El botón rojo de cierre de sesión está a punto de presionarse de forma permanente. No es una noticia impactante, pero aun así es bastante impactante descubrirlo. Skype (ese programa que para muchos representó el primer contacto con las videollamadas) cerrará sus puertas en mayo.
Todavía recuerdo cuando, a principios de los años 2000, aquel inconfundible tono de llamada anunciaba la posibilidad de ver y escuchar a personas del otro lado del mundo, casi por arte de magia. ¿Cuántas entrevistas de trabajo, clases a distancia y llamadas con familiares lejanos han pasado por esa interfaz? Skype cambió la forma en que nos comunicamos, para luego ser superado gradualmente por otras soluciones. Una historia de innovación (Beh), éxito (bien bien) y un declive que Microsoft ha intentado reescribir varias veces, pero que ahora por fin está llegando a su fin.
Skype, un final escrito en las estrellas (y en los planes de negocio)
El mensaje es tan claro como el que apareció cuando nuestro interlocutor tenía una conexión inestable: “A partir de mayo, Skype ya no estará disponible. Continúa tus llamadas y chats en Teams”. ¿Cómo puedo definirlo? ¿Una sentencia de muerte digital?
Piénsalo: Skype existe desde hace tres décadas. Nació en una época en la que los Motorola Razr eran el teléfono soñado (no para mí), las conexiones de banda ancha eran una rareza y “La guerra de los mundos” de Spielberg acababa de estrenarse en los cines. el 2003El año en que nació Skype era una época en la que MySpace dominaba las redes sociales y nadie había oído hablar aún del iPhone. Como en cualquier buena película de zombies, cada vez que pensábamos que estaba muerto, Microsoft lo revivía con alguna gran actualización. Esta vez, sin embargo, parece que no habrá secuela.
La epopeya de una comunicación revolucionaria
¿Recuerdas cuando las llamadas internacionales costaban tanto como un riñón en el mercado negro? Skype cambió todo eso. Mientras 50 Cent nos pedía que fuéramos “In Da Club” y Matrix Reloaded dominaba la taquilla, un grupo de desarrolladores estonios (los mismos que Kazaa, para aquellos que lo recuerdan) estaba a punto de cambiar la forma en que nos conectaríamos con el mundo.
Microsoft Lo adquirió en 2011 por la modesta suma de 8,5 millones de dólares (aproximadamente el PIB de un país pequeño). Fue el momento en que se estrenó la primera temporada de “Game of Thrones” en HBO y Lady Gaga apareció en los MTV Video Music Awards con un vestido hecho de carne cruda. Tiempos salvajes, muchachos. Pero el matrimonio con Microsoft No fue exactamente una luna de miel. Como en una relación tóxica, la compañía lo intentó todo: integrarlo en Windows 10, convertirlo en aplicaciones separadas para mensajes y llamadas, convertirlo a UWP (Plataforma universal de Windows) y luego revertirlo a Win32. Y al final no sacaron nada de ello. Seamos realistas, vamos.
Del trono al polvo digital. Skype y su sucesor
La trayectoria de Skype recuerda a la de muchas estrellas de rock: un comienzo meteórico, un período de gloria y luego un lento declive a medida que surgían nuevos talentos. en 2017, mientras que Ed Sheeran dominó las listas con “Shape of You” y “La La Land” ganó seis Oscar, Microsoft lanzó Teams, construido sobre las bases técnicas de Skype pero con ambiciones muy diferentes.
Mientras tanto, la competencia no se quedó de brazos cruzados. Apple Con FaceTime ofreció una alternativa que se integraba perfectamente en su ecosistema. Google lanzó tantas aplicaciones de comunicación como estrellas hay en la Vía Láctea, creando más confusión que claridad (con relativa Hecatombe de aplicaciones fallidas). Y luego se produjo el fracaso de la plataforma móvil de Microsoft:Windows Phone, te recordamos con cariño, descansa en paz.
El legado de una revolución
A pesar de todo, Skype ha dejado una huella indeleble en la futuro de ayer, en la cultura pop y en nuestra vida cotidiana. Durante años, “skypear” ha sido sinónimo de videollamada, al igual que “googlear” lo es de investigación en línea. Ha permitido que parejas que viven lejos se mantengan conectadas, que familias dispersas por todo el mundo se reúnan virtualmente y que profesionales colaboren entre continentes.
También ha generado momentos virales inolvidables: entrevistas de televisión interrumpidas por niños que irrumpen en la oficina de sus padres, gatos que caminan sobre teclados durante reuniones importantes y esa frase universal: "¿Puedes oírme? ¿Me ves?"
El paso del testigo
Ahora que Teams sustituye a Skype, no podemos evitar preguntarnos: ¿qué quedará de este ícono digital? Tal vez sólo ese tono nostálgico que ha acompañado a millones de conexiones humanas.
El cierre de Skype realmente marca el final de una era, pero como cualquier buena historia, ésta merece un epílogo digno. Así que, antes de que llegue mayo, quizá valga la pena hacer una última llamada. Así de fácil, para que quede constancia. Un pequeño homenaje a ese programa que, para bien o para mal, ha ayudado a hacer el mundo un poco más pequeño y más conectado.
Descanse en paz Skype. Te recordaremos como el compañero que nos hacía sentir más cerca cuando estábamos lejos, aunque a veces nos volvieras locos con problemas de conexión, ecos ensordecedores y ese maldito fallo de la cámara que se negaba a activarse en los momentos más importantes.