¿Cuántas veces has visto vídeos de “animales borrachos” en las redes sociales? Elefantes tambaleándose después de comer fruta fermentada, monos que parecen haber bebido demasiado, pájaros volando de forma descoordinada. Pero la realidad es mucho más compleja y fascinante que estas anécdotas virales.
En los últimos años, las investigaciones científicas han revelado que el consumo de etanol entre los animales está sorprendentemente extendido (desde las abejas hasta los chimpancés), pero no por las razones que uno podría imaginar. Los animales “borrachos” que vemos en los vídeos son probablemente más un producto de nuestra imaginación que un fenómeno real. La evolución, de hecho, Ha dotado a muchas especies de extraordinarios sistemas metabolizadores del alcohol. que les permiten alimentarse de fruta fermentada sin tambalearse como nosotros los humanos después de unas cuantas bebidas de más.
No somos los únicos que brindamos
Durante décadas, muchos creyeron que el consumo de alcohol era exclusivo de los humanos, una peculiaridad de nuestra especie vinculada a nuestra capacidad de producir deliberadamente bebidas fermentadas. Esta creencia se está derrumbando rápidamente bajo el peso de la evidencia científica.
La realidad es que Muchos animales consumen regularmente etanol de origen natural., y no se trata en absoluto de casos aislados ni de comportamientos anómalos.
La lista de especies que ingieren alcohol en la naturaleza continúa creciendo con cada nueva investigación. El moscas del vinagre, asociados durante mucho tiempo al alcohol por su tendencia a reproducirse en frutas fermentadas, son solo la punta del iceberg. A los insectos les gusta abejas y mariposas, a los pájaros les gusta Colibríes y ampelis, mamíferos como el Tupai de cola emplumada y loris pigmeos, e incluso primates no humanos, incluidos chimpancé (uno de nuestros parientes evolutivos más cercanos), todos han sido documentados consumiendo sustancias que contienen etanol.
La naturaleza es un bar al aire libre
etanol Es sorprendentemente común en el entorno natural. Contrariamente a la percepción popular que lo asocia principalmente a bebidas elaboradas por el hombre, se encuentra de forma natural en muchas frutas, néctares y savias. El proceso es tan sencillo como inevitable: cuando las levaduras, incluidas las Saccharomyces cerevisiae (la famosa levadura de cerveza), coloniza frutos ricos en azúcares, fermenta estos azúcares produciendo etanol.
Este proceso de fermentación natural transforma bosques y selvas en bares al aire libre. Estudios realizados en diversas partes del mundo (desde Panamá hasta Costa Rica, desde Singapur hasta Israel y Finlandia) han documentado la presencia de etanol en frutos silvestres. Aunque la concentración de etanol en estas frutas es generalmente menor que la de las bebidas alcohólicas elaboradas por el hombre, algunas frutas demasiado maduras, como las de la palma negra (Astrocaryum standleyanum), Puede contener niveles de etanol comparables a los de una cerveza estándar (alrededor del 5%).
Esta ubicuidad del etanol en la naturaleza explica por qué tantas especies diferentes lo ingieren regularmente. No es que estos animales estén tratando de emborracharse: simplemente están comiendo lo que tienen disponible en su entorno natural, que a menudo incluye frutas en diversos estados de fermentación.
Entonces, ¿los animales borrachos son un mito o una realidad?
A pesar de numerosas historias de elefantes que se tambalean después de comer fruta fermentada o de monos que parecen estar intoxicados, los científicos siguen siendo escépticos sobre la realidad de los “animales borrachos” en la naturaleza. Las anécdotas abundan, pero Ninguno de estos casos ha sido validado científicamente. Y hay una buena razón evolutiva para este escepticismo.
Desde el punto de vista de la selección natural, emborracharse sería extremadamente desventajoso. Un animal intoxicado sería más vulnerable a los depredadores, menos capaz de encontrar alimento o refugio y, en general, menos apto para sobrevivir en la naturaleza. Imaginemos a un primate que, aturdido por el alcohol, pierde el equilibrio mientras se desplaza entre las ramas de los árboles: las consecuencias podrían ser fatales.
En lugar de tolerar estos efectos negativos, la evolución ha favorecido adaptaciones que permiten a los animales metabolizar el etanol de manera eficiente, evitando así la intoxicación. Estas adaptaciones les permiten consumir frutas fermentadas (a menudo más maduras y ricas en nutrientes) sin sufrir los efectos de la embriaguez.
