Quizás los hayas visto en todas partes en las redes sociales: personas con sus rostros cubiertos por inquietantes máscaras LED que emiten luces de colores. Parecen sacadas de una película de ciencia ficción, y de hecho su origen es más espacial de lo que se piensa: fueron investigadores de la NASA, en los años 90, quienes descubrieron el potencial de la fototerapia.
Pero ahora que estas máscaras LED se han convertido en un elemento imprescindible en el cuidado de la piel en casa, es hora de entender si el brillo colorido esconde una efectividad real o solo un marketing bien presentado.
Máscaras LED: cómo funciona la magia de la luz
El mecanismo detrás de las máscaras LED tiene un nombre que suena mucho a película de ciencia ficción: fotobiomodulación, una tecnología en la que Hay mucha experimentación en marcha, no sólo a nivel dermatológico. El doctor Samantha Venkatesh, dermatólogo de Grupo médico de la Universidad Rush de Chicago, explica que se trata de longitudes de onda específicas que hacen que las células de la piel se comporten de manera diferente.
No es magia, sino pura física: cada color tiene una longitud de onda específica que penetra la piel a diferentes profundidades. La luz roja, por ejemplo, viaja alrededor de 700 nanómetros y llega más profundo.
“Ambos penetran la piel a diferentes profundidades, y eso determina sobre qué están trabajando”, explica. Venkatesh, haciendo referencia a los dos tipos principales de luz utilizados.
¿Rojo o azul? El dilema del color
La elección del color de la luz no es una cuestión estética, sino puramente funcional.
¿Otros ejemplos? Allá luz roja Estimula la producción de colágeno, ayudando a reducir las arrugas. Allá luz azul, con una longitud de onda entre 400 y 500 nanómetros, permanece en la superficie por más tiempo y combate las bacterias que causan el acné.
Algunos dispositivos también ofrecen luces ámbar, verde, amarilla y blanca, pero el precio aumenta proporcionalmente al número de opciones.
La verdadera pregunta es: ¿realmente funcionan?
La ciencia dice que…
Los estudios científicos pintan un cuadro de claroscuros. Para la luz roja, algunas investigaciones de 2007 e 2017 Han mostrado resultados prometedores en la reducción de arrugas. Pero en el caso de la luz azul la situación es más confusa.
Un metanálisis de 2019 Los estudios sobre la eficacia de los LED contra el acné han dado resultados contradictorios. Como dice Venkatesh: “Algunos estudios mostraron beneficios, otros no. “No tenemos datos sólidos y definitivos”.
La mayoría de las investigaciones se han centrado en los dispositivos profesionales utilizados en los consultorios médicos, y faltan estudios en profundidad sobre las versiones domésticas.
Guía de uso seguro
Si estás pensando en adquirir una de estas máscaras LED, aquí te dejamos algunos consejos imprescindibles. En primer lugar, Elija únicamente dispositivos aprobados, para garantizar que el dispositivo ha sido probado y realmente emite las longitudes de onda deseadas.
Al comenzar a utilizarlos, la constancia es fundamental: Se necesitan sesiones de 10 a 15 minutos, de 3 a 5 veces por semana. Y la limpieza también es fundamental: Utilice la mascarilla sobre el rostro limpio, antes de los productos de cuidado de la piel, y límpiela con toallitas con alcohol después de cada uso.
Por último, opte por mascarillas con protección ocular integrada. No es una opción, sino una necesidad para proteger la vista a largo plazo.
¿Quién debería evitarlos?
No todo lo que reluce es oro. Algunas personas deberían mantenerse alejadas de las máscaras LED: quienes sufren trastornos de fotosensibilidad, lupus o melasma, Por ejemplo. También deben tener cuidado quienes toman ciertos antibióticos como doxiciclina o minociclina.
Estos medicamentos aumentan la sensibilidad a la luz y Venkatesh Desaconseja el uso combinado de antibióticos y terapia LED. Siempre es mejor consultar a un dermatólogo antes de comenzar el tratamiento.
Máscaras LED: el veredicto final
El doctor Venkatesh Mantiene un optimismo cauteloso. “Se siente bien”, admite, “y para aquellos que quieren hacer todo lo posible para combatir el envejecimiento facial, vale la pena agregarlo a su rutina. Pero es fundamental elegir el dispositivo adecuado y tomar las precauciones adecuadas”.
Se me ocurre que, como suele ocurrir en el cuidado de la piel, la verdad se encuentra en algún punto intermedio. Las máscaras LED no son milagrosas ni inútiles: Son una herramienta que, si se utiliza correctamente y con las expectativas adecuadas, puede aportar su contribución. Pero recuerda: ningún dispositivo sustituye una buena rutina básica y un estilo de vida saludable. Aunque brille como un árbol de Navidad.