Algo no cuadra en las cifras de crecimiento de la energía solar en Italia. Como en un extraño juego de espejos, mientras que la potencia total instalada crece un 30%, el número de nuevas plantas cae un 25%. Una paradoja que esconde una verdad incómoda: La energía solar se está convirtiendo cada vez más en un negocio para los grandes actoresdejando atrás a las familias y a los pequeños consumidores.
Y eso no es una buena señal, porque esta tendencia podría convertir la democratización energética en un privilegio para unos pocos.
Crecimiento solar, un boom a doble velocidad
Como informa brillantemente Luca Pagni Vaielettrico (sitio que siempre recomiendo Por la precisión de sus análisis sobre el sector energético), 2024 fue el año de las plantas a escala de servicios públicos. Un término técnico que esconde una realidad muy simple: los grandes proyectos solares por fin están viendo la luz.
La potencia total instalada ha alcanzado los 37 gigavatios, según datos de Terna reelaborado por Italia solar. Una cifra impresionante que, sin embargo, sólo cuenta la mitad de la historia.
“El sector fotovoltaico italiano está viviendo una fase de sólido crecimiento, con un papel cada vez más fuerte de las plantas a gran escala”, explica Pablo Viscontini, Presidente de Italia solar.
El colapso de la energía fotovoltaica doméstica
El colapso del sector residencial me hace pensar: -21% de potencia instalada respecto a 2023. Hablamos de 1.789 MW frente a los 2.258 MW del año anterior. El número de instalaciones bajó de 359.772 a 274.537.
La multa del Super bonificación Dejó un vacío que nadie ha podido llenar. Es como si hubiéramos construido una autopista pero olvidado los caminos de acceso para llegar a ella.
Y el futuro no pinta bien, al menos sin nuevas medidas de apoyo a las familias.
Las empresas, por otro lado, están siguiendo el ritmo.
En el segmento comercial e industrial (de 20 kW a 1 MW) la situación parece más prometedora. Un aumento del 8% Puede parecer modesto, pero revela una creciente conciencia del mundo empresarial.
Las empresas se han dado cuenta de que la energía solar no sólo es una opción verde, sino también una estrategia para protegerse de la montaña rusa de los precios de la energía.
La estabilidad de los costos de la energía se está convirtiendo en una ventaja competitiva demasiado importante como para ignorarla.
Los gigantes del sol
El verdadero boom se encuentra en el sector a escala de servicios públicos, con plantas mayores de 1 MW. Una explosión del 163%: 3.045 MW frente a 1.157 MW en 2023. Unas cifras que marean.
La geografía de este crecimiento es interesante. Allá Lombardía domina con casi 5.000 MW en total, seguido de Veneto (3.768 MW) y Puglia (3.632 MW). Pero cada región tiene su propia especialidad.
El último trimestre de 2024 registró una aceleración particular, con 1,9 GW de nueva capacidad conectada.
Crecimiento solar, el riesgo de una fotovoltaica de élite
viscotini e Italia solar Lanzaron la alarma: "Se necesitan medidas específicas para apoyar a las familias en la transición energética". No es sólo una cuestión de números, sino de democratización de laenergía fotovoltaica.
Sobre la mesa hay tres propuestas: fomentar el autoconsumo, mejorar la gestión de la red y agilizar la burocracia. Parece fácil en el papel, pero la realidad es más compleja.
El decreto sobre Áreas Adecuadas podría complicar aún más el panorama, añadiendo nuevos obstáculos a la expansión de la energía fotovoltaica.
Una transición arriesgada
Me pregunto si realmente vamos en la dirección correcta. Una transición energética que excluya a las familias está destinada al fracaso o, peor aún, a crear nuevas desigualdades.
El éxito de las grandes plantas es ciertamente positivo, pero no puede ser el único camino. La energía solar debería ser un derecho, no un privilegio.
Como concluye Pagni en su artículo, el peligro es que la energía fotovoltaica se vuelva cada vez más “elitista”. Y en una transición energética respetable, no podemos permitirnos dejar a nadie atrás.