¿Alguna vez te has encontrado paralizado frente al estante del supermercado, incapaz de elegir entre docenas de productos casi idénticos? Usted no está solo. El estrés por elección es un fenómeno cada vez más común que afecta a la sociedad moderna, convirtiendo incluso las decisiones más triviales en una fuente de ansiedad y frustración. Un problema que los psicólogos están empezando a estudiar con mucha atención.
¿Qué es FOBO y cómo se manifiesta?
FOBO (Miedo a una mejor opción) fue definido por primera vez en 2004 por Patricio McGinnis, el mismo autor que acuñó el término más conocido FOMO (Fear of Missing Out, el miedo a ser excluido porque eres inadecuado en comparación con las vidas representadas por otros en las redes sociales).
Si el FOMO nos empuja a participar en todo por miedo a perdernos algo, el estrés de elección hace lo contrario: nos paraliza y nos impide involucrarnos en cualquier cosa. Como explica McGinnis:
FOBO es la ansiedad de que algo mejor pueda venir. Hace que sea indeseable comprometerse con las opciones existentes cuando hay que tomar una decisión.
Este fenómeno se manifiesta en muchos aspectos de la vida diaria: desde navegar sin parar por los perfiles de las aplicaciones de citas hasta posponer solicitudes de empleo mientras se espera la oferta perfecta. Incluso puede llevarnos a abandonar las compras online tras horas de búsqueda infructuosa de la “camiseta blanca perfecta” entre miles de opciones casi idénticas.
El estrés por elección, “Los orígenes”
El fenómeno tiene raíces profundas en nuestra biología evolutiva. McGinnis explica que nuestros antepasados estaban programados para esperar la mejor opción, ya que esto aumentaba sus posibilidades de supervivencia y éxito reproductivo.
Pero en la era moderna, donde un simple par de cordones en Amazon ofrece más de 200 opciones frente a las tres disponibles en las tiendas hace cincuenta años, este mecanismo adaptativo se ha convertido en una trampa cognitiva terrible y dañina.
Una perturbación de la abundancia moderna
El estrés de elección puede considerarse una “aflicción de abundancia”, como se sugiere McGinnis al New York Times. El origen de este fenómeno se observó por primera vez en Harvard Business School, donde los estudiantes mostraron una tendencia obsesiva a optimizar las opciones, viviendo en un limbo de “tal vez” y parálisis de decisiones.
Para tener FOBO, por definición, es necesario tener opciones: es el subproducto de un mundo hiperconectado donde todo parece posible y las alternativas son virtualmente infinitas.
Estrés por elección: ¿deberíamos convertirlo en otra enfermedad?
A diferencia de McGinnis, no todos los expertos están de acuerdo en una visión tan lineal del fenómeno. Nicky Lidbetter, Director General Ansiedad Reino Unido, sostiene que el estrés por elección puede ser más un “desencadenante” de condiciones de ansiedad preexistentes que un trastorno en sí mismo. La cuestión es compleja y puede surgir en relación con decisiones de diversa importancia.
El terapeuta Enrique Racine sugiere que el FOBO puede tener sus raíces en un trauma pasado, donde una mala decisión condujo a consecuencias negativas, o puede ser un patrón de comportamiento aprendido en la familia. Esta perspectiva abre interesantes reflexiones sobre el carácter adquirido o innato de este comportamiento.
Los efectos sobre la salud física y mental
Las consecuencias del estrés por elección pueden ser sorprendentemente graves. Segundo Enrique, puede evolucionar hacia trastornos de ansiedad o de personalidad, provocando una cascada de síntomas físicos como pérdida de apetito y alteraciones del sueño.
El impacto más significativo a menudo ocurre en las relaciones interpersonales y en las oportunidades de vida: desde la pérdida de oportunidades laborales hasta daños a relaciones personales significativas.
El círculo vicioso social
La FOBO puede crear un peligroso círculo vicioso de retroalimentación social. Como se destaca McGinnis, quienes la padecen tienden a convertirse en “tardíos crónicos” en las decisiones, enviando señales negativas a su entorno social. Este comportamiento puede llevar al aislamiento, convirtiendo a la persona en un “ermitaño virtual” obsesionado con la búsqueda de una perfección inalcanzable.
El estrés por elección: estrategias prácticas para superar el problema
La buena noticia es que existen formas de combatir el estrés por la elección. El psicólogo patricia dixon sugiere un cambio de paradigma fundamental: aceptar que nuestras decisiones pueden ser “suficientemente buenas” para el momento presente, sin esperar que sean perfectas para siempre.
En pocas palabras: la mayoría de las decisiones no son irreversibles. Si la selección de pizza no es muy buena, siempre hay una próxima vez. Incluso en el caso de decisiones tan importantes como la profesional, rara vez se trata de opciones definitivas e inmutables.
La importancia de la acción consciente
Los expertos coinciden en la importancia de desarrollar un enfoque más equilibrado en las decisiones, sin buscar obsesivamente la perfección:
Cuando tratas tu vida como un feed de TinderAl desplazarse sin comprometerse nunca con ninguna de las opciones posibles, envía un mensaje claro e inequívoco a todos los demás: usted es el último en llegar.
subraya McGinnis, destacando cómo el problema tiene repercusiones mucho más allá de la esfera personal.
Hacia un nuevo equilibrio decisional
En resumen, independientemente de que se lo reconozca o no como “malestar de abundancia”, la clave para superar el estrés de elección es encontrar un equilibrio entre buscar lo óptimo y aceptar lo “suficientemente bueno”. Significa aprender a valorar lo que tenemos en lugar de quedar paralizados por el espejismo de opciones potencialmente mejores.
En una época en la que las posibilidades parecen infinitas, desde ver películas en streaming hasta tu próxima cita, la capacidad de tomar decisiones informadas y avanzar con confianza se está convirtiendo en una habilidad cada vez más valiosa para nuestro bienestar psicológico y social. ¿O no?