¿Hasta dónde puede saltar un robot del tamaño de tu pulgar? Si cree que la respuesta es “no mucho”, prepárese para pensarlo nuevamente. Un equipo de laUniversidad Harvard dirigido por el profesor Roberto J. Madera Ha creado un micro robot insecto con una asombrosa capacidad de salto: 1,4 metros, o 23 veces la longitud de su cuerpo.
¿El secreto de esta hazaña? Una “cola” artificial inspirada en unas pequeñas criaturas llamadas Colémbolos, organismos hexápodos que pueden parecer insectos pero en realidad pertenecen a un grupo diferente. Estos diminutos animales, que rara vez superan los 2 milímetros de longitud, son auténticos campeones del salto en el mundo natural. Y ahora, gracias a la biomimética, los robots insectos están aprendiendo sus trucos, abriendo posibilidades de exploración que hasta hace poco habrían parecido ciencia ficción.
El secreto del salto está en la “cola”
Los colémbolos, como se mencionó, son pequeñas criaturas que pueblan el sotobosque y se alimentan de materia orgánica en descomposición. Cuando lo dices así, casi suenan repulsivos. Pero no: el biomimetismo Él siempre tiene grandes lecciones para nosotros.
A pesar de su tamaño microscópico (apenas 2 milímetros), son capaces de realizar impresionantes saltos de hasta 102 milímetros, unas 50 veces la longitud de su cuerpo.
Su superpoder reside en un apéndice con forma de cola llamado fúrcula. Esta estructura, normalmente plegada bajo el cuerpo y mantenida en tensión por otro elemento llamado retináculo, funciona como un resorte cargado. Cuando el colémbolo libera su fúrcula, esta golpea con fuerza contra el suelo, catapultando al pequeño animal al aire en cuestión de milisegundos.
Los ingenieros de Harvard replicaron este mecanismo añadiéndolo a un robot existente llamado HAMR (acrónimo de Harvard Ambulatory MicroRobot). Esta pequeña maravilla tecnológica, de apenas 4,4 centímetros de largo, ya era capaz de moverse sobre cuatro patas a una velocidad de 8,4 longitudes corporales por segundo.
Un saltador ligero y eficiente
La horquilla artificial aplicada al robot insecto consiste en un brazo de empuje sujeto bajo la parte trasera del cuerpo por un sistema de enlaces paralelos hechos de actuadores de aleación con memoria de forma bajo tensión. Cuando este brazo se libera electrónicamente, golpea el suelo con fuerza, proyectando el robot hacia arriba en sólo 14 milisegundos.
En pruebas de laboratorio, el insecto robot de 2,2 gramos logró una distancia máxima de salto horizontal de 1,4 metros. Con el brazo adicional, el robot mide 6,1 centímetros, por lo que Este salto equivale a 23 longitudes corporales.
Este logro supera la distancia de salto de cualquier insecto del mismo tamaño, aunque sólo es la mitad de la de otro robot saltador de tamaño similar desarrollado previamente. Sin embargo, ese otro robot pesa 20 veces más que el HAMR modificado, haciéndolo mucho menos eficiente energéticamente.
Robots-insectos: un futuro de exploración
Es importante tener en cuenta que HAMR Él todavía puede caminar como siempre lo hacía. La capacidad de saltar podría ser útil para tareas como cruzar huecos, superar obstáculos o incluso chocar contra obstáculos ligeros para moverlos.
¿Posibles aplicaciones futuras para los descendientes de este robot insecto? Inspecciona áreas peligrosas, busca sobrevivientes atrapados entre los escombros en situaciones de desastre, explora otros planetas. Un gran salto, sin duda alguna.