Un metro lleno de gente en Shanghai. La gente se dirige rápidamente hacia los torniquetes, pero nadie saca la cartera ni el smartphone. Un movimiento suave de la mano, un escaneo rápido y el pago está realizado. Es la dinámica del nuevo sistema de pagos lanzado en China. Una tecnología que promete dejar obsoletos el efectivo, las tarjetas e incluso los pagos con teléfonos inteligentes, al tiempo que plantea dudas sobre la privacidad (y la seguridad de los datos biométricos).
El futuro ya está aquí, pero ¿estamos preparados?
El gigante tecnológico Tencent está llevando a China hacia una nueva era de pagos digitales. con el sistema Pago de palma Weixin simplemente pase su mano sobre un sensor para completar una transacción. La tecnología utiliza un cámara infrarroja para leer la huella palmar y las venas debajo de la piel únicas de cada persona, creando una especie de firma biométrica que es imposible de replicar.
Me sorprende que esta innovación llegue justo cuando el debate sobre la privacidad digital es más acalorado que nunca. Por un lado, tenemos una comodidad extrema (no más carteras olvidadas ni teléfonos inteligentes vacíos); por otro, la sensación sutil e inquietante de entregar literalmente una parte de nosotros a un sistema centralizado.
Y luego, perdón si lo digo, pero después de la historia del gasoducto suizo que hizo caer en picada a la mitad del sistema bancario europeo, me hace sonreír: el gesto de la mano está bien, pero si luego falla técnica lo bloquea todo, realmente nos quedamos con un puñado de moscas y nos despedimos de las compras.
El desafío entre Oriente y Occidente
Esta no es la primera vez que vemos una tecnología similar. Amazon Ha estado usando su sistema durante mucho tiempo. Amazon One en los Estados Unidos, lo que permite a los clientes pagar con la palma de tu mano. Pero hay algo diferente en el enfoque de China, una escala y una ambición que van más allá del comercio minorista.
Guo Rizen, subdirector de la unidad de aplicaciones industriales de Weixin Pay, expresa gran confianza en el sistema. ¿Y cómo puedes culparlo? En un país donde los pagos digitales ya son la norma, este es sólo el siguiente paso lógico.
Pero mientras en Occidente estas innovaciones son recibidas con una mezcla de fascinación y escepticismo, en China la adopción parece avanzar rápidamente, reflejando dos enfoques profundamente diferentes de la tecnología y la privacidad, y susurrándonos algo sobre el futuro.
Los riesgos que se esconden detrás de la comodidad del pago
Profesor Edward Santow dell 'Universidad Tecnológica de Sydney plantea preocupaciones legítimas. Su visión es clara: la gente no quiere vivir en un estado de vigilancia continua, donde cada transacción pueda ser monitoreada y registrada.
El riesgo, sin embargo, no es sólo teórico. Y fórmulas como “la invasión de la privacidad es bienvenida si no tienes nada que ocultar” no funcionan. Como señala el propio Santow, cuando los datos personales se recopilan a gran escala, se convierten en miel para los ciberdelincuentes.
¿Algún ejemplo de uso malicioso del pago por escaneo portátil?
En Japón, donde el 80% de los bancos utilizan la autenticación de vena de la palma para reemplazar las tarjetas de cajero automático, un delito podría replicar patrones de rubat venosoi para acceder directamente a las cuentas bancarias de las víctimas. A diferencia de una contraseña o PIN, la víctima nunca podría volver a utilizar ese método de autenticación una vez que se vio comprometido.
¿Otro ejemplo? Investigadores de la Universidad de Nueva York y la Universidad Estatal de Michigan han demostrado cómo es posible crear “huellas dactilares maestras” artificiales combinando características comunes encontradas en varias bases de datos biométricas robadas. Estas huellas dactilares sintéticas son capaces de engañar a los sensores de la mayoría de los teléfonos inteligentes, permitiendo potencialmente el acceso no autorizado a dispositivos y aplicaciones de pago.
Porque es particularmente grave
El problema fundamental, repito para establecer mejor el concepto, es que a diferencia de las contraseñas o las tarjetas de crédito, una vez comprometidos los datos biométricos, no pueden modificarse ni reemplazarse. Por tanto, la víctima se encuentra permanentemente vulnerable, sin posibilidad de "restablecer" su identidad biométrica.
Es un poco como jugar al póquer con todas las cartas expuestas: una vez que las has mostrado, ya no puedes esconderlas. ¿Qué opinas de un futuro como éste?