Piense en lo que significa perderlo todo en un incendio devastador: su hogar, sus recuerdos, su sensación de seguridad. Ahora imagina que además de eso, el desastre también ha alterado silenciosamente tu cerebro, perjudicando tu capacidad de tomar decisiones acertadas sobre tu futuro. Ésta es la alarmante conclusión de un nuevo estudio publicado Informes científicos. Investigadores de la Universidad de California en San Diego han descubierto que los supervivientes del incendio Camp de 2018 (uno de los más devastadores de la historia de California) muestran alteraciones significativas en los circuitos cerebrales responsables de la toma de decisiones. Es como si el trauma de los desastres naturales dejara una huella invisible pero profunda, alterando no sólo nuestro estado emocional, sino también la forma en que nuestro cerebro procesa las decisiones.
El cerebro que ya no sabe elegir
El estudio, dirigido por Jyoti Mishra, profesor asociado de la Facultad de Medicina de la UC San Diego y codirector delIniciativa de Resiliencia Climática de la Universidad de California, Participaron 75 participantes divididos en tres grupos: sobrevivientes directamente expuestos al incendio, personas indirectamente expuestas (miembros de la comunidad que presenciaron el incendio pero no fueron afectados directamente) y un grupo de control no expuesto.
Los resultados son francamente preocupantes.. Sobrevivientes del incendio Mostraron una reducción significativa en la capacidad de tomar decisiones que prioricen los beneficios a largo plazo. En términos técnicos, exhibieron un comportamiento reducido de “ganar-quedarse”, lo que significa que tenían menos probabilidades de seguir seleccionando la opción con mayores recompensas en el largo plazo.
Nuestras investigaciones anteriores han demostrado que los sobrevivientes del incendio Camp Fire de 2018 en California experimentan síntomas prolongados de trastorno de estrés postraumático, ansiedad y depresión, junto con hiperdistracción.
Trauma por desastre natural: sobreestimulación sin dirección
El estudio va más allá de simples pruebas de comportamiento. Utilizando electroencefalografía (EEG), los investigadores registraron la actividad cerebral de los participantes mientras realizaban tareas de toma de decisiones que implicaban recompensas monetarias. Los escaneos Se reveló hiperactividad en la región parietal del cerebro.o, ubicado en el corteza cingulada posterior (CCP), un área asociada con el pensamiento profundo.
Jason Nano, estudiante de bioingeniería en la UC San Diego y primer autor del estudio, explica:
“Quedó claro que los cerebros de los participantes expuestos directamente a incendios forestales se hiperactivaron significativamente cuando intentaron tomar decisiones adecuadas, pero aun así no lograron un buen desempeño en la tarea”.

Implicaciones para el futuro
Lo que hace que este estudio sea particularmente relevante es que los incendios forestales son cada vez más frecuentes debido a la cambio climático. Y parece que ya no se trata sólo de proteger nuestros hogares y bosques, sino también nuestras mentes.
Lo que me sorprende es que estos hallazgos puedan tener implicaciones mucho más allá de los incendios. Pensemos en todas las comunidades afectadas por inundaciones, huracanes y sequías prolongadas. Estamos hablando de un potencial tsunami de daños cognitivos que podría dificultar aún más la recuperación posterior a un desastre y la planificación de un futuro sostenible.
Los autores del estudio sugieren que el entrenamiento de atención plena y compasión puede ayudar a suprimir los pensamientos rumiativos y así mitigar los efectos del trauma. Pero el verdadero desafío será movilizar recursos para intervenciones tempranas posteriores a los desastres, en un mundo donde los desastres climáticos se están convirtiendo cada vez más en la norma, no en la excepción.