Dos especies de hongos, una impresora 3D y un equipo de investigadores suizos decididos: estos son los ingredientes de un descubrimiento que podría cambiar nuestra forma de abordar la energía sostenible. La batería biológica desarrollada en los laboratorios de EMPA no es sólo una innovación tecnológica: es una prueba de que la naturaleza puede ofrecer soluciones sorprendentes a los problemas energéticos de nuestro tiempo.
Cómo nace una batería biológica
Los laboratorios deEMPA (Laboratorios federales suizos para ciencia y tecnología de materiales) de Dübendorf son uno de los lugares donde Futuro Prossimo va más dispuesto a "husmear", porque tienen una larga historia de innovaciones exitosas. Esta vez, el equipo de investigación ha creado algo verdaderamente único: una batería biológica funcional alimentada por la acción combinada de dos tipos de hongos, todo encerrado en una carcasa biodegradable y no tóxica impresa en 3D.
La verdadera innovación reside en el uso de hongos como fuente de energía. Mientras que en el pasado hemos visto baterías alimentadas por bacteriasEsta es la primera vez que se combinan dos tipos diferentes de hongos para crear una pila de combustible funcional. En realidad, más que una batería tradicional, se trata de una célula que utiliza el metabolismo fúngico para convertir los nutrientes en energía.
La tecnología detrás de la innovación
El equipo detrás del estudio (que te enlazo aquí) ha desarrollado una célula que tiene características únicas. Ánodo: un hongo tipo levadura libera electrones a través de su metabolismo. Cátodo, un hongo de la familia Sclerotinia sclerotiorum produce una enzima que captura estos electrones y los conduce fuera de la célula. Es un ingenioso sistema que imita los procesos naturales para generar electricidad.
¿El mayor desafío? Desarrollar una tinta de impresión 3D que pueda acomodar células de hongos sin dañarlas. El equipo creó un compuesto a base de celulosa que no sólo es conductor de electricidad, sino que también proporciona nutrición a los hongos en forma de azúcares simples. Esta tinta innovadora es completamente biodegradable y se descompone de forma natural una vez que la célula ha agotado su función.
Perspectivas de futuro
Il Dr. Gustav Nyström destaca cómo la impresión 3D ofrece una flexibilidad sin precedentes. Se pueden producir baterías biológicas de cualquier forma y tamaño, incorporando la cantidad exacta de material fúngico necesaria para generar la energía necesaria para aplicaciones específicas.
La Dra. Carolina Reyes destacó una propiedad fascinante de estas baterías biológicas: pueden almacenarse en estado seco y activarse in situ simplemente añadiendo agua y nutrientes. Es como tener una batería "dormida" que se activa cuando es necesario.
Estas celdas no sustituirán las baterías de nuestros smartphones (producen entre 300 y 600 mV durante varios días, con una corriente de 3-20 μA para cargas externas de entre 10 y 100 kΩ). Sin embargo, son perfectos para alimentar dispositivos al aire libre y descomponerlos de forma segura: protegidos por una capa de cera de abejas, pueden alimentar pequeños sensores para monitorear la temperatura, la luz y la humedad en la agricultura y la investigación ambiental.
Batería biológica, el futuro aún está por escribirse
laEMPA Aún no ha anunciado cuándo comercializará estas células. Los investigadores siguen trabajando para hacerlos más potentes y duraderos y exploran la posibilidad de incorporar otro tipo de hongos que podrían adaptarse aún mejor a la producción de electricidad.
Curiosamente, esta no es la única innovación en el campo de las baterías ecológicas. Ya existen prototipos de baterías reciclables hechas de zinc y conchas de cangrejo, e incluso baterías recargables comestibles creadas a partir de algas. La naturaleza sigue sorprendiéndonos con sus posibilidades, y quizás el futuro de la energía sea más verde de lo que pensamos.