Hubo un tiempo en el que llegar a la Luna era prerrogativa exclusiva de las grandes potencias mundiales. Ese tiempo se acabó. Las misiones lunares actuales involucran a dos empresas privadas, la japonesa iSpace y el americano Firefly Aerospace, quienes acaban de lanzar juntos su nave espacial desde el Centro Espacial Kennedy, un evento sin precedentes que podría redefinir el futuro de la exploración espacial.
Para Ispace la Luna es una segunda oportunidad
Por iSpace esta es la segunda misión lunar, después de esa en 2023 su módulo de aterrizaje se estrelló contra la superficie del satélite. El módulo de aterrizaje Resiliencia pretende llegar a la Mare Frigoris, una llanura situada a unos 60 grados de latitud norte en la cara visible de la Luna. Una vez aterrizado, desplegará un pequeño rover diseñado para recolectar muestras de suelo lunar.
Entre las cargas más significativas se encuentra un modelo en miniatura de una casa roja, destinado a simbolizar la expansión de la vida humana en el espacio. La misión también incluye Experimentos comerciales para producir agua y alimentos en la Luna, así como un instrumento para medir los niveles de radiación., el primer proyecto de espacio profundo de Taiwán.
Ghost Riders apunta al mar de las crisis
El módulo de aterrizaje de Luciérnaga, llamado Ghost Riders in the Sky, se dirigirá hacia Mare Crisium, más cerca del ecuador. La elección del lugar de aterrizaje tuvo como objetivo evitar anomalías magnéticas que pudieran interferir con las observaciones científicas. como el explica Ryan Watkins, científico del programa en la sede del NASA, el viaje durará aproximadamente 45 días.
Misiones lunares privadas, un nuevo capítulo en la exploración espacial
Las dos empresas ya tienen motivos para celebrar, pero aún queda mucho camino por recorrer. Hasta ahora, todas las misiones lunares privadas han tropezado con importantes dificultades. Los científicos permanecerán alerta hasta que el equipo de investigación esté en pleno funcionamiento, un proceso que llevará semanas, tal vez meses.
Fue un lanzamiento fantástico. Aprendemos algo de cada misión que cumplimos
nicola zorro, director asociado de NASA para la ciencia en Washington.
Este histórico doble lanzamiento, como se mencionó, marca un punto de inflexión en la era espacial comercial. Así como el turismo espacial, las misiones lunares ya no son dominio exclusivo de las agencias gubernamentales, sino que se están abriendo a nuevos actores privados dispuestos a ampliar los límites de la exploración. Ahora que esa época en la que sólo las superpotencias podían llegar a la Luna ha terminado, tal vez estemos presenciando el amanecer de una nueva era en la que el espacio se vuelve verdaderamente accesible para todos los que tengan el coraje y la tecnología para explorarlo.