Hay un momento preciso en el que la tecnología deja de ser una herramienta y se convierte en una entidad capaz de reconfigurar a la propia humanidad. Conocer, la propuesta de prisión virtual que está generando debate en todo el mundo, podría representar precisamente ese punto de no retorno.
Criminales sentados en cápsulas de alta tecnología, con recuerdos artificiales implantados en sus cerebros, manipulación en tiempo real de neurotransmisores y hormonas para inducir culpa, remordimiento y empatía. No, no es Black Mirror. Estudios en ratones ya han demostrado que los recuerdos pueden implantarse, modificarse y transformarse de negativos a positivos. La pregunta ya no es “si”, sino “cuándo” y, sobre todo: “¿realmente tenemos que hacerlo”?
La prisión que entra en la cabeza
El nombre en sí, Cognify, casi suena como una aplicación inocua para mejorar la memoria; En cambio, esconde un concepto inquietante: cápsulas tecnológicas donde los reclusos están conectados a un sistema que “inyecta” experiencias artificiales directamente en el cerebro. Me da escalofríos pensar que un autor violento pueda verse obligado a “experimentar” el crimen que cometió desde la perspectiva de la víctima. O que un traficante de drogas podría “experimentar” con simulaciones de adicción y recuperación.
La idea surgió Hashem Al-Ghaili, cineasta y divulgador científico berlinés, que lo presenta como una revolución necesaria para superar los límites del actual sistema penitenciario: hacinamiento, rehabilitación ineficaz, costes desorbitados. Con una prisión Cognify, argumenta, Los reclusos no se pudrirían en sus celdas, sino que saldrían de la prisión al cabo de unos minutos, todavía con toda la vida por delante y totalmente redimidos. En resumen, seguirían "un camino más eficaz hacia la reforma y la reintegración social". Una solución elegante, si no fuera por el pequeño detalle de la integridad mental violada.
La ciencia, recuerda también, ya ha demostrado que es posible implantar recuerdos falsos y transformar recuerdos aterradores en positivos. en 2018Los investigadores han conseguido transferir la memoria de un caracol marino a otro. Con la futura evolución de herramientas de IA como Sora di OpenAILa creación de simulaciones hiperrealistas será cada vez más posible.
Cerebros escaneados y memorias artificiales
¿Cómo funciona este sistema distópico? En primer lugar, un escáner de alta resolución mapea el cerebro del condenado, identificando las áreas donde Cognify “inyectará” los recuerdos artificiales. Luego, un auricular transmite experiencias personalizadas a la mente del huésped de la prisión, creando experiencias realistas que van desde el arrepentimiento hasta el crecimiento personal.
Mientras tanto (y aquí la cuestión surgida de la provocación de Al-Ghaili se vuelve aún más turbia) los datos del cerebro del prisionero serían enviados a una "computadora central para investigación científica", presumiblemente para comprender mejor la "mente criminal" y determinar el mejor enfoque para abordar futuros crímenes. Una especie de Minería de datos neuronales, en fin
La ética de borrar y reescribir
Las cuestiones éticas son explosivas. ¿Puede alguien realmente consentir la implantación de memorias artificiales? ¿Cómo podemos garantizar que esto no cause un trauma permanente? El propio Al-Ghaili admite:
Existen preocupaciones sobre el consentimiento, la privacidad y las posibles consecuencias psicológicas no deseadas de alterar los recuerdos. La implantación de recuerdos artificiales también plantea preguntas sobre la autenticidad del yo.
Y entonces, ¿cómo se readapta una persona a la realidad después de haber vivido años de experiencias en unos pocos minutos? Cognify sugiere que “los familiares del sujeto podrían recibir un informe completo de los nuevos recuerdos artificiales”. Pero la brecha psicológica aún sería abismal.
Incluso si la tecnología funcionara perfectamente, se necesitarían años de pruebas exhaustivas para garantizar que no causara daños irreparables. Y la pregunta fundamental sigue siendo: ¿Realmente queremos una justicia que literalmente reescriba las mentes?