La contaminación de los neumáticos es la nueva emergencia medioambiental del siglo XXI. No me llames exagerado, He estado diciendo esto durante mucho tiempo: ¿Cómo definirías a un enemigo invisible formado por partículas microscópicas que se desprenden de los neumáticos de nuestros coches con cada kilómetro recorrido? Un cóctel tóxico de cauchos sintéticos y cientos de aditivos químicos que está contaminando el ecosistema global.
Detrás de los "faldones" de plástico que atraen toda la atención, la amenaza de contaminación de los neumáticos es aún más sutil. Crece en la sombra, ignorada por la mayoría pero ya presente en nuestras vidas: por eso conviene tratarla. como categoría en sí misma.
La dimensión oculta de la contaminación de los neumáticos
Los datos son desconcertantes: Cada año, vehículos de todo el mundo. liberan alrededor de 6 millones de toneladas de fragmentos de neumáticos. Estos pequeños trozos de plástico, generados por el consumo normal al conducir, se acumulan en el suelo, ríos, lagos e incluso en nuestros alimentos.
El mas investigación reciente notaron sustancias químicas derivado de neumáticos en la mayoría de las muestras de orina humana analizadas. Una señal alarmante que demuestra cómo este tipo de contaminación ya está penetrando en nuestros cuerpos, aunque no hay certeza sobre la distancia de dispersión de estas partículas y sus zonas de acumulación.
Partículas de neumáticos representan el 28% de microplásticos que ingresan al medio ambiente global: un contribuyente significativo a la contaminación, que con demasiada frecuencia se pasa por alto en las discusiones ambientales. Y están en todas partes: tanto en los coches endotérmicos como en los eléctricos.
Un cóctel tóxico de aditivos químicos
La composición de los neumáticos es más compleja de lo que imaginas. No se trata sólo de caucho natural y sintético, sino de un mezcla sofisticada que incluye cientos de aditivos químicos, cada uno con posibles efectos nocivos para el medio ambiente.
Óxido de zinc, que que constituye alrededor de 0,7% el peso de un neumático, es esencial para la vida del producto pero altamente tóxico para los peces y otras formas de vida acuática: compromete los ecosistemas incluso en cantidades mínimas.
Además, resulta especialmente preocupante la 6PPD, un aditivo que protege los neumáticos del agrietamiento. Cuando se expone al aire y al agua, se convierte en 6PPD-quinona, un compuesto relacionado con la matanza masiva de peces.
La contaminación de los neumáticos, el peso del problema
La contaminación de los neumáticos está sujeta al tamaño. Los vehículos más pesados, incluidos camiones, SUV y los coches eléctricos, con sus baterías especialmente pesadas, desgastan los neumáticos más rápidamente, generando una mayor cantidad de partículas de microplásticos.
Los expertos de la industria del automóvil Nick Molden e Félix Leach sugerir la introducción de impuestos basados en el peso según el principio de que quien contamina paga. Un enfoque que podría incentivar el diseño de vehículos más ligeros y motivar a los consumidores a tomar decisiones más ecológicas. ¿Qué opinas?
Hacia soluciones concretas
La situación requiere acciones inmediatas en múltiples frentes. El marco regulatorio europeo, ¿cómo? La próxima norma de emisiones Euro 7, representa un punto de partida para controlar las emisiones de los neumáticos.
Innovación en diseño de neumáticos y alternativas respetuosas con el medio ambiente al óxido de zinc y otros materiales como el 6PPD, podrían reducir significativamente el daño ambiental. La creación de un panel global Un grupo de expertos científicos y políticos, similar al IPCC para el clima o la IPBES para la biodiversidad, podría coordinar aún más los esfuerzos de investigación y regulación.
Un desafío creciente
Con más de 2 mil millones de neumáticos producidos cada año para equipar coches cada vez más pesados y numerosos, el problema está destinado a empeorar. El costo ambiental aumentará a menos que reconozcamos y abordemos específicamente esta amenaza.
Medidas como impuestos basados en el peso e innovaciones en neumáticos ecológicos no sólo reducirían la contaminación sino que también allanarían el camino para sistemas de transporte más sostenibles. La cuestión no es si podemos darnos el lujo de actuar, sino si podemos darnos el lujo de no hacerlo.