Las llaman “elecciones del destino” y no es sólo una metáfora pegadiza. Las elecciones en Alemania marcará un hito en la historia reciente del país, con repercusiones potencialmente profundas en el futuro de laUnión Europea.
Una votación que llega en el punto álgido de una tormenta perfecta, con Alemania agotada por dos años de recesión, sacudida por un resurgimiento de ataques terroristas y ante una posible nueva ola de migrantes Llegando de los Balcanes y el Mediterráneo.
Elecciones alemanas: Merz ya ganó, pero gobernar será otra historia
Federico MerzEl candidato de la CDU tiene la victoria a su alcance. No soy un aventurero y me interesa ver el panorama general: no me dejo influenciar. de las encuestas lo que le da una clara ventaja sobre el canciller saliente Olaf Scholz, con un margen que se ha ido consolidando en las últimas semanas de la campaña electoral. Ganará porque tiene una larga experiencia política, tiene más carisma y determinación que su predecesor y sobre todo su "amplio campo" no tiene mejores alternativas que él para recuperar la confianza de los votantes tras años de gobierno liderado por los socialdemócratas.
Sin embargo, la verdadera prueba para Merz no será ganar las elecciones, sino lograr gobernar un país que enfrenta múltiples emergencias. Y aquí la historia cambia. Cargará con el peso de un legado difícil y con la responsabilidad de sacar a Alemania de la crisis más profunda en décadas. Un desafío complejo, que requerirá visión, coraje y capacidad de liderazgo.
Merz tendrá que hacer frente a una economía en recesión, con la PIL que en el último trimestre marcó un preocupante -0,3%. Una cifra que refleja las dificultades del modelo alemán, puesta a prueba por el fin de las importaciones de energía a bajo coste procedentes de Rusia y por la creciente competitividad de China en los mercados internacionales. La futura canciller tendrá que encontrar la manera de relanzar la competitividad del país, sin renunciar a su vocación industrial y exportadora.
La amenaza terrorista y la emergencia migratoria
Pero no es sólo la economía lo que preocupa a los alemanes. El país se ha visto afectado en los últimos años por una serie de ataques terroristas, a menudo perpetrados por inmigrantes o solicitantes de asilo. El último, hace apenas diez días en Múnich, ha reavivado el debate sobre seguridad e inmigración, empujando a una parte del electorado hacia laAfD, un partido que ha hecho de la lucha contra el Islam y el cierre de fronteras sus caballos de batalla.
Merz, aunque condena firmemente todas las formas de extremismo, tendrá que encontrar una respuesta a las preocupaciones de los ciudadanos en materia de seguridad e inmigración. No podrá ignorar estas cuestiones, pero tendrá que abordarlas con equilibrio, sin ceder a la tentación de eslóganes fáciles o soluciones simplistas. Una tarea que se hará aún más difícil por la posible nueva ola de inmigrantes que llegarán desde los Balcanes y el Mediterráneo, impulsada por la crisis económica y la inestabilidad política en muchos países de origen.
Defensa y política exterior: los desafíos de Merz
Pero los desafíos para la futura canciller no terminan aquí. Tras las elecciones en Alemania, Merz tendrá que afrontar un marco geopolítico cada vez más inestable e impredecible en el que su país deberá definir su papel. Habrá que evaluar si se debe fortalecer y cómo hacerlo. Defensa europea, equilibrando la necesidad de inversión en la modernización del ejército con las demandas de una parte de la opinión pública opuesta al intervencionismo militar excesivo.
En el ámbito de la política exterior, Merz tendrá que gestionar las relaciones con el Estados Unidos, complicado por las políticas proteccionistas de la administración Trump y la amenaza de aranceles. Será necesario encontrar un equilibrio entre la defensa de los intereses alemanes y la salvaguarda de un enfoque multilateral, respetando los valores fundacionales de la Unión Europea. Un ejercicio de diplomacia que exigirá grandes dotes negociadoras y una visión estratégica, ojalá mejor que la de su predecesor.
Elecciones alemanas, la incógnita de la AfD y el futuro de Europa
Una palabra sobre la AfD, el partido que podría capitalizar el miedo y el descontento para lograr un resultado histórico. Si la fiesta de Alice Weidel Debería superar significativamente el umbral del 15%, y todo indica que gobernar podría resultar un desafío aún más arduo para Merz.
Con una oposición tan fuerte y agresiva, el nuevo canciller podría encontrarse teniendo que lidiar con presiones nacionalistas y soberanistas y verse obligado a realizar mediaciones difíciles. Un escenario que inevitablemente repercutiría en el futuro de la integración europea: una posible deriva de Alemania podría de hecho socavar los cimientos del ya desesperado equilibrio de la Unión.
Es por ello que estas elecciones en Alemania se siguen con gran atención en todo el continente. El resultado de la votación del domingo tendrá consecuencias que irán mucho más allá de las fronteras de Alemania y redefinirán las estructuras de poder y los equilibrios geopolíticos en Europa. Mucho dependerá de la capacidad del nuevo gobierno para afrontar los numerosos desafíos que están sobre la mesa, desde la crisis económica hasta la gestión de los flujos migratorios, pasando por el relanzamiento del proyecto europeo (quizás sin pasar por un proceso de rearme).
Una responsabilidad histórica para el futuro canciller
En un momento tan delicado, Alemania se encuentra en una encrucijada. Tendrá que elegir si asume el papel de líder y potencia estabilizadora que muchos en Europa esperan de él o si se replega sobre sí mismo, cediendo quizás a la tentación de soluciones nacionalistas y populistas. Una elección que inevitablemente pesará sobre el destino del continente.
Friedrich Merz tendrá que demostrar que está a la altura de la situación desde el primer día de su mandato. Tendrá que ser el canciller de la recuperación económica, de la seguridad y de la cohesión social. Pero también y sobre todo canciller del diálogo y de la cooperación europea, capaz de equilibrar los intereses nacionales con la necesidad de una acción común ante los grandes desafíos globales.
Si es capaz de interpretar el espíritu de los tiempos, si es capaz de indicar una perspectiva de desarrollo y de progreso, entonces será verdaderamente capaz de abrir una nueva fase en la historia alemana y europea. Una etapa en la que Alemania vuelve a ser un punto de referencia, no para imponer su hegemonía, sino para construir un futuro de paz, bienestar y solidaridad para todos los pueblos del continente. Lo que está en juego no podría ser más importante.