Imagine una cometa de alta tecnología que, en lugar de volar con el viento, genera electricidad realizando incansables figuras en forma de ocho en el cielo. Esto es exactamente lo que el dron de ala desarrollado por Elevación del viento, una startup de Carolina del Norte que tiene como objetivo revolucionar el mundo de la energía eólica fuera de la red.
Esta tecnología podría llevar electricidad incluso a los lugares más remotos, a un coste menor y en un espacio menor que las turbinas eólicas tradicionales. Esto es de qué se trata.
Una “cometa” que genera electricidad al volar
El corazón del sistema Windlift es un zángano con una envergadura de aproximadamente 3,7 metros, con generadores eléctricos integrados en las alas. El avión está anclado al suelo mediante un cable de acero de unos 60 metros, que también actúa como conductor de la electricidad generada.
El despegue se produce de forma vertical, como un helicóptero, hasta que el cable queda completamente tensado. En ese momento, el dron inicia una serie de espectaculares “inmersiones” laterales, manteniendo siempre el cable tenso, antes de volver a elevarse e invertir la dirección en un eterno vuelo en forma de ocho.
En términos de ingeniería y aeronáutica, esto se llama “vuelo con viento cruzado”. Una técnica utilizada para maximizar la sustentación o el empuje volando perpendicularmente a la dirección del viento.
En el caso de Windlift, el objetivo es generar energía fuera de la red. Con cada “inmersión”, los rotores del ligero cuadro de fibra de carbono (11-13 kg) son atravesados por un flujo de aire. que genera un empuje igual a 2-5 G, alternando fases de tracción y resistencia. La electricidad así producida, aproximadamente 30 kWh, se envía directamente a la estación terrestre., que puede conectarse a una batería, a un servicio doméstico, a la red municipal o a cualquier otro destino.
Energía eólica portátil y asequible
Treinta kilovatios por hora pueden parecer poco comparados con una moderna turbina eólica marina de 26 MW, capaz de abastecer a 8.500 hogares. Pero el punto fuerte de Windlift es otro: portabilidad y bajos costes. Según la empresa, su sistema Es aproximadamente un 80% más barato que las turbinas eólicas tradicionales y requiere entre un 90 y un 95% menos de materiales.
Además, puede proporcionar energía incluso en los lugares más remotos con una instalación mínima. Todas estas características atrajeron la atención del Departamento de Defensa de Estados Unidos, que otorgó a Windlift una subvención de 30 millones de dólares para investigación y desarrollo. ¿A cambio? Sistemas portátiles para alimentar estaciones operativas avanzadas.
El futuro de la energía “voladora” fuera de la red
Windlift está diseñando actualmente un sistema de 75 kWh con una envergadura de 12 metros para aplicaciones comerciales. Según la empresa, superar ese tamaño sería contraproducente debido a la ley del cubo-cuadrado, lo que haría el sistema menos eficiente y menos portable. Un cuadro de 12 metros todavía se puede transportar en un contenedor estándar.
Windlift no es el primero en explorar esta tecnología. En 2016, el proyecto Makani Google X Labs fue el primero en el mundo en generar energía fuera de la red con una cometa “voladora”, apuntando a sistemas a escala industrial de 600 kWh.
Sin embargo, tras una inversión inicial de 15 millones de dólares y la adquisición completa por parte de Google en 2013, el proyecto se cerró en 2020. ¿Razón? Demasiado arriesgado.
Quizás al centrarse en la portabilidad y la pequeña escala, Windlift pueda encontrar un nicho de mercado para esta tecnología. En un mundo cada vez más ávido de energía limpia y asequible, soluciones como esta podrían realmente tener éxito, llevando electricidad eólica allí donde las palas de turbinas gigantes no pueden llegar.