Las aplicaciones espía son una herramienta poderosa, pero también peligrosa. Cuando se utilizan con fines ilícitos, pueden amenazar la libertad de prensa y los derechos humanos. Eso es exactamente lo que pasó con Soluciones Paragon, una empresa israelí acusada de atacar a periodistas y activistas mediante ataques de “cero clic”. Pese a que la compañía asegura prohibir explícitamente este tipo de prácticas, la polvareda que se levanta en estas horas demuestra que algo no funciona. El gobierno de Estados Unidos y sus aliados se encuentran entre los clientes confirmados de Paragon., pero ¿quién controla realmente el uso de estas tecnologías?
El caso de las aplicaciones espía israelíes: cuando la seguridad se convierte en vigilancia
Las aplicaciones espía desarrolladas por empresas israelíes como Paragon Solutions están generando crecientes preocupaciones a nivel mundial. Estas tecnologías, diseñadas para garantizar la seguridad nacional, están en el centro de los últimos escándalos relacionados con la violación de la privacidad de periodistas, activistas y miembros de la sociedad civil.
Un caso emblemático concierne a Italia. Aquí, quien pagó el precio de este software espía probablemente vinculado a gobiernos o entidades estatales fue un editor de un periódico. Página De Fans es un periódico online que recientemente ha realizado varias investigaciones “incómodas”: recientemente publicó grabaciones secretas que muestran a miembros de la juventud del partido italiano Fratelli d'Italia haciendo comentarios racistas y antisemitas y coreando consignas fascistas. Este trabajo periodístico provocó una reacción violenta, con acusaciones de que se había utilizado software espía para vigilar e intimidar a los periodistas involucrados.
Si bien aún no hay evidencia directa de la participación de Paragon Solutions en este caso específico, el modus operandi recuerda a otros ataques atribuidos a tecnologías similares, como pegaso, también desarrollado por una empresa israelí, NSO Group.
¿Cómo funcionan las aplicaciones espía?
Las aplicaciones espía como las producidas por Paragon y otras empresas israelíes se basan en técnicas avanzadas de vigilancia digital. Una de las características más insidiosas de estas herramientas es la capacidad de infiltrarse en dispositivos sin ninguna interacción del usuario, a través de ataques de “cero clic”. Estos exploits explotan vulnerabilidades ocultas en los sistemas operativos de los teléfonos celulares, permitiendo a los atacantes acceder a mensajes, llamadas, fotos e incluso micrófonos y cámaras.
El asunto es bastante grave: hasta 90 periodistas y activistas en todo el mundo han sido blanco de ataques de este tipo. Entre las víctimas se encuentran los italianos Francesco Cancellato, director de Fanpage.it, y el activista libio Husam El Gomati, que vive en Suecia y lucha contra las políticas migratorias entre Italia y Libia. Ambos confirmaron que habían sido atacados por software espía durante sus actividades profesionales.
Las contradicciones de las soluciones Paragon
Sin embargo, a pesar de las acusaciones, Paragon Solutions continúa defendiendo su reputación. El Presidente Ejecutivo Juan Fleming dijo que la compañía “requiere que todos sus clientes acepten términos y condiciones que prohíben explícitamente los ataques ilegales contra periodistas y otras figuras de la sociedad civil”. Sin embargo, estas palabras parecen lacónicamente anticuadas. de la realidad de los hechos.
Fleming tampoco respondió algunas preguntas cruciales, como qué países considera “aliados” de Estados Unidos y qué mecanismos de supervisión existen para verificar el cumplimiento de las políticas de uso. Esta falta de transparencia alimenta aún más las dudas sobre la eficacia real de las medidas de cumplimiento adoptadas por la empresa.
El papel del gobierno estadounidense (y del italiano)
El Gobierno de los Estados Unidos es uno de los principales clientes de Paragon Solutions, junto con a otros países aliados. Esto plantea preguntas importantes sobre las implicaciones éticas del uso de estas tecnologías. Si bien por un lado pueden utilizarse para proteger la seguridad nacional, por otro Existe un riesgo real de que se utilicen con fines represivos o de control político. Incluso en Italia, El debate sobre el espionaje digital está acalorado. en 2022La policía italiana ha recibido varias acusaciones de utilizar Pegasus para espiar a políticos, periodistas y activistas, provocando una ola de críticas por la sociedad civil.
Estos casos demuestran cómo las aplicaciones de espionaje pueden transformarse fácilmente de herramientas de seguridad a armas de opresión, especialmente en contextos que carecen de una regulación adecuada. Sin una supervisión adecuada, el riesgo es que las herramientas diseñadas para proteger se conviertan en armas de opresión. Como sociedad debemos preguntarnos: ¿a qué precio queremos seguridad? ¿Y quién decide dónde trazar la línea entre la protección y la invasión de la privacidad?