¡Houston, tenemos una señal! Suena como el comienzo de una película de Zemeckis, pero pronto podría convertirse en realidad: el radiotelescopio chino RÁPIDO, o el americano VLA, o quizás nuestro querido "viejo" Parkes En Australia, un día captan un mensaje de radio entre las estrellas que no puede tener un origen natural. Es demasiado regular, demasiado perfecto. No hay duda: es obra de una civilización inteligente y tecnológicamente avanzada. ¿Pero qué sucede exactamente después de tal descubrimiento? ¿A quién se debe advertir primero? ¿Cómo puedes estar seguro de que es auténtico? Y sobre todo: ¿qué le decimos a ET cuando volvemos a llamar? No te preocupes, existe un protocolo detallado desarrollado hace casi 15 años, una especie de "manual de usuario" en caso de primer contacto. ¿Tienes curiosidad por saberlo? Así que comencemos este viaje.
Día 1: Houston, ¡tenemos señal!
La escena es la siguiente: un radioastrónomo está “escudriñando” el cielo, como Jodie Foster en “Contact”. De repente, en medio del ruido cósmico de fondo, nota un patrón regular. Extraño. Muy extraño. Repite la observación varias veces, pero muchas, la presenta a sus compañeros, y la duda se convierte en certeza: no es una señal natural, es artificial. Hecho por seres inteligentes. Pánico.
¿Qué hace nuestro científico? En primer lugar, por ahora no hay anuncios sensacionales. Lo primero es excluir todas las posibles causas de error: interferencias, fallos de funcionamiento, bromas de mal gusto, etc. Este proceso de verificación puede tardar días adicionales, incluso semanas. Mientras tanto, nuestro héroe contacta a otros observadores en busca de pruebas independientes. Si ellos también reciben la señal, entonces tal vez sea hora de reconocer que la historia ha cambiado.
Semana 1: Se confirma la señal. ¿Qué hacemos ahora?
Después de días de controles, noches de insomnio y ríos de café, llega la confirmación: la señal es auténtica, inequívocamente extraterrestre. En este punto se activa el protocolo "Primer Contacto". Las noticias rebotan entre los principales centros de investigación, como SETI, y las agencias espaciales. Probablemente alguien también avise a los políticos y a los militares, nunca se sabe.
Los científicos intentan descifrar el mensaje: ¿es sólo un "hola" o contiene información más compleja? Mientras tanto, algunos también contactan con organizaciones internacionales, como la Academia Internacional de Astronáutica y la Unión Astronómica Internacional. En el caso de descubrimientos tan trascendentales, es bueno coordinarse a nivel global.
Sin embargo, en cierto momento la noticia se filtra y se hace de conocimiento público. Los medios se vuelven locos, el mundo contiene la respiración. Invitados fascinados y varios teóricos de la conspiración aparecen en la televisión. En resumen, un alboroto. Carl Sagan Lo predijo en “Contacto”, pero quizás incluso él se quedaría desconcertado.
Semana 2: Gracias por llamar, ¡vuelve a llamar pronto!
Mientras el mundo está sumido en el caos, los profesionales trabajan para poner orden. En primer lugar, intentamos "proteger" la frecuencia utilizada por los extraterrestres, para poder captar otros mensajes. Mientras tanto, se forma un grupo de trabajo en la ONU para gestionar la crisis. O la oportunidad, según tu punto de vista.
Un grupo de expertos comienza a trabajar en el mensaje de respuesta. Fácil, ¿verdad? “Hola amigos, ¡qué gusto saber de ustedes!”. Eh, tal vez. Según el protocolo, se necesitan consultas a múltiples niveles, en las que participen gobiernos, científicos, teólogos y diplomáticos. Porque responder a una civilización extraterrestre es una enorme responsabilidad. Cada palabra debe ser sopesada. No querríamos iniciar una guerra galáctica por un simple error de traducción.
Semana 3: primer contacto… y ahora, ¿qué les contamos?
El debate se calienta: ¿responder o no? Si es así, ¿qué? A los científicos les gustaría compartir información científica. Los líderes espirituales piden un mensaje de paz. Los más traviesos sugieren pedir la receta de la pizza espacial. Bromas aparte, la decisión no es fácil y requiere una reflexión a nivel global.
Al final, prevalece la línea del multilateralismo (aquí nos adentramos de puntillas en la más hipotética de las hipótesis). No habrá fugas hacia adelante por parte de estados individuales o grupos de poder. En una transición histórica como ésta, necesitamos compartir lo más posible. Con la ONU como directora, poco a poco va tomando forma una respuesta compartida. Esperando que mientras tanto alguien allá arriba siga escuchando.
Primer contacto, el futuro: nada volverá a ser igual
¿Y luego? Aquí entramos en el sueño. Amigos, el primer contacto sería sólo el comienzo. Piénselo: descubrir que no estamos solos cambiaría nuestra percepción de nosotros mismos para siempre. Nuestras certezas flaquearían. Deberíamos redefinir nuestra posición en el universo, tal vez el significado mismo de nuestra existencia. Un cambio casi inconcebible.
Por supuesto, al cabo de un tiempo volveríamos a nuestras vidas, a las cuentas por pagar y al campeonato de fútbol. Pero con una conciencia nueva e impactante. La conciencia de ser parte de algo mucho más grande. Quizás el comienzo de una nueva era de exploración, conocimiento y diplomacia cósmica. O quizás un período de incertidumbre y miedo a lo desconocido.
¿Quién puede decirlo? Ciertamente a partir de ese día nada volvería a ser igual que antes. La humanidad tendría un nuevo camino que explorar. Y nuevas y enormes responsabilidades que asumir. ¿Estamos listos? Tal vez. Pero una cosa es segura: si esa bendita señal llegara realmente, la raza humana se encontraría unida como nunca antes ante la mayor de las aventuras. ¿O no?