“No está en tu cabeza”, dijeron los médicos. Y sí, la migraña crónica está ahí, en el cerebro, pero no como siempre hemos imaginado. Nuevos descubrimientos científicos están revolucionando nuestra comprensión de esta enfermedad, derribando décadas de dudas y malentendidos científicos.
Una historia de malentendidos
Desde el antiguo Egipto hasta el siglo XVII, la humanidad lo ha intentado todo contra la migraña crónica. ¿Tienes la más mínima idea? Para decirnos, los médicos egipcios Ataron cocodrilos de arcilla a las cabezas de los pacientes., mientras que los cirujanos medievales eran decididamente más radicales: Perforaron agujeros en el cráneo para “dejar salir el mal”. El siglo XX trajo consigo tratamientos más efectivos, pero en su mayor parte de los mil millones de personas que sufren en el mundo, el alivio siguió siendo un espejismo.
El punto de inflexión llegó con Arne Mayo y otros investigadores que han comenzado a realizar escáneres cerebrales en pacientes con migraña crónica. Por primera vez, vieron que durante las convulsiones se activaban diferentes regiones del cerebro. Y este descubrimiento ha transformado la percepción de la enfermedad: Del trastorno psicológico a la condición biológica concreta.
Pero no es sólo un dolor de cabeza.
El lo explica ricardo lipton, neurólogo de laAlbert Einstein Colegio de Medicina:La migraña crónica es un fenómeno mucho más amplio (y diverso) de lo que se creía anteriormente. Dom Horton, un editor británico, nunca tiene dolores de cabeza, pero sufre de mareos constantes y confusión mental. Fiona Gartside, un cirujano veterinario escocés, experimenta en cambio una variedad de síntomas que van desde sensibilidad a la luz hasta desmayos.
Sólo en los últimos 7 años la investigación ha identificado lahipotálamo como el centro neurálgico de la enfermedad. Arne Mayo Destaca cómo esto implica El sistema límbico, encargado de procesar la información sensorial y regular las emociones.. Los escáneres cerebrales muestran que la conectividad en el hipotálamo aumenta poco antes de una convulsión y luego colapsa durante la fase de dolor de cabeza.
Migraña crónica, la revolución de los gepantes
La esperanza tiene un nombre: gepanti. Esta nueva clase de fármacos, que bloquea la actividad de la péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP), está ofreciendo resultados prometedores. Peter Goadsby del King´s College de Londres, pionero de esta investigación junto con Lars Edvinsson dell 'Universidad de Lund, cuenta cómo los pacientes a menudo lloran de alegría cuando redescubren lo que significa una vida normal.
Por supuesto, todavía queda un largo camino por recorrer. Los gepantes sólo funcionan en una fracción de pacientes y algunos síntomas persisten. Diana Krause, neurofarmacólogo de laUniversidad de california, destaca cómo la migraña crónica ahora se considera “una condición tratable y manejable”, pero aún no completamente curable.
Me sorprende hasta qué punto esta revolución científica está finalmente dignificando a quienes sufren migrañas crónicas. Ya no es un trastorno que pueda tomarse a la ligera o descartarse como “estrés”, sino una verdadera condición neurológica que merece atención e investigación. El camino está marcado: el futuro del tratamiento de la migraña reside en una comprensión profunda del cerebro, no en cocodrilos de arcilla.