¿Alguna vez te has preguntado si tus decisiones son realmente tuyas? Los expertos de la Universidad de Cambridge tienen una respuesta inquietante a esta pregunta: la IA pronto podrá predecir (y sobre todo vender) nuestras intenciones incluso antes de que seamos conscientes de ellas.
Bienvenidos al mercado “anticipativo”, que transforma nuestros deseos nacientes en moneda de cambio.
Dentro del mercado de los deseos
La primera vez que leí esta investigación de Centro Leverhulme para el futuro de la inteligencia (podéis encontrar el enlace para consultarlo al final del artículo) Tuve que detenerme y releerlo varias veces. Todo es cierto: estamos entrando en una era en la que nuestros pensamientos más íntimos, nuestras intenciones aún no formadas, tal vez incluso sueños se convertirán en moneda de cambio.
Es como si alguien pudiera espiar nuestras mentes mientras aún estamos decidiendo qué hacer. Y no sólo mirar sino, como decíamos, vender esa información al mejor postor. El Dr. Yaqub Chaudhary Lo dice claramente: “Los asistentes de IA se están infiltrando en todos los aspectos de nuestras vidas, pero debemos preguntarnos: ¿a quién sirven realmente?”
Me hace pensar en todas esas veces que mi madre habló con Siri o Alexa, pensando que estaba teniendo una conversación privada. ¿Cuánto de lo que dijo fue analizado, predicho y vendido? Probablemente todo.
Cómo funciona esta economía oculta
Il Dr. Jonnie Penn utiliza una metáfora que me parece perfecta: si antes la economía digital se basaba en nuestra atención (me gusta, visualizaciones, tiempo que pasamos online), ahora apunta a algo más profundo. Es como pasar de fotografiar la superficie del océano a cartografiar sus corrientes submarinas.
Los investigadores de Cambridge lo llaman “economía de la intención”, pero yo lo veo como un sistema gigante de predicción del deseo. Pensar en Minority Report, pero en lugar de predecir delitos, la IA predice compras, elecciones y decisiones.
¿Lo que más me asusta? Este sistema podría influir en todo, desde nuestras decisiones de compra más mundanas hasta las decisiones electorales. ¿Cómo podemos estar seguros de que nuestros deseos son realmente nuestros?
La tecnología que lee nuestra mente
Me parece fascinante el ejemplo que dan los investigadores para entender simplemente el nivel de sofisticación de esta tecnología. Si los modelos lingüísticos actuales "anticipan" frases y estructuras lingüísticas (son una especie de "mega T9" del smartphone), poco a poco la inteligencia artificial no sólo comprenderá lo que decimos, sino que también analizará (hasta el punto de predecirlo). come lo decimos, cuando lo decimos, con que tono emocional lo decimos nosotros.
¿Alguna vez una aplicación te ha sugerido algo en el momento exacto en el que estabas a punto de decidir hacerlo? Todavía no, creo, espero. Pero si esto sucede en un futuro próximo, puede que no sea una coincidencia. La IA está aprendiendo a reconocer los caminos de nuestras intenciones: aquellos que preceden a nuestras elecciones. Desde un momento después de que pedimos un deseo, pasarán a un momento anterior.
Y las grandes empresas tecnológicas lo saben bien. OpenAI busca activamente datos sobre las intenciones humanas, Shopify desarrolla chatbots que “extraen” nuestras intenciones, Meta Estudia cómo entender nuestros deseos ocultos. No es una hipótesis: es la simple observación del contexto.
Las intenciones (y señales) que no podemos ignorar
El año pasado Apple hizo algo que debería hacernos pensar: creó “App Intents”, un sistema que permite a las aplicaciones predecir nuestras acciones futuras. Ya no se trata sólo de responder a nuestras órdenes, sino de anticiparlas.
Y que hay de CICERO, La IA de Meta jugando a la Diplomacia. Si una IA puede predecir y manipular intenciones en un juego basado en negociaciones, ¿qué puede hacer con nuestras decisiones cotidianas?
Il Dr. Chaudhary lo dice sin rodeos:
Hoy en día las empresas ya están vendiendo nuestra atención. El siguiente paso lógico es vender nuestros deseos incluso antes de que seamos conscientes de ellos.
Economía de intenciones: un futuro a planificar juntos
La investigación publicada en Revisión de ciencia de datos de Harvard (te lo enlazo aqui) nos presenta una opción. Como sociedad, debemos decidir si queremos un futuro en el que nuestras intenciones sean un bien que se pueda comprar y vender.
Seamos claros: como concluye el propio Dr. Penn en su análisis, estos acontecimientos no son inevitablemente negativos, pero ciertamente tienen un potencial disruptivo. La clave es la conciencia pública. Necesitamos comprender lo que está sucediendo para poder influir en la dirección que tomará esta tecnología.
Personalmente creo que estamos en una encrucijada. Podemos dejar que la economía de las intenciones se desarrolle en las sombras, o podemos exigir transparencia y reglas claras. La elección, al menos por ahora, sigue en nuestras manos. ¿O tal vez una IA ya lo haya predicho también?