El Sahara es un gigante que no deja de crecer, devorando tierras fértiles y amenazando a las poblaciones del Sahel. Pero los habitantes de esta región no se quedan quietos: armados con técnicas agrícolas ancestrales y el apoyo de Programa Mundial de Alimentos, encontraron una manera ingeniosa de detener la desertificación. Y los resultados son sorprendentes.
Técnicas tradicionales que salvan el suelo
En el Sahel, la franja de territorio que se extiende a lo largo del borde sur del Sahara, las comunidades locales están redescubriendo métodos ancestrales para combatir la desertificación. Las principales técnicas son las “entresuelo"Y el"agujeros zai“, excavaciones estratégicas en el suelo que captan y retienen el agua de lluvia.
El sistema es sencillo pero increíblemente eficaz: en lugar de dejar que el agua se escurra durante las raras pero intensas lluvias estacionales, estos métodos permiten que el suelo la absorba gradualmente.
Un círculo virtuoso de regeneración que acaba con la desertificación
Esta gestión inteligente del agua desencadena un proceso de regeneración natural. Las plantas tienen tiempo para desarrollarse y crecer, creando un microclima más favorable, lo que a su vez promueve un mayor crecimiento de las plantas. El resultado es un círculo virtuoso que mejora progresivamente la calidad del suelo.
En Níger, los resultados son tangibles: en los últimos cinco años, Medio millón de personas han alcanzado la autosuficiencia alimentaria gracias a estos proyectos. Un ejemplo concreto de cómo las soluciones más efectivas a veces se encuentran en la sabiduría del pasado: siempre y cuando tengamos la capacidad de recuperarlas y adaptarlas a la realidad.
Si esto le suena familiar, lo hemos cubierto anteriormente.
la Gran Muralla Verde a un nivel más macro.
El futuro viene del pasado.
Las soluciones más sofisticadas no siempre son las más efectivas (esto hay que explicarlo a quienes son aprendices de brujo) con algo de geoingeniería): a veces, la comprensión profunda del territorio transmitida de generación en generación puede ofrecer respuestas sorprendentemente válidas a los desafíos ambientales contemporáneos.
La esperanza es que este enfoque pueda replicarse en otras regiones que enfrentan desafíos similares. ¿Será así? Sólo queda esperar. Mientras tanto, mira este vídeo: