La idea de que una pulsera pueda combatir el dolor crónico parece casi una broma, como esos colgantes magnéticos que prometen curarlo todo. Pero esta vez el problema es serio. Muy grave. He visto a muchos seres queridos luchar diariamente con un dolor debilitante, obligados a tragar pastillas como si fueran caramelos, con todos los efectos secundarios que ello conlleva.
El dolor crónico no es sólo una sensación física: es un monstruo que corroe tu calidad de vida. Las noticias que llegan desde Francia podrían cambiarlo todo. Una startup, Remedee Labs, ha creado un dispositivo médico certificado que estimula la producción natural de endorfinas para aliviar el dolor crónico. Y el 80% de los pacientes vieron mejoras después de tres meses de uso. ¿Cómo funciona?
Un descubrimiento nacido de la intuición
Todo comenzó con David Crouzier, un investigador que tuvo una intuición mientras estudiaba algunas investigaciones del ejército francés. Su idea era tan simple como ingeniosa: ¿por qué no estimular el cerebro para que produzca sus propios analgésicos naturales?
De esta intuición nació una pulsera. capaz de activar la producción de endorfinas, aquellas sustancias que nos proporcionan sensaciones de bienestar y reducen el dolor crónico. Imaginemos a alguien que sufre fibromialgia y se despierta cada mañana con un dolor generalizado: con este dispositivo podría recuperar una calidad de vida que creía perdida para siempre.
Me viene a la mente mi abuela con aquella pulsera de cobre que llevaba llena de esperanza; Un intento desesperado que no funcionó. Sin embargo, conceptualmente, Remedee Labs parte del mismo principio: actuar desde la muñeca para influir en todo el organismo.
Contra el dolor crónico, un masaje invisible
El corazón de este dispositivo reside en las ondas milimétricas: un “masaje” invisible que envía una señal al cerebro recordándole que libere sus analgésicos naturales.
El corazón tecnológico es un microchip llamado CONOCE A (Disparador microelectrónico de endorfinas) que emite señales de muy alta frecuencia en la superficie de la piel. Estas ondas activan terminaciones nerviosas específicas, provocando que el cerebro libere endorfinas.
El resultado es sorprendente: En unos veinte minutos, el dolor crónico disminuye. Los ensayos clínicos han demostrado que 8 de cada 10 pacientes Perciben una mejora tras tres meses de uso continuo.
¿Un futuro sin pastillas?
La buena noticia es que esta pulsera, tras obtener la certificación de dispositivo médico, está a punto de comercializarse. Si todo va según lo previsto, estará disponible a finales de 2025, y se dará prioridad a los pacientes que padecen fibromialgia.
Piense en una persona que sufre de artritis que, en lugar de tomar antiinflamatorios a diario, puede simplemente usar esta pulsera para aliviar su dolor crónico.
Queda por ver si los sistemas nacionales de salud incluirán este dispositivo entre los reembolsados, haciéndolo accesible a todos. Porque la verdadera revolución contra el dolor crónico sólo será tal si es democrática y accesible a todos.