En 2024, la revista Frontiers in Psychology publicó un estudio destinado a encender el debate educativo: según investigadores noruegos, el escritura a mano activaría conexiones cerebrales “significativamente más elaboradas” que escribir. Un año después, dos científicos europeos – Svetlana Pinet e Marieke Longcamp – desmantelaron la investigación pieza por pieza, definiéndola como “errores metodológicos”. ¿Quién tiene razón? ¿Y por qué esta disputa podría cambiar los planes de estudios escolares?
El estudio que desató la guerra
El equipo Audrey Van der Meer de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología observaron a 36 estudiantes mientras escribían palabras como “trampolín” o “pingüino”, primero con un lápiz digital y luego con un dedo en un teclado. Los electroencefalogramas (EEG) revelaron un aumento en la actividad en áreas del cerebro relacionadas con la memoria y el movimiento durante escritura a mano.
“Cuando escribimos a mano, el cerebro recibe una respuesta única de la presión del bolígrafo y la forma de las letras. Es como aprender a tocar un instrumento”, explica. van der meer.
Pero hay un problema: nadie pidió a los estudiantes que reino esas palabras. Simplemente copiaron términos ya conocidos.
Crítica: "De esta manera no se pone a prueba el aprendizaje"
Svetlana Pinet (CNRS, Francia) e Marieke Longcamp (Universidad de Montpellier) no se andan con rodeos. En un estudio que responde al noruego, los investigadores destacan tres debilidades: los estudiantes escribían con un solo dedo, un método antinatural; escribían sin levantar el bolígrafo de la pantalla, acción poco común en la vida real; y la muestra involucró a adultos, no a niños en desarrollo.
“Necesitamos pruebas de cómo escribimos realmente: con correctores automáticos, diez dedos y distracciones”, añade campamento largo. "Condenar la mecanografía basada en un experimento tan artificial es como juzgar un coche de carreras conduciéndolo en un aparcamiento".
La escritura a mano, la defensa de la pluma: “Llegan nuevos datos”
van der meer él no se rinde. Está realizando un nuevo estudio sobre adolescentes que consumen escritura a mano o teclado para tomar notas. Los avances no oficiales sugieren que quienes escriben con bolígrafo recuerdan mejor los conceptos después de una semana, mientras que quienes escriben a máquina producen textos más largos pero menos estructurados.
“No demonizamos la tecnología”, aclara. “Pero eliminar el escritura a mano desde las escuelas sería como dejar de enseñar natación porque existen los chalecos salvavidas. El bolígrafo entrena el cerebro de maneras únicas”.
Mecanografía: el papel del “malo” (con algunas circunstancias atenuantes)
El teclado no es un mal absoluto. Pinet Recordemos que los alumnos con disgrafía encuentran en la mecanografía una vía de escape a la ansiedad de tener una hoja en blanco, y eso por ejemplo en Finlandia (donde el 79% de los profesores utiliza tablets en clase) no hay disminución en las habilidades lingüísticas.
Un estudio de 2014 realizado por Pam Mueller e Daniel Oppenheimer (Universidad de Princeton) ya había demostrado que Los mecanógrafos tienden a transcribir palabras sin procesarlas. Pero, como usted nota campamento largo, “el problema no es el teclado, es cómo lo usamos: hay que enseñar a sintetizar, no a copiar”. En cualquier caso, la llegada de la inteligencia artificial podría destruir todas estas palabras.
Mecanografía versus escritura a mano: una tregua futura (tal vez)
La solución podría ser un armisticio tecnológico que implique el uso de escritura a mano para establecer conceptos clave (como fórmulas matemáticas o palabras nuevas) y mecanografiar para redactar textos extensos o proyectos colaborativos.
En Suecia, algunas escuelas ya están experimentando con portátiles híbridos: escribes con un bolígrafo sobre papel digital, que convierte tus notas en texto editable (sin estres). “De esta manera los beneficios neuronales del escritura a mano, sin renunciar a las ventajas de lo digital", explica un profesor de Estocolmo. "Los niños aprenden a navegar entre dos mundos, no a elegir uno".