El río Amarillo, fuente de vida y civilización para China durante milenios, está a punto de convertirse en protagonista de una transformación que hará época. En el desierto de Kubuqi, donde el agua escasea y el sol abunda, está tomando forma una obra titánica: una extensión de paneles solares del tamaño de una metrópoli. Es un proyecto que promete reescribir el futuro energético de toda una región.
Un proyecto de proporciones titánicas
A lo largo del borde sur del río Amarillo, en el norte de China, algo extraordinario está tomando forma. El "Gran Muralla Solar”se extenderá por 133 kilómetros de largo y 25 de ancho. No son números aleatorios: segundo Energía Ordos, empresa que gestiona el proyecto, esta planta podrá generar 180 mil millones de kilovatios hora al año hasta 2030, superando las necesidades energéticas anuales de Pekín.
El río amarillo renace con energía verde
El proyecto no se limita únicamente a la producción de energía. Una nueva línea de transmisión transportará 48 mil millones de kilovatios hora de energía a la región Beijing-Tianjin-Hebei cada año. ¿Cómo se explica li kaiSegún el funcionario de Dalad Banner, la inversión está enteramente financiada por empresas estatales, sin ninguna carga para los gobiernos locales. Y los beneficios no terminan ahí: el proyecto creará alrededor de 50.000 puestos de trabajo para 2030.
Río Amarillo, la batalla contra la desertificación
El río Amarillo, conocido como el "río madre" de la nación china, se enfrenta a un proceso de desertificación que está degradando lentamente su cuenca ecológica. Esta enorme instalación solar Intervendrá 27 millones de hectáreas de esta región, proporcionando sombra y reduciendo la evaporación. Los paneles también funcionarán como cortavientos, protegiendo el entorno circundante de la erosión del suelo. En las zonas de sombra se plantarán cultivos comerciales en 2.400 hectáreas, en un intento de recuperar las zonas más desérticas.
El futuro de la energía solar
Estas megaplantas de energía verde, ya sean solares o eólicas, serán cada vez más comunes en la carrera global hacia la descarbonización. En los Estados Unidos, elAdministración de Información Energética espera un aumento del 75% en la producción, de 163 mil millones de kilovatios hora en 2023 a 286 mil millones en 2025. Por supuesto, las grandes plantas solares también presentan desafíos medioambientales, como la alteración del hábitat (y comunidades locales) y el riesgo de colisiones de aves acuáticas que confunden los paneles con agua.
El equilibrio entre progreso y naturaleza
El gobierno local está decidido a crear lo que Li define una “relación simbiótica” entre el progreso económico y la conservación ecológica. Es un enfoque que podría sentar un precedente: demuestra cómo las grandes infraestructuras energéticas no sólo pueden producir energía limpia, sino también contribuir activamente a la regeneración ambiental. Me gusta pensar que este nuevo muro, en lugar de dividir, une a la humanidad en un esfuerzo común por un futuro más sostenible. Muros que unen, en lugar de dividir. Una hermosa energía.