¿Alguna vez te has preguntado cómo transportar objetos por el aire sin drones o dispositivos voluminosos? Imagine un anillo suave deslizándose silenciosamente a lo largo de un cable, soportando cargas de hasta 12 veces su peso. Los investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte Convirtieron esta visión en realidad, creando un robot especial “teleférico”, un diminuto carro guiado por cables que sorprende por sus características.
No se trata de un teleférico tradicional, sino de un elastómero de cristal líquido que gira sobre sí mismo, avanzando gracias a la luz infrarroja. Podemos definirlo como un “anillo robótico blando”, capaz de recorrer trayectorias complejas, superar obstáculos y afrontar pendientes de hasta 80 grados.
La cinta que rueda sobre hilos invisibles
I robot blando Han existido durante algún tiempo, pero hasta ahora se han limitado a moverse en el agua o en superficies sólidas. La idea de un teleférico robot representa algo completamente nuevo. Segundo jie yin, profesor asociado de ingeniería mecánica y aeroespacial en Universidad Estatal de Carolina del Norte y autor correspondiente del estudio que vinculo aquí, el concepto está inspirado en los teleféricos que vemos en las montañas.
El diseño es sorprendentemente simple: Imagine una “cinta” muy fina de elastómeros de cristal líquido retorcida como un huso y luego cerrada para formar un anillo similar a una pulsera. Luego este anillo se enrolla varias veces alrededor de un alambre. Cuando se expone a luz infrarroja colocada perpendicularmente a la pista, la parte de la cinta que absorbe más luz se contrae, lo que desencadena un movimiento giratorio continuo que hace avanzar todo el anillo a lo largo del cable.

Teleférico robot, un espectáculo que desafía la gravedad
Confieso que la actuación de este pequeño robot teleférico me dejó sin palabras. No se trata de un simple prototipo que funciona únicamente en condiciones perfectas de laboratorio: el equipo de investigación ha demostrado que este artilugio puede recorrer trayectorias tan delgadas como un cabello humano o una pajita de cóctel.
También demostramos que puede seguir trayectorias complejas: no tiene por qué ser una línea recta.
Estas son las palabras de Fangjie Qi, primer autor del estudio y estudiante de doctorado en NC Estado. El robot es capaz de seguir curvas, círculos, espirales tridimensionales y otros patrones complejos de forma controlada. Y eso no es todo: puede superar obstáculos en la pista, como nudos o protuberancias, sin ningún problema.
Un futuro brillante para el transporte microscópico
La verdadera fortaleza de estos teleféricos robóticos reside en su adaptabilidad y capacidad para resolver problemas prácticos. Piense en lo útil que podría ser esto para transportar cargas pequeñas en espacios reducidos o complejos, como dentro de maquinaria o incluso el cuerpo humano (aunque esta última aplicación requeriría un mayor desarrollo).
El equipo ya está pensando en el futuro. Yin Dijo que están evaluando aplicaciones específicas para esta tecnología y están trabajando para adaptar los robots blandos para que respondan a entradas distintas a la luz infrarroja. Imaginemos tranvías robóticos alimentados por luz solar u otras fuentes de energía externas. Las posibilidades parecen infinitas.
El estudio, titulado “Robot autónomo de anillo blando guiado por trayectoria aérea”, fue publicado en la revista Ciencia avanzada y está disponible en acceso abierto.
¿Has visto el vídeo del robot en acción? No puedo evitar pensar que estamos ante una de esas innovaciones aparentemente simples que en el futuro podrían cambiar radicalmente la forma en que pensamos sobre el transporte de pequeños objetos. Y qué bonito es. A veces las soluciones más elegantes son también las más efectivas.