Hay un país donde la alarma del coche es... un lanzallamas. ¿No lo crees? Lo entiendo, parece sacado de una película post-apocalíptica al estilo Mad Max, pero realmente sucedió en Sudáfrica, donde los robos de coches eran una auténtica plaga en los años 90. Suficiente para empujar a un inventor local a crear el Blaster: un sistema formado por cilindros de gas y boquillas que disparan llamas a los desafortunados ladrones.
Una solución bastante radical y contundente, que sin embargo dice mucho de la desesperación de quienes sufren robos. Por supuesto, uno se pregunta si es legítimo asar a otros para defender la propiedad... Pero os dejo el juicio moral y os cuento cómo funcionaba este infernal artilugio.
Un lanzallamas para un amigo
Imagínese vivir en un lugar donde el riesgo de que le roben el coche sea algo común. Exactamente la situación en la que se encontraban muchos automovilistas sudafricanos en la década de 90, cuando este delito estaba tan extendido que le valió al país el infame título de “capital mundial del robo de automóviles”.
Arrinconados, hay quienes han considerado oportuno recurrir a soluciones extremas para defender su coche (y a menudo su piel). Este es el caso de Charl Fourie, un inventor local que tuvo la "candente" idea, por decir lo menos, de instalar objetos reales lanzallamas. Entendiste bien: su Blaster (también renombrado Lanzallamas BMW) era un dispositivo que disparaba chorros de fuego desde las puertas para envolver a los intrusos que se acercaban.
¿Cómo funciona este dispositivo en detalle?
El sistema, digno de un villano de la saga James Bond, utilizaba gas propano como combustible almacenado en un tanque, y lo dirigía a 8 salidas (cuatro a cada lado) a través de tuberías. Para armarlo bastaba con presionar un interruptor en el tablero, mientras que para activar las llamas había un pedale En concreto: una precaución diseñada para poder incinerar a los atacantes incluso si piden levantar la mano.
En definitiva, una solución tan sencilla como radical, que en el momento de su introducción en el mercado (sí, REALMENTE se introdujo en el mercado, en 1998) se consideró perfectamente legal según las autoridades sudafricanas. Después de todo, la ley del país, como la de muchas otras, permitía el uso de fuerza letal en defensa propia si uno temía por su vida. Y Fourie con su artilugio quería dar a los automovilistas un arma adicional contra los delincuentes que a menudo van armados con armas de fuego. Increíble, ¿eh?
Gianluca, ¿qué estás haciendo? ¿Justifica usted la violencia?
¿Dónde lo leíste? Nunca. Seamos claros: estoy consternado por métodos tan crueles, que amenazaban con transformar las calles en un Salvaje Oeste. Pero también es cierto que ante una emergencia como la del robo de coches (el primer caso documentado se remonta a 1896 ¡en París!) puede ser que alguien se haya desorientado y saque la artillería pesada. En otras palabras: no lo justifico, pero quizás estando en ese contexto lo hubiera entendido.
Lo cierto es que este invento ha captado la atención del mundo, hasta el punto de que Fourie incluso ganó un Premio IgNobel de la Paz en 1999. Para quienes no lo saben, es una parodia del Premio Nobel que celebra la investigación más extravagante y extraña. En definitiva, un bonito reconocimiento a una idea que, aunque cuestionable, no carece de originalidad.
Lanzallamas para coche: algunas preguntas para ti
Por supuesto, uno se pregunta si esta es la mejor manera de abordar el problema. ¿No corremos el riesgo de sustituir una violencia por otra? Y, sobre todo, ¿estamos realmente seguros de que queremos vivir en un mundo en el que debajo de cada coche se esconde un potencial cañón incendiario? A la posteridad (o mejor dicho a ti) la ardua sentencia. Mientras tanto, si te encuentras con un BMW viejo en Sudáfrica, ten cuidado de no acercarte demasiado. Este fue uno de muchos futuros de ayer, uno de los más distópicos que afortunadamente no se hizo realidad (o al menos, no del todo). Una invención que roza el absurdo y que, sin embargo, nos recuerda cómo la realidad a veces puede superar la fantasía. ¿Y qué opinas del Sr. Lanzallamas y su creación? Háganos saber en los comentarios.