"No estamos hablando de bicicletas, sino de Ferraris". Con esta metáfora, el Ministro de Medio Ambiente Gilberto Pichetto Fratín defendió el proyecto de ley que informa la energía nuclear en italia después del referéndum de 1987 El texto, recién firmado, es el esbozo de un legge delegado que confía al gobierno la tarea de redactar, en un plazo de 24 meses, las normas de construcción pequeños reactores modulares (SMR) refrigerado por plomo, capaz de quemar residuos nucleares y producir hidrógeno.
No demonicemos el pasado, sino miremos al futuro: estos reactores están diseñados para ser seguros
Gilberto Pichetto Fratín
¿El objetivo? Cubrir hasta el 22% del mix energético italiano para 2050, reduciendo en 17 millones de euros los costes de la descarbonización. Un cambio de rumbo trascendental para un país que, después de Chernobyl, había enterrado el átomo bajo el peso de dos referendos.
Los detalles de la propuesta sobre la "nueva" energía nuclear en Italia: tecnología, seguridad y recortes del pasado
El corazón del plan es un ruptura clara con la energía nuclear tradicional:
- No más monstruos concretos: luz verde sólo para reactores tercera y cuarta generacionescomo yo SMR (Pequeños Reactores Modulares) y el AMR (Reactores Modulares Avanzados). Estos “motores sumergibles en tubos metálicos”, como los describe Pichetto, prometen tiempos de construcción cortos (5-7 años) y seguridad intrínseca, gracias a los sistemas de refrigeración pasivos.
- quemar los residuos: los nuevos reactores utilizarán combustible gastado y residuos radiactivos, reduciendo el volumen de residuos en un 90%. Un intento de responder a la espinosa cuestión de almacén nacional, aún sin sede tras años de polémica.
- Una autoridad de seguridad nuclear: sustituirá a la actual Inspección, con poderes de supervisión independientes. “No será una fachada”, asegura el ministro, citando las normas de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Pero el verdadero giro está ahí. reelaboración de referendos: Según el gobierno, las preguntas de 1987 y 2011 versaban sobre tecnologías obsoletas, como “comparar una bicicleta con un Ferrari”. Una tesis respaldada por sentencias del Tribunal Constitucional, que permiten al legislador ignorar los resultados del referéndum si el contexto tecnológico ha cambiado. Imagino, sin embargo, que no impiden a los ciudadanos promover una nueva recogida de firmas.
Referencias históricas: del trauma de Chernóbil a la tentación atómica
Il referéndum de 1987 es un fantasma que se cierne sobre el debate. Después del desastre de Chernobyl, el 80% de los italianos votaron a favor del cierre de las centrales eléctricas existentes, incluidas Caorso e Trino Vercellese. Un trauma colectivo que convirtió la energía nuclear en un tabú, a pesar de que Italia fue pionera en Europa en los años 60.
en 2011, el gobierno de Berlusconi intentó reabrir el juego, pero el desastre de fukushima y un nuevo referéndum (con un 94% de “no”) enterró el proyecto. Hoy, sin embargo, la crisis energética posterior a Ucrania y los objetivos de descarbonización han reabierto el expediente. “En 1987 teníamos miedo a la radiación, hoy tememos las facturas elevadas y el cambio climático”, comenta Laura Scalabrini, historiador de la energía.
Implicaciones futuras: entre promesas y miedos, 3 ideas para pensar
1. ¿Energía limpia o lavado verde?
El gobierno insiste en el papel de la energía nuclear como complemento a las renovables: “Sin el átomo, en 2050 necesitaremos 10.000 aerogeneradores más para compensar la intermitencia de la energía solar”, dice Pichetto. Pero los ecologistas discrepan: “La UE incluye la energía nuclear en la taxonomía verde, pero los tiempos de construcción son incompatibles con la emergencia climática”, responde Luca Bonaccorsi por Paz verde.
2. Seguridad energética vs. riesgos geopolíticos
Italia importa el 45% del gas y 100% uranio. Los nuevos reactores podrían reducir la dependencia de Moscú, pero crearían un nuevo vínculo con países productores de uranio como Kazajstán y Canadá. Mientras tanto, Enel e Ansaldo Energia ya están colaborando con Westinghouse (EE. UU.) E EDF (Francia) para desarrollar tecnologías SMR.
3. El desafío social: del “nimby” al consenso
El gobierno pretende evitar las protestas "nimby" (Not In My Backyard) ubicando las plantas en zonas abandonadas o incluso en Albania, conectado con Italia mediante un cable submarino. Pero el quid sigue ahí comunicación: "Tenemos que explicar que estos reactores no explotan como Chernóbil", admite Alessandro Dodaro de ENEA, involucrada en el protocolo con Edison y EDF.
El regreso de la energía nuclear a Italia: un futuro a medio escribir
El regreso de la energía nuclear en italia es una apuesta grande, suspendida entre la innovación y la memoria colectiva. Por un lado, las tecnologías prometen energía abundante y de bajo costo; por otro lado, persisten dudas sobre tiempos, costos (estimados en 50 millones de euros para 2050) y la gestión de residuos.
Lo que está en juego es claro: si Italia logra equilibrar el progreso y la prudencia, podría convertirse en un modelo europeo. De lo contrario, corre el riesgo de acabar con reactores sin terminar y un nuevo referéndum derogatorio. Como escribió el filósofo Umberto Galimberti: “La energía nuclear no es una cuestión técnica, sino antropológica: ¿hasta qué punto confiamos en nuestra capacidad de controlar lo incontrolable?”.
La respuesta llegará en los próximos años, entre decretos de implementación, protestas y (quizás) una nueva votación. Mientras tanto, el ministro Pichetto sueña: "En 2027 encenderemos la primera luz producida por el átomo italiano". A ver si es verdad, o si será otro fuego fatuo.