de que las grandes empresas de alimentos abandonen la gelatina animal. El poder del hábito y el bajo costo son poderosos impedimentos para el cambio. Pero es precisamente aquí donde la ciencia puede marcar la diferencia, haciendo que la alternativa no sólo sea éticamente superior sino también económicamente competitiva.
Investigación fue publicado el Física de fluidos.