Los números hablan claramente: de 5.788 exoplanetas confirmado, sólo 210 son “similares a la Tierra”. Y nadie orbita una estrella como nuestro Sol. PLATO, la nueva misión de la ESA, podría cambiar esta estadística, o mejor dicho: anularla.
PLATÓN lanza el desafío de cazar planetas habitables
Lo que encuentro fascinante de PLATÓN es la ambición del proyecto: buscar no sólo planetas, sino también posibles nuevos hogares para la humanidad.
La misión, que se lanzará en 2026, utilizará 26 cámaras para escanear el cielo, incluidas 24 cámaras "normales" divididas en 4 grupos y 2 cámaras "rápidas" para las estrellas más brillantes.
Andreas Krenn, estudiante de doctorado en la Instituto de Investigaciones Espaciales dell 'Academia Austriaca de Ciencias, explica la dificultad real de esta investigación. Para detectar un planeta como la Tierra, necesitamos observar variaciones increíblemente pequeñas en el brillo estelar: Estamos hablando de un 0,0084% de la luz total.
Es como intentar ver una tortuga de Galápagos moviéndose a años luz de distancia: esa es aproximadamente la precisión necesaria para identificar el movimiento de una estrella causado por un planeta del tamaño de la Tierra.
Una tecnología revolucionaria
La verdadera fortaleza de PLATO reside en su enfoque multidisciplinario. No se limitará a mirar las estrellas: combinará fotometría de alta precisión, herramientas de análisis de datos vanguardia, un programa dedicado al estudio de la variabilidad estelar e una campaña de seguimiento desde el terreno.
La característica más innovadora es la capacidad de detectar el tránsito de un planeta similar a la Tierra con una sola observación. Instrumentos actuales, como el telescopio. CHEOPS La ESA, en cambio, requiere múltiples observaciones para lograr la precisión necesaria.
PLATÓN observará continuamente la misma zona del cielo durante al menos dos años, una estrategia que le permitirá monitorear miles de estrellas simultáneamente. Es un enfoque sin precedentes en la búsqueda de exoplanetas.
Los signos de la vida
Cuando buscamos planetas habitables, sabemos exactamente qué buscar. Los investigadores se centran en las "bioseñales": oxígeno, dióxido de carbono, metano, amoníaco e vapor de agua en la atmósfera. También buscan el “borde de vegetación roja”(VRE), un indicador de la fotosíntesis en la superficie.
Hasta ahora, ha sido extremadamente difícil obtener estos datos de planetas terrestres que orbitan alrededor de estrellas similares al Sol. El problema es que estos planetas tienden a orbitar más cerca de su estrella, lo que hace que observar sus atmósferas sea una tarea hercúlea.
PLATÓN podría cambiar todo esto. Su precisión sin precedentes promete superar estos obstáculos técnicos que han limitado nuestros descubrimientos hasta ahora.
PLATÓN, perspectivas de futuro
El equipo dirigido por Krenn realizó simulaciones (los enlazare aqui) utilizando datos de nuestro Sol como referencia. Los resultados son prometedores: PLATÓN debería poder detectar con precisión el tamaño de planetas similares a la Tierra, uno de sus principales objetivos.
Sin embargo, como señala Krenn, todavía queda mucho trabajo por hacer. Las simulaciones se centraron únicamente en la variabilidad estelar a corto plazo, pero en realidad PLATÓN tendrá que lidiar con numerosas fuentes de ruido que podrían enmascarar las señales planetarias.
La buena noticia es que PLATÓN no estará solo en esta búsqueda. Trabajará en sinergia con otras herramientas de nueva generación como James Webb telescopio espacial, el telescopio ARIEL y Telescopio espacial romano Nancy Grace. Juntos, finalmente podrían permitirnos decir con certeza si un planeta es "habitable" o incluso "habitado".
La promesa de una nueva Tierra
La búsqueda de un "planeta hermano" de la Tierra no es sólo una cuestión científica. Es una investigación que aborda algunas de las preguntas más profundas de la humanidad: ¿estamos solos en el universo? ¿Existen otros mundos que podrían albergar vida?
PLATÓN representa nuestro intento más ambicioso de responder a estas preguntas. Con su tecnología de punta y su enfoque innovador, podría ser la herramienta que nos permitirá encontrar finalmente nuestra “Tierra 2.0”.
Y quizás, dentro de unos años, ya no hablemos de planetas "potencialmente habitables", pero finalmente tengamos certeza científica de la existencia de otros mundos donde la vida podría prosperar.