Se está gestando una revolución silenciosa en el corazón de nuestros electrodomésticos: un equipo de investigadores australianos ha descubierto cómo sustituir los gases de efecto invernadero utilizados en los sistemas de refrigeración por algo completamente diferente: cristales que se comportan como plástico. ¿Qué es exactamente?
Gases de efecto invernadero, se necesita una refrigeración más limpia
El R-134a, un hidrofluorocarbono que reemplazó al freón, es el gas más utilizado en los refrigeradores modernos. Si bien no daña la capa de ozono, contribuye al calentamiento global cuando se escapa de los electrodomésticos. La investigación publicada en Ciencias: (te lo enlazo aqui) abre nuevas perspectivas para una solución alternativa y más sostenible.
“Los cristales de plástico, llamados así porque sus moléculas pueden moverse en determinadas condiciones, presentan propiedades únicas”, explican los investigadores Universidad Deakin. Cuando estos cristales se someten a presión, las moléculas pasan de un estado desordenado a una configuración de rejilla ordenada, absorbiendo calor y enfriando el aire circundante.
Yo risultati della ricerca
El equipo de ingenieros químicos probó diferentes tipos de cristales para encontrar el más eficaz a temperatura ambiente. Los resultados fueron sorprendentes: algunos cristales son capaces de eliminar el calor del aire a temperaturas entre -37°C y 10°C, una gama perfecta para aplicaciones domésticas.
El desafío tecnológico de los gases de efecto invernadero
Para utilizar los cristales como refrigerante, los investigadores construyeron una cámara de compresión y agregaron un ventilador para distribuir el aire frío. El sistema funciona mediante ciclos de compresión y descompresión de los cristales. Sin embargo, como señalan los propios científicos, la alta presión necesaria actualmente encarece demasiado el proceso.
Perspectivas de futuro
Josep Lluís Tamarit e Pol Lloveras de la Universitat Politècnica de Catalunya, en un artículo de perspectiva publicado en el mismo número de Ciencias:, destacan el potencial de esta tecnología. El principal desafío sigue siendo optimizar el proceso para hacerlo económicamente competitivo.
El impacto ambiental
La investigación, fruto de la colaboración entre Universidad Deakin, Universidad de Australia Occidental, Universidad de Sydney e Universidad Monash, representa un paso significativo hacia la reducción de los gases de efecto invernadero. Si se desarrolla con éxito, esta tecnología podría eliminar una de las fuentes ocultas pero importantes de emisiones de gases de efecto invernadero.
“Nuestro objetivo es desarrollar una tecnología de refrigeración completamente limpia”, explica Samantha L. Piper, autor principal del estudio. "Los cristales de plástico podrían ser la clave para lograr este objetivo".
Como suele ocurrir con las grandes innovaciones, la naturaleza nos ofrece soluciones sorprendentes. Los cristales de plástico, con su capacidad de absorber y liberar calor de forma controlada, podrían ser la respuesta que estábamos buscando para un futuro más sostenible en la refrigeración. El camino aún es largo, pero la dirección es la correcta.