El intestino es el “segundo cerebro” que a veces ataca al primero: como en este caso. Una historia de traición biológica que surge de la investigación sobre la esclerosis múltiple, y los "culpables" son precisamente los bacterias intestinales.
En un estudio que podría reescribir los libros de texto de neurología, un equipo de investigadores alemanes analizó a gemelos idénticos para aislar la aguja en el pajar: los microbios específicos que podrían desencadenar la enfermedad. Y después de examinar 81 pares de gemelos (uno con EM, el otro sano), identificaron dos bacterias intestinales con una “cara fea”. El descubrimiento arroja luz sobre esa área nebulosa de interacción entre la predisposición genética y los factores ambientales que ha confundido a los científicos durante décadas.
El identikit de los sospechosos microscópicos
Científicos deUniversidad Ludwig Maximilian de Múnich Finalmente han identificado dos bacterias intestinales potencialmente responsables (Aquí puedes encontrar el artículo publicado en PNAS). Mientras los detectives finalmente identifican al culpable después de años de investigación inconclusa, los investigadores han señalado con el dedo a Eisenbergiella tayi e Lachnoclostridium, ambos miembros de la familia Lachnospiraceae.
Me fascina especialmente el enfoque metodológico: la elección de estudiar gemelos idénticos para eliminar la variable genética de la ecuación. Mismos genes, mismas predisposiciones, pero un gemelo desarrolla esclerosis múltiple y el otro no. ¿Qué hace la diferencia? Al parecer, estos diminutos habitantes de nuestros intestinos.
El equipo identificó hasta 51 tipos diferentes de bacterias cuya abundancia variaba significativamente entre los gemelos afectados y los sanos. Una diferencia que no puede ser casual (no entre gemelos idénticos) y que sugiere un papel directo de la microbioma intestinal en el desarrollo de la enfermedad.
la prueba del raton
Para confirmar sus sospechas, los investigadores hicieron algo brillante (y un poco inquietante): transfirieron el microbiota intestinal gemelos en ratones genéticamente predispuestos a desarrollar enfermedades similares a la esclerosis múltiple.

¿Los resultados? Los ratones que recibieron las bacterias de los gemelos enfermos desarrollaron síntomas parecidos a los de la EM. Un análisis más profundo confirmó que era E. tayi e Lachnoclostridium fueron los principales responsables.
Junto con nuestros estudios funcionales, esto respalda nuestra conclusión de que estas bacterias pueden desempeñar un papel crucial como desencadenantes ambientales de la EM humana, aunque se necesitarán más estudios para ampliar nuestros hallazgos actuales.
El eje intestino-cerebro nunca deja de sorprendernos, y está claro que es mucho, mucho más importante de lo que pensábamos.
Las bacterias intestinales, el camino hacia nuevas terapias
Por supuesto, el estudio tiene limitaciones. Todavía no podemos decir con absoluta certeza que estas bacterias intestinales sean la única causa directa de la esclerosis múltiple en los seres humanos. Incluso los experimentos realizados en ratones son indicativos, no definitivos. Hay que decirlo.
Pero la dirección es prometedora. Si se confirma que estas bacterias intestinales están implicadas en la aparición de la EM, podremos pensar en terapias que modifiquen el microbioma para prevenir o retrasar la enfermedad.
El equipo de investigación concluyó que esta estrategia experimental “podría allanar el camino para una comprensión funcional del papel de la microbiota intestinal en la esclerosis múltiple”. Una frase que esconde entre líneas un enorme potencial terapéutico.
Y quizá, dentro de unos años, ya no veamos a estas bacterias intestinales como traidoras, sino como objetivos a los que hay que atacar para ganar una batalla importante.