A pocos pasos del Centro Financiero Ping An en Shenzhen, algo extraordinario está tomando forma: estudiar Zaha Hadid diseñó una torre que redefine la relación entre la arquitectura y el sol, creando un edificio que literalmente se moldea alrededor de la luz natural. Me parece sencillamente fantástico.
Un gigante moldeado por la luz
Lo Instituto de Tecnología Financiera de Shenzhen se eleva 199 metros hacia el cielo de la metrópoli china, destacando por su forma escultórica única. No será el rascacielos más alto de la ciudad, pero sin duda uno de los más innovadores.
La estructura básica ya ha sido terminada, dejando al descubierto su inconfundible silueta. Los trabajadores ahora están trabajando en la creación de la fachada característica, cuyo diseño fue determinado mediante un cuidadoso análisis de la exposición solar.
El estudio Zaha Hadid Architects Mapeó y modeló las trayectorias anuales de los rayos solares en el sitio, introduciendo retrocesos estratégicos en el volumen de la torre para garantizar que las calles, plazas públicas y edificios cercanos reciban la cantidad adecuada de luz solar directa. Una especie de "superespejo" de múltiples lados para iluminar todo el barrio.
Nuevo rascacielos de Zaha Hadid, tecnología al servicio de la sostenibilidad
La envolvente del edificio incorpora aislamiento térmico de alto rendimiento, complementado con aletas externas que proporcionan sombra propia. Cada fachada, como se mencionó, fue compuesta de una manera única, basada en un análisis detallado de la exposición a la luz solar directa.
Este enfoque científico del diseño arquitectónico tiene como objetivo mitigar la ganancia de calor solar, reduciendo significativamente el consumo de energía del edificio. La fachada se convierte así no sólo en un elemento estético, sino en un componente funcional activo.
¿El resultado? Un edificio que respira y se adapta a su entorno, demostrando cómo la arquitectura contemporánea puede combinar armoniosamente forma y función.
Espacios interiores dinámicos
Con sus 76.000 metros cuadrados distribuidos en 46 plantas, La torre de estudios de Zaha Hadid albergará instalaciones de investigación y desarrollo, laboratorios y otros espacios funcionales. La organización interna gira en torno a una serie de atrios diseñados para fomentar la colaboración.
Los espacios comunes se caracterizan por una abundante presencia de vegetación, con especies de plantas seleccionadas específicamente por su capacidad para filtrar los contaminantes del aire. En lo alto del edificio, un jardín en la azotea ofrecerá espacios protegidos para eventos, exposiciones y relajación.
La inteligencia artificial (¿podría faltar?) gestiona el edificio
Como es habitual en los proyectos recientes de Zaha Hadid Architects, el rascacielos estará equipado con sistemas tecnológicos de última generación. Un sistema inteligente de gestión de edificios, automatizado mediante inteligencia artificial, predecirá los patrones de uso de los ocupantes y controlará la cantidad de personas presentes a lo largo del día.
El sistema ajustará continuamente los servicios del edificio (como calefacción y refrigeración) para garantizar el máximo confort de los ocupantes con la máxima eficiencia energética. Esta integración de tecnología avanzada representa un paso importante, casi un modelo general para los edificios del futuro.
Apostamos a que muchas de estas soluciones se integrarán, tarde o temprano, en el proyectos arquitectónicos más avanzados en los próximos años?