Los superhéroes del metabolismo del alcohol
El proceso metabólico del etanol en los animales es sorprendentemente similar al de los humanos. El etanol se oxida primero en acetaldehído (un intermediario tóxico) por la enzima alcohol deshidrogenasa, y luego el acetaldehído se convierte en acetato (menos tóxico) de la aldehído deshidrogenasa. Sin embargo, la eficiencia con la que las diferentes especies metabolizan el etanol varía enormemente.
Algunas especies han desarrollado capacidades metabólicas particularmente avanzadas. Chimpancé, gorilas y bonobosAl igual que los humanos, comparten una mutación que los hace particularmente eficientes en el metabolismo del etanol. Curiosamente, el único gran primate asiático, El orangután, que es altamente arbóreo (vive en los árboles), no presenta esta mutación. Esto puede deberse a que los orangutanes se alimentan principalmente de frutas directamente de los árboles, donde la fermentación es menos probable que en las frutas caídas al suelo.
Me fascina cómo estas diferencias metabólicas reflejan las diferentes estrategias de alimentación y entornos en los que evolucionaron estas especies. Las adaptaciones para metabolizar el etanol no son uniformes, sino que están estrechamente vinculadas a las presiones evolutivas específicas que cada especie ha enfrentado a lo largo de su historia evolutiva.
Más que una resaca: los beneficios del etanol
Si los animales no consumen etanol para emborracharse ¿por qué lo hacen? La respuesta puede estar en los muchos beneficios que puede ofrecer el etanol, más allá de sus efectos psicoactivos.
El etanol tiene propiedades antimicrobianas., lo que podría ayudar a neutralizar patógenos potencialmente dañinos presentes en los alimentos. Se sabe, por ejemplo, que las moscas del vinagre utilizan el etanol como automedicación contra los parásitos. Aunque la investigación en otros animales es limitada, es posible que otras especies también utilicen el etanol con fines medicinales. Dado que se ha observado que muchos animales, desde chimpancés hasta orangutanes, utilizan plantas para automedicarse, el uso de etanol de esta manera puede estar más extendido de lo que se cree actualmente.
Además, el etanol en sí mismo es una fuente de calorías., y su presencia a menudo indica un alto contenido de azúcar y nutrientes en los alimentos. Los escarabajos ambrosía, por ejemplo, utilizan el olor del etanol como indicador para encontrar árboles hospedantes adecuados para colonizar, ya que el etanol promueve el crecimiento de los hongos de los que se alimentan.
La mayoría de nosotros somos conscientes del impacto cognitivo del etanol, incluida la sensación de relajación. Si bien el etanol puede desempeñar un papel importante en la promoción de la sociabilidad en los seres humanos, este efecto aún no se ha estudiado en un contexto natural en otras especies. ¿Es posible que otros animales experimenten efectos similares? La pregunta sigue abierta e intrigante.
La fiesta en la naturaleza: de los animales “borrachos” aún queda mucho por descubrir
A pesar de los avances en la comprensión del consumo de etanol por parte de los animales salvajes, muchas preguntas siguen sin respuesta. Aún quedan muchas hipótesis sin probar y sabemos poco sobre si los animales buscan activamente etanol y alimentos fermentados.
Lo que está claro es que la “fiesta” del etanol es mucho más grande de lo que se creía y los humanos somos sólo una de las muchas especies que participan en ella. La principal diferencia puede ser que nosotros buscamos conscientemente la intoxicación, mientras que otros animales simplemente aprovechan los beneficios nutricionales y medicinales del etanol sin sufrir los efectos secundarios negativos.
Me gusta pensar que mientras nosotros, los humanos, seguimos preocupándonos por las consecuencias de beber demasiado, nuestros primos animales resolvieron este problema hace mucho tiempo, desarrollando sistemas metabólicos que les permiten disfrutar de los beneficios del etanol sin tener que lidiar con los inconvenientes de una resaca al día siguiente.
La próxima vez que veas un video viral de “animales borrachos”, quizá quieras reconsiderar lo que realmente estás viendo. En lugar de un animal intoxicado, es posible que estemos viendo a un hábil metabolizador de etanol que simplemente disfruta de una comida nutritiva, completamente sobrio a pesar del alto contenido de alcohol de su alimento.