Ciento cincuenta cimentaciones por semana, una quinta parte de la producción mundial de acero, tres estudios de arquitectura de renombre internacional. Estos son los números que cuentan la historia del progreso de The Line, la megaciudad más ambiciosa jamás concebida por el hombre. Esta ciudad "longitudinal" que nace entre mil polémicas en el desierto de Arabia Saudita no se detiene, al contrario. Promete reescribir las reglas de la planificación urbana moderna, lo que sea necesario.
El desafío de los starchitects
El estudio americano Gensler, ya conocido por haber creado el Torre de Shanghai, uno de los edificios más altos del mundo (el tercero, para ser precisos), lidera la coordinación de planificación y diseño urbano. No sólo eso: también se ocupará de los centros de transporte y los espacios públicos, como parques y zonas accesibles a los ciudadanos.
El estudio austriaco Delugan Meissl Arquitectos Asociados en cambio recibió la asignación de diseñador urbano: abordará el concepto general y el plan maestro detallado de la primera fase. Su tarea también incluye aspectos cruciales como el microclima, la ecología y la logística.
El equipo británico Mott MacDonald completa el trío para el desarrollo de infraestructuras urbanas. Quizás sea el desafío más complejo: diseñar los sistemas vitales de una metrópolis futurista en el desierto, desde las aguas residuales hasta la energía.
Megaciudades, los números de un gigante
La primera fase tiene una longitud de 2,4 kilómetros, pero el proyecto final se extenderá por 170 kilómetros. La altura alcanza los 500 metros, con una anchura de 200 metros. En esta fase inicial, la ciudad climatizada albergará a unas 300.000 personas.
La obra de la megaciudad, de la que hablamos hace poco, se está consumiendo una quinta parte de la producción mundial de acero, principalmente para las fundaciones. Cada semana se vierten más de 120 cimientos en el terreno desértico, un ritmo impresionante que es testimonio de la determinación (a veces feroz, informa alguien) detrás de este proyecto.
Denis Hickey, Director de Desarrollo, subraya:
La colaboración es fundamental: adoptaremos las mejores prácticas en toda la ciudad que mostrarán cómo la innovación puede cambiar para siempre la forma en que pensamos, diseñamos y construimos ciudades.
El futuro toma forma
El proyecto Line no es un proyecto aislado: en Arabia Saudí se están llevando a cabo otros proyectos ambiciosos, tanto bajo los auspicios de Neom que independiente, como Treyam, epicón e Mukaab. El primer proyecto Neom ya se ha completado: se trata de sindalá, un exclusivo resort isleño.
La tecnología del mañana
Del diseño a la tecnología, de la energía a la movilidad: cada aspecto de The Line está escribiendo un nuevo capítulo en la historia de la arquitectura. Su creación representa mucho más que un proyecto arquitectónico: es una demostración tangible de cómo el urbanismo del futuro puede tomar forma hoy, desafiando los límites de lo que consideramos posible.
Los sistemas de aire acondicionado, la gestión de la energía y el agua en un entorno desértico representan desafíos técnicos sin precedentes. La megaciudad utilizará tecnologías de vanguardia para garantizar la sostenibilidad y el confort de sus habitantes.
Incluso su estructura de "espejo" no es sólo un elemento estético: contribuirá a la gestión térmica del edificio, reflejando la luz solar y ayudando a mantener temperaturas confortables en el interior. Un sistema integrado de sensores e IA optimizará constantemente el consumo de energía.
La movilidad dentro de la ciudad será completamente repensada, con innovadores sistemas de transporte que permitirán recorrer toda la longitud de la estructura en menos tiempo.
No se trata sólo de construir una megaciudad espectacular
La Línea podría convertirse en el modelo para abordar los desafíos de la urbanización en entornos extremos. Con la creciente presión demográfica y el cambio climático, las soluciones pioneras aquí podrían resultar invaluables para el futuro de las ciudades de todo el mundo. ¿A qué precio?