Hace setenta años, un monstruo gigante despertó en las aguas del Pacífico. Su piel tenía marcas de radiación, su rugido estaba lleno de dolor y su furia estaba dirigida contra una humanidad que se había atrevido a jugar con fuerzas más allá de su control. Era Gojira (ゴジラ), para el resto del mundo Godzilla.
Godzilla no era sólo un monstruo cinematográfico: era un espejo a través del cual Japón, y luego el mundo entero, podían mirar sus miedos más profundos.
Los orígenes de una metáfora viva
El primer Godzilla se inspiró en la película estadounidense. El monstruo de tiempos remotos 20,000 (“El despertar del dinosaurio”) de 1953. Película de ciencia ficción dirigida por Eugène Lourié y basada libremente en el cuento “La sirena de niebla” (1951) de Ray Bradbury, también autor del famoso “Fahrenheit 451”.
El director ishiro honda Sin embargo, tenía algo mucho más profundo en mente: una poderosa metáfora de bombas atómicas cayó menos de diez años antes sobre Hiroshima y Nagasaki. La piel escamosa de Godzilla representaba las cicatrices queloides de los supervivientes de ataques nucleares, mientras que su origen (el despertar por las pruebas nucleares en el Pacífico) era una clara referencia, y al mismo tiempo una advertencia, a las consecuencias de las armas atómicas.
Lo que muchos no saben es que el público occidental lleva años viendo una versión completamente diferente de la película original. Se cortaron unos 20 minutos de contenido político., eliminando cualquier referencia explícita a Hiroshima. ¿El resultado? Una simple película de monstruos, despojada de su mensaje más profundo.
Como señaló William Tsutsui, autor de Godzilla en mi mente (estrenada con motivo del 50 aniversario de Godzilla), “La mayoría de los estadounidenses piensan que si salías del cine llorando, era sólo porque te reías demasiado”. Una simplificación que aún nos impide comprender plenamente la complejidad de este personaje.
El monstruo como espejo de la sociedad
La metamorfosis de Godzilla en los años 60 Refleja perfectamente los cambios en la sociedad japonesa. el pais La ocupación estadounidense estaba saliendo a la luz, la economía se estaba recuperando y las nuevas generaciones intentaban superar los traumas del pasado. En este contexto, nuestro monstruo también empezó a evolucionar.
In King Kong vs. Godzilla de 1962, ya vemos un cambio significativo: los japoneses buscan una solución no nuclear para derrotar al monstruo. Es un detalle que podría parecer menor, pero refleja la nueva actitud del país hacia las armas nucleares. Este tema se retoma en Mothra contra Godzilla de 1964, donde buscamos la ayuda de una criatura mitológica en lugar de recurrir a armas de destrucción masiva.
La transformación continúa con Ghidrah, el monstruo de tres cabezas e Invasión de Astro-Monster, donde Godzilla poco a poco se convierte en un aliado de la humanidad. Es interesante observar cómo esta evolución Coincide con el periodo de mayor crecimiento económico de Japón y con la mejora de las relaciones con Estados Unidos.
Godzilla como guardián moral
Los años 70 ven a Godzilla asumir un papel aún más importante como protector ambiental. Es la época que refleja mis primeros recuerdos del personaje (y evidentemente la formación de la conciencia ambientalista de mi generación. Entre Godzilla, Barbapapá y Conan, el niño del futuro el mensaje de salvaguardar el planeta estaba por todas partes en la mente de los niños, lamentablemente no en las políticas de papelería).
In Godzilla contra Hedorah A partir de 1974, nuestro antihéroe se enfrenta a un monstruo alienígena hecho de smog, que se alimenta de residuos tóxicos. La película se estrenó en un momento crucial: la rápida urbanización estaba aumentando el tráfico en las ciudades. Y, sobre todo, Japón se enfrentaba a una grave crisis medioambiental con la Corporación Chisso que había vertido más de 27 toneladas de mercurio en el mar de Shiranui entre 1932 y 1968 (¿no se hace eco de algo que sucedió años después? en Fukushima?).
En la película hay una escena emblemática en la que Godzilla extrae desechos del cuerpo de Hedorah y mira directamente al público con desprecio, rompiendo la "cuarta pared".
Durante la Guerra Fría, Godzilla vuelve a su papel original como emblema de la amenaza nuclear. En la película de 1985, el monstruo desencadena una crisis internacional al atacar un submarino soviético. Es interesante ver cómo la película utiliza esta trama para permitir que Japón articule su postura antinuclear.
El ambiguo Godzilla Yankee
La interpretación estadounidense de Godzilla siempre ha seguido una trayectoria diferente, reflejando la compleja relación de Estados Unidos con su pasado nuclear.
En la pelicula de 1998, por ejemplo, Godzilla es creado a partir de una prueba nuclear francesa, no estadounidense: un detalle que hábilmente evita cualquier reflexión sobre el papel de Estados Unidos en el desarrollo de armas atómicas. En Godzilla de 2014 di Gareth Edwards, el monstruo es representado como una fuerza de la naturaleza, indiferente a la humanidad. Se parece más a un huracán o un terremoto que a una metáfora política.
Este cambio de perspectiva es un reflejo del enfoque clásico de Estados Unidos ante amenazas globales como el cambio climático: algo inevitable sobre lo cual poco podemos hacer.
El regreso a los orígenes
El Oscar ganado por Godzilla menos uno di Takashi Yamazaki en 2023 muestra cuán relevante sigue siendo este monstruo. La película lleva a Godzilla de regreso a sus raíces, explorando una vez más temas del dolor de la posguerra y los horrores de la guerra. Y tal vez sea necesario este “recordatorio”.
El año pasado, el mundo gastó el equivalente a 250 millones de dólares al día en armas nucleares.
Estos datos, junto con el Reloj del Apocalipsis Se detuvo a los 90 segundos de la medianoche., nos recuerda que los miedos que representó Godzilla hace 70 años siguen siendo tremendamente relevantes. No es casualidad que el premio Nobel de la Paz 2024 ha sido asignado al Nihon Hidankyo, el movimiento japonés de supervivientes de la bomba atómica.
El legado cultural de un icono
La influencia de Godzilla va mucho más allá del cine. En videojuegos, el Rey de los Monstruos ha inspirado decenas de títulos, desde Godzilla vs. monstruo de monstruos de 1988 hasta juegos de realidad virtual recientes. Su figura ha sido reinterpretada por artistas contemporáneos como Takashi Murakami, lo que lo convirtió en un símbolo de la relación conflictiva entre tradición y modernidad en Japón. Incluso la NASA nombró a una constelación “Godzilla” en 2018, reconociendo el impacto duradero de esta criatura en el imaginario colectivo.
La evolución visual de Godzilla
La apariencia de Godzilla ha evolucionado mucho a lo largo de estos 70 años, reflejando avances en la tecnología cinematográfica y cambios en la percepción del público. Desde el traje de goma de 1954 hasta el CGI fotorrealista de hoy, cada encarnación del monstruo ha traído consigo nuevos significados. La versión más reciente, con su piel que recuerda a los desechos nucleares y sus ojos que brillan con radiación, demuestra cómo los efectos especiales modernos pueden amplificar el poder metafórico del personaje sin traicionar su esencia original.
El monstruo que no entendimos
Quizás hayamos subestimado durante demasiado tiempo el papel de Godzilla en nuestra cultura. No es sólo un monstruo que destruye ciudades: es un Mensajero que nos recuerda constantemente las consecuencias de nuestras acciones. Su longevidad no es casual: En una era de crisis climática, tensiones nucleares y conflictos globales, necesitamos más que nunca metáforas poderosas que nos ayuden a visualizar y comprender las amenazas que enfrentamos.
Setenta años después, el Rey de los Monstruos sigue rugiendo y su mensaje es más vigente que nunca. La verdadera pregunta no es si lo enfrentaremos y lo despediremos de una vez por todas. Puedo decirles que nunca lo lograremos. En lugar de Godzilla siempre vendrán otros, son el reflejo de nuestros miedos.
La verdadera pregunta, más bien, es si finalmente aprenderemos a escuchar lo que él está tratando de decirnos